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Jóvenes, vengan aquí. Tenemos que conversar de algo.
Hemos estado revisando con atención, como siempre hacemos, sus comentarios a nuestros artículos. Uno en especial, donde anunciábamos la batería para hogares de Tesla Motors, ha llamado mucho la atención, teniendo miles de respuestas en Twitter y Facebook.
Ahora, no estamos aquí para mencionar nombres ni nada (así que, Juanito el Soplón, puedes bajar tu mano), pero de alguna forma la conversación que se generó tomó un desvío y comenzó a tratarse de los diversos rumores sobre la figura del inventor serbio-americano Nikola Tesla, con el aliño ocasional de alguna que otra conspiración Illuminati-sionista-reptiliana.
Es completamente entendible. Nikola Tesla, como todo gran personaje de la historia, es un tema difícil de abordar, por la lejanía de su existencia y los incesantes rumores que por más de un siglo han rodeado su imagen. W. Bernard Carlson, autor de la biografía más celebrada de Tesla, explica esto de la siguiente forma: "Es considerado o el más grande genio solo superado por da Vinci o un chiflado". Para un biógrafo, él es "el Everest de los inventores".
Por lo tanto, creemos que es necesario aclarar, en la medida de lo posible, algunos de estos rumores confusos, para que así todos tengamos una mejor idea de lo que hizo y no hizo este gran inventor. Partamos con una confusión muy frecuente.
Nada, cero, nothing. Tesla Motors, a veces abreviada simplemente Tesla, es liderada por el emprendedor Elon Musk, aunque no fue él quien escogió el nombre, sino Martin Eberhard, uno de los co-fundadores de la compañía. Según un artículo de Business Insider, Eberhard escogió el nombre porque "quería darle crédito al hombre que patentó el tipo de motor que planeaba usar, un motor de corriente alterna".
A nivel personal, Elon Musk también se ha involucrado con otras causas que llevan el nombre de Tesla, como el Museo de Tesla, que recibió una generosa donación suya. Pero la relación no va más allá de estos dos puntos.
Si bien la tecnología que usa la compañía para sus autos no hubiese sido posible sin las creaciones de Nikola Tesla, muchos simplifican la cuestión diciendo que es la tecnología del inventor, como si en más de cien años nadie la hubiera tocado ni perfeccionado. Si vamos a relacionar al inventor con la compañía, también tendríamos que mencionar una lista bastante larga de personas que trabajaron y mejoraron la corriente alterna hasta hacerla una posibilidad real: Michael Faraday descubridor de la inducción electromagnética, la base de la corriente alterna; Hippolyte Pixii, creador del primer generador de corriente alterna; Galileo Ferraris, descubridor del campo magnético rotativo, fundamento del motor de corriente alterna; y varios otros cuyos trabajos hicieron posible tanto el trabajo de Nikola Tesla, como el de la compañía de Elon Musk.
Si somos más rigurosos, podríamos destacar una palabra clave en la frase antes mencionada: Eberhard "quería darle crédito al hombre que patentó...". Ahí un término clave cuyo significado cambia bastantes cosas. Resulta que Tesla no fue el primero en teorizar un motor de corriente alterna (ese privilegio es de Galileo Ferraris), sino el primero en patentarlo.
No es un mérito menor. Patentar involucra creer lo suficiente en el invento como para protegerlo, y así lo hizo Tesla. Turan Gönen, destacado profesor y experto en ingeniería eléctrica, lo expone así en su libro Electrical Machines:
"Ferraris pronto abandonó el desarrollo de motores por ser poco práctico y pasó a ser famoso en otras áreas. Tesla, siendo un experimentalista, nunca se molestó con ese tipo de sutilezas y simplemente procedió del concepto a la implementación y a físicamente demostrar que funcionaba".
Ya ven, entonces, por qué decir que Tesla Motors usa la "tecnología de Nikola Tesla", es una simplificación que deja en el olvido a muchos otros genios (sin olvidar al propio Musk). No nos malentiendan: el inventor serbio-americano aportó parte fundamental de la tecnología, pero no fue el único.
Por otro lado, el invento que les contamos al principio de este artículo y que generó el debate, Powerwall, de Tesla Motors, es en el fondo una gran batería para el hogar. Y la batería eléctroquímica es otro invento que tiene una larga lista de autores que han contribuido a su desarrollo, partiendo por Benjamin Franklin, quien usó por primera vez el término en 1748 para referirse a la primitiva botella de Leyden; Alessandro Volta, que construyó la primera batería electroquímica en 1800; Michael Faraday que explicó el proceso electroquímico detrás de su funcionamiento, y John Frederic Daniell, que creó el primer modelo efectivamente útil para proveer energía a aparatos eléctricos.
Una de los proyectos más conocidos de Tesla es el de la torre de Wardenclyffe, estructura que usaría para transmitir señales a través de la tierra y el aire, y así rivalizar los avances de Guglielmo Marconi en la telegrafía inalámbrica. Si bien ese fue el argumento usado para conseguir inversores, lo que en realidad buscaba era eventualmente transmitir energía sin cables. En palabras del propio Tesla:
"Sacar energía de la tierra y devolverla a una velocidad enorme creando así ondas o perturbaciones las que, propagadas a través de la tierra como si fuese un cable, pueden ser detectadas a grandes distancias por circuitos receptores sintonizados cuidadosamente".
Como ven, no se trata de simplemente: "¡Guau, energía gratis para todos!", sino más bien un método de transmisión que, si bien genial, no era gratis (cobrarían por los aparatos para recibir la energía y estaba el no menor detalle del costo de generar esa energía), ni tampoco viable, al menos, como lo concebía Tesla.
La torre Wardenclyffe, Wikipedia
El problema, según el biógrafo W. Bernard Carlson, fue que el inventor no sometió sus descubrimientos en energía inalámbrica a torture tests, pruebas intensas para determinar la estabilidad de un sistema o entidad. En cambio, se contentó con las pocas pruebas satisfactorias que pudo llevar a cabo antes de la construcción de la torre.
"Tesla no buscó refutar sus ideas sobre la transmisión de la energía y mensajes a través de la Tierra usando ondas estacionarias (...) no midió qué tan lejos podía enviar realmente energía a través de la Tierra. En vez de eso, ansioso por ver sus teorías sobre la energía inalámbrica confirmadas, se apoderó impacientemente de la evidencia que apoyaba sus ideas".
Su visión de túnel finalmente le jugó en contra. Cuando Marconi, logró enviar mensajes a través del Atlántico de manera inalámbrica, en vez de volver a los fundamentos de la transmisión de mensajes, lo que le habían encomendado en un principio, cambió sus planes, tirando toda la carne a la parrilla: usaría sus descubrimientos en energía inalámbrica para incorporarlo al sistema, algo que Marconi jamás podría igualar.
El problema es que requería de una inversión millonaria que, por el inestable escenario económico de la época, nadie podía asumir.
Si bien los fundamentos de la energía inalámbrica de Tesla se observan en algunos productos de hoy, como los cargadores inalámbricos, el consenso es claro: sería tremendamente ineficiente para las distancias que se imaginaba Tesla.
Tesla vs. Edison; corriente alterna vs. corriente continua; innovación vs. negocio. Está de moda la idea de hablar de estos dos grandes personajes como polos totalmente opuestos.
Si bien ambos eran tan distintos de personalidad como de físico, Tesla nunca odió a Edison, incluso luego de que éste no le pagara lo prometido por un trabajo realizado por el serbio al llegar a Estados Unidos.
De cierta forma, lo respetaba. Al recibir la Medalla Edison en 1917, Tesla dijo: "He evolucionado inconscientemente lo que considero un nuevo método de materializar conceptos inventivos e ideas, que es exactamente lo opuesto a lo puramente experimental de lo que, sin duda, Edison es el más grande y más exitoso exponente".
Si bien siempre distinguió su forma de trabajar como distinta a la de Edison, no lo hacía menospreciando el trabajo del estadounidense. Su experiencia al trabajar en las compañías de Edison, en Francia y Estados Unidos, fue vital en su desarrollo como inventor.
"Hasta este punto", escribe Carlson, "Tesla había realizado mayormente ingeniería mental, visualizando en su mente cómo un motor de corriente alterna funcionaría idealmente. Ahora Tesla aprendía de primera mano los problemas de convertir invenciones mentales en máquinas reales".
Su fallido proyecto de energía inalámbrica es usado por los adeptos de las conspiraciones como "prueba" de que alguien no quería que el mundo recibiera "energía gratis". Los capitalistas, los Illuminati y algún otro colectivo de moda serían los supuestos culpables.
Ya explicamos que nunca se trató de energía gratis, como también las razones del fracaso del gran sueño de Tesla. Es un cuento repetido: un tipo con una buena idea, pero que le cuesta bajarla a términos concretos, finalmente es vencido por otra idea no tan buena pero que funcionaba (Marconi).
¿Pudo haber logrado su sueño Tesla con una mayor inversión? Quizá, pero también pudo haber tenido más éxito si hubiese sido más abierto a pruebas y demostraciones que le hubiesen permitido pulirlo.
"La consecuencia de no haber realizado pruebas adicionales de distancia o demostrar su sistema frente a un público, fue que Tesla comenzó a ser presionado para convencer a otros del valor de su sistema", explica Carlson. "En la década siguiente, al testificar para defender sus patentes, Tesla no fue capaz de proveer datos duros que mostraran si su sistema funcionaba".
Nada apunta a que su fracaso se debió a un esfuerzo coordinado por un colectivo. Tesla fue víctima de las circunstancias de la época y su propio genio. "En la cúspide de su poder como inventor", dice Carlson, "Tesla se concentró más en crear ilusiones que en convertir sus ideales en máquinas que funcionaran".
Si bien parecemos terminar en una nota negativa, repetimos: Tesla es genial y, por lo mismo, se puede defender solito sin necesidad de involucrar conspiraciones e ideas falsas en su, ya de por sí, impresionante existencia.