El asfalto podría tener los días contados en la ciudad de Róterdam, ubicada al oeste de los Países Bajos (Holanda para los amigos). Esto porque la constructora VolkerWessels, también neerlandesa, desveló públicamente un proyecto que venían desarrollando hace un tiempo y en el que el municipio de la ciudad está muy interesado: caminos de plástico reciclado que prometen mucho y que vendrían a reemplazar al asfalto.
El proyecto, llamado PlasticRoad (camino plástico), es la última apuesta por lo sustentable de la firma basada en Amersfoort, una de las más grandes de Europa y con una tradición de más de 160 años en la industria.
Según VolkerWessels, PlasticRoad ofrece muchos beneficios más allá de usar como única materia prima plásticos reciclados. Vendría en forma de partes prefabricadas que pueden ser instaladas en una pieza, sin necesidad de una base (salvo arena), y que serían muy livianas, por lo que todo el proceso de construcción, desde su transporte hasta su implementación, se aceleraría bastante. Lo que antes tomaba meses, tomaría semanas.
También aseguran que las calles de plástico serían mucho más duraderas. Las estructuras podrían aguantar desde -40°C a 80°C sin problemas, a diferencia del asfalto que en ciertos casos, como bajo la ola de calor en India, llega a derretirse. Además serían mucho más resistentes frente a la corrosión química. Estiman que la vida útil de los caminos se triplicaría con respecto al asfalto, y que además requeriría de menos mantención.
Por último, la firma destaca que su diseño considera en su interior espacios para cañerías y cableado, que podrán instalarse sin necesidad de "entrar a picar":
Pese a todos estos beneficios, es válido preguntarse si es necesario reemplazar el asfalto en primer lugar.
Distintos estudios nos dicen que este material, con el que se han pavimentado millones de kilómetros alrededor del mundo, no solo contamina el aire, sino también el suelo y el agua.
Cada año los procesos necesarios para generar la mezcla de asfalto liberan alrededor 96 millones de toneladas de dióxido de carbono, equivalentes al 2% de las emisiones del transporte por carretera. Además, ciertos componentes químicos del asfalto se filtran hacia el suelo, contaminándolo, como también al agua de lluvia que entra en contacto con él, siendo especialmente dañino el benzopireno, hidrocarburo potencialmente cancerígeno.
Todo esto, sin considerar el impacto del funcionamiento de la maquinaria necesaria para los múltiples procesos que considera la construcción y reparación de caminos y carreteras.
La alternativa que solucionaría todo estos problemas, PlasticRoad, le queda todavía un trecho para hacerse realidad.
"Es aún solo una idea en el papel, por el momento", comenta Rolf Mars, director de la subdivisión de caminos de VolkerWessels. "La siguiente etapa es construirlo y probarlo en un laboratorio para asegurarnos que sea seguro en condiciones húmedas y resbaladizas. Estamos buscando socios que quieran colaborar en un piloto", agrega.
La búsqueda podría ser más corta de lo anticipado, pues Róterdam quiere ser la ciudad costera más sustentable del mundo y PlasticRoad podría ser parte importante en ello.
"Estamos muy entusiasmados con el desarrollo de PlasticRoad", dice Jaap Peters, de la oficina de ingeniería del consejo municipal. "Róterdam es una ciudad abierta a la experimentación y adaptaciones innovadoras en la práctica. Tenemos un 'laboratorio de calle' disponible donde innovaciones como ésta pueden ser probadas".
En VolkerWessels buscan tener un programa piloto funcional en un plazo de tres años, privilegiando áreas urbanas y ciclovías.