Cuando hablamos de calentamiento global y planes para reducir las emisiones de carbono, seguramente se nos viene a la cabeza el Protocolo de Kioto (2005). Lo que puede que se nos olvide, es que en aquella ocasión Estados Unidos rechazó involucrarse en el acuerdo firmado por 30 países industrializados, lo que no hubiese sido tan grave si no se tratara del principal emisor mundial de contaminantes . De hecho, junto con China, liberan casi el 45% de las emisiones totales de dióxido de carbono del planeta. Por eso, el anuncio de esta semana fue tan relevante.
Afortunadamente, el gigante del norte parece finalmente dispuesto a saldar su deuda con la humanidad. "Somos la primera generación en sentir el impacto del cambio climático y la última generación que puede hacer algo al respecto", fue la frase con que Barack Obama dio a conocer el nuevo plan contra el calentamiento global, que busca reducir en un 32% las emisiones de sus centrales termoeléctricas para el 2030.
Si bien el presidente norteamericano tenía este proyecto como uno de sus caballos de batalla desde el 2010, pasó a segundo plano con la lucha por aprobar el coloquialmente llamado ObamaCare, la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, que ya quedó patentada como el legado del primer presidente afroamericano de Estados Unidos, y a la que quiere sumar ahora su plan verde.
Para entender mejor el contexto, cómo se pretende aplicar y las consecuencias que traería el anuncio de EEUU contra el calentamiento global, les presentamos las 10 claves del anuncio:
1. La Agencia de Protección Medioambiental (EPA por sus siglas en inglés) anunció en septiembre de 2013 que el objetivo de Estados Unidos debía ser la reducción de las emisiones en un 30% para 2030. Obama siguió está línea y aumentó la meta del proyecto “Plan de Energía Limpia”, hasta el 32%. EEUU nunca se había propuesto un objetivo tan grande en el ámbito del cambio climático.
2. Al ser Estados Unidos y China los responsables de casi el 45% de las emisiones de CO₂, lo que ellos hagan capta la atención e impacta en el resto de los países. Por eso, el primer paso en la línea correcta se celebró en noviembre del año pasado, cuando EEUU se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 28% para 2025 y China, por su parte, aseguró que dejaría de aumentarlas, luego de cinco años consecutivos de alzas. Las emisiones per cápita de China son de 7,9 toneladas de CO₂.
3. Cada estado tiene que presentar una versión inicial a la EPA para limitar la contaminación de cara al año 2016, así como las versiones finales de su plan para 2018. Los que tomen medidas para reducir la contaminación en 2020 serán premiados con créditos de reducción de carbono, que podrán comprar y vender.Si hay estados que no presentan nada, la administración central les impondrá medidas especificas de acción.
4. Ya hay quienes han mostrado su rechazo al proyecto: la oposición republicana, personalidades de la industria del carbón (se espera que muchas plantas de carbón cierren y no se sigan abriendo nuevas), y de los estados más dependientes de esa fuente de energía, han mostrado su descontento. De hecho, el líder de la mayoría republicana en Kentucky, el senador Mitch McConnell, inició una campaña preventiva para pedir a los gobernadores contrarios al plan de Obama que se nieguen a cumplirlo. Se prevé que al menos 25 Estados interpondrán una demanda conjunta contra el proyecto y que las disputas acabarán ante el Tribunal Supremo.
5. La arista más contradictora trata sobre el tema del coste del plan. Según quienes se oponen, para poder cumplirlo habrá que invertir miles de millones de dólares, subirán las tarifas eléctricas y se desacelerará la economía estadounidense. Todo esto, provocando que la clase más vulnerable sea la afectada. Sin embargo, el Gobierno asegura que si las medidas se llevan a cabo, las familias ahorrarás cerca de 85 dólares por año, además de contagiarse menos de enfermedades producidas por el mal aire.
6. ¿Por qué centrarse sólo en plantas termoeléctricas? Porque estas aportan un tercio de toda las emisiones de CO2 del país.
El tema del cambio climático lo venimos escuchando hace tiempo. Las medidas preventivas se dejaron esperar hasta que llegamos a las cifras más críticas, lo que realmente movilizó a los países responsables. ¿Qué dice la gente? ¿Le toma el peso? ¿Está preocupada? Bueno, depende de dónde vivan. Según una encuesta del Pew Research Center realizada en mayo de este año, el 42% de los estadounidenses cree que el calentamiento global es un problema “muy grave”, aumentando en casi 10 puntos respecto a lo que opinaban el 2013. Por su parte, un 42% de los europeos dice estar preocupados por el cambio climático; mientras que los latinoamericanos estamos los más sensibilizados con el tema, teniendo al 61% de la población inquieta por lo que está ocurriendo.
Este anuncio, y potencial plan de acción de Estados Unidos, es muy significativo a nivel internacional, sobretodo porque en diciembre tendrá lugar la conferencia internacional de la ONU en Paris, donde se espera que los países alcancen un acuerdo para limitar que el calentamiento global supere dos grados, respecto a los valores preindustriales. Con EEUU centrado en reducir las emisiones, varios países debieran -según los analistas- convencerse de que ese es el camino correcto a seguir ya. Ahora.