Imagen: Rodrigo Avilés

5 hechos que demuestran que la Tierra es más resiliente de lo que pensábamos

Pese al daño que como especie le hemos hecho en nuestra corta existencia, nuestro planeta sigue demostrando que es mucho más duro de lo que pensábamos, y que los esfuerzos globales para disminuir nuestro impacto en la naturaleza están funcionando.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2015-09-14 | 11:19
Tags | ecología, planeta, ambiente, árboles, antártica, ártico, calentamiento global

¿Pensando en hacer las maletas para Marte o la Luna, porque todo indica que este planeta está condenado? Antes de hacerlo, deberías saber que las cosas no están tan mal como creíamos.

Sí. El calentamiento global existe, es grave y está afectando de innumerables formas el clima, flora, fauna y geografía del mundo. Tampoco vamos a negar que fenómenos como la desforestación y contaminación son un problema que debemos solucionar. Pero así como consideramos este lado, también hay que considerar el opuesto: los signos positivos de recuperación de la Tierra.

Si hablamos de resiliencia, nuestro planeta tiene mucho que decir. En sus miles de millones de años de existencia, ha sobrevivido eventos que nos pondrían las piel de gallina. David Ropeik, profesor de Harvard y experto en percepción de riesgos, llega incluso a criticar a lo que él llama "la arrogancia antropocéntrica del ambientalismo clásico". En la visión de Ropeik, la idea de que el hombre debe ayudar con urgencia a la Tierra es tremendamente errada, porque ubica al humano en un lugar superior a la naturaleza, como un dueño que se debe encargar de sus propiedades.

"El daño que le estamos haciendo a los sistemas de los que nuestra propia salud y seguridad dependen es inmensamente tonto", escribe Ropeik. "Esta estúpida auto-destrucción en sí misma prueba el punto de que la naturaleza es mucho más poderosa y resiliente de lo que los ambientalistas clásicos le dan crédito, y que los humanos son muy arrogantes al pensar lo especiales que somos". O como decía George Carlin en su genial rutina sobre salvar al planeta: "No le pasa nada malo al planeta, el planeta está bien. ¡Es la gente la que está jodida!"

Independiente de si coincidimos con Ropeik o no, existen muchas muestras de la resiliencia propia de la Tierra, señales de que no está condenada a ser el basurero del futuro y que le queda cuerda para rato.

¿No nos creen? Veamos lo que estos cinco recientes descubrimientos tienen que decir.

Se ha reducido enormemente la pérdida de bosques

Cada cinco años, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (o FAO para los amigos) publica un exhaustivo informe con las estadísticas forestales del mundo. El último, publicado a principios de septiembre, trajo muchas sorpresas.

En él se informa que entre 2010 y 2015 años se perdieron alrededor de 3.3 millones de hectáreas de bosque por año. Fuera de contexto parece una mala noticia, pero si consideramos que en los años '90s se perdían 7.3 millones de hectáreas anuales, se observa una reducción de más del 50%.

"El informe de 2015 muestra una tendencia muy esperanzadora hacia la reducción de la tasa de deforestación y emisiones de carbono de bosques y el incremento en la capacidad del manejo sustentable de bosques", escribe José Graziano da Silva, Director General de la FAO en la introducción.

Aunque en escala global sigamos perdiendo bosques, hay países con altas tasas de reforestación en los últimos años que destacan. En esta categoría positiva está China (crecimiento de 1.5 millones de hectáreas anuales), Australia (308 mil hectáreas), Chile (301 mil hectáreas), Estados Unidos (275 mil hectáreas) y Filipinas (240 mil hectáreas).

Y ya que hablamos de bosques...

Hay más árboles de lo que se pensaba

Hasta hace unas semanas, se estimaba que habían cerca de 400 mil millones de árboles en el mundo. Luego se publicó un estudio realizado por 38 científicos que evidenció lo malo que somos para hacer estimaciones.

Usando un modelo predictivo de densidad forestal, los científicos calcularon que existen nada menos que 3.04 billones de árboles en el mundo, más de 7 veces lo esperado. Como referencia se puede decir que hay 422 árboles por persona. El grueso de éstos se ubican en las zonas tropical y sub-tropical (1.39 billones), templada (0.61 billones) y boreal (0.74 billones).

El estudio también encontró la no tan buena noticia de que, a pesar de que hay más árboles de lo que se pensaba, desde el surgimiento de la civilización humana su cantidad ha disminuido en un considerable 46%.

Ahora que sabemos con mayor exactitud cuánto "oro verde" tenemos, más nos vale cuidarlo.

Contra todo pronóstico, el Atlántico absorbe más dióxido de carbono

Los océanos tienen un apetito por el dióxido de carbono. Ellos, de hecho, constituyen uno de los sumideros de carbono más importantes del mundo, absorbiendo más de un cuarto del dióxido de carbono que libera la actividad humana y disolviendo una parte importante de éste.

Es por ello que científicos se preocuparon cuando, en 2005, encontraron que el Océano Atlántico estaba estacado, ya que sus niveles de absorción de carbono no aumentaban desde los '80s, contraviniendo la lógica de que a mayor concentración de este elemento en la atmósfera, mayor cantidad absorbería el océano. Por suerte, un nuevo estudio publicado hace unos días indica que fue una falsa alarma.

Los investigadores utilizaron un nuevo método basado en redes neuronales para crear un modelo estadístico de las concentraciones de CO2 en el océano, como también información de la atmósfera extraída a partir de buques de investigación y mercantes que navegaron la zona.

La información les dio un panorama más completo que antiguas investigaciones, y pudieron concluir que desde 2002 el Atlántico ha aumentado su cuota como sumidero de carbono, y que ya en 2010 era comparable con los niveles esperados basados en la concentración del CO2 en la atmósfera.

Esto significa que un importante aliado contra el calentamiento global sigue cumpliendo con su labor, lo que no significa que debamos despreocuparnos. Al contrario, debemos también hacer nuestra parte para evitar que los océanos se acidifiquen al disolver excesivas cantidades de CO2.

El hielo marino del Ártico está aumentando

El 2013 fue un buen año, y no solo porque disfrutamos del esperado final de esa gran serie que fue Breaking Bad. También fue el año en que el volumen de hielo marino en el Ártico (hemisferio norte) aumentó en un notorio 41%, recuperándose del 14% de disminución en los dos años anteriores.

Este pequeño milagro investigado mediante imágenes del satélite CryoSat-2, se debió al verano inusualmente fresco de 2013. El hecho es importante, porque estas superficies blancas juegan un papel vital al reflejar el sol y evitar que el calor sea absorbido por el planeta, contribuyendo así a combatir el calentamiento global.

Un año de crecimiento no significa un cambio permanente, pero sí es una muestra, creen los científicos, de que el hielo marino es mucho más resiliente de lo que se pensaba y de que solo basta un verano un poco más fresco para dar vuelta las predicciones.

El nivel del mar aumentaría, pero más lentamente

Un buen argumento para mandarse cambiar de planeta (o al menos, a una ciudad no costera) es la total sumersión de buena parte de lo que hemos conocido ¡Pero hay buenas noticias! Científicos de la Universidad de Stanfordcreen que tomaría mucho más tiempo del previamente estimado, gracias a la gran resiliencia de las capas de nieve.

Los científicos concluyeron esto luego de crear un modelo basado en la época geológica del plioceno, algo usual en el mundo científico, ya que se trata de un periodo con concentraciones de gas invernadero similares a las actuales y donde los continentes ya se encontraban, más o menos, en su ubicación actual, lo que significa que los patrones de circulación de clima y océanos son comparables.

Previo a este estudio se estimaba que, debido al derretimiento de las capas de hielo, el nivel del mar había aumentado unos 25 a 30 metros sobre el nivel actual, una catástrofe de proporciones si sucediera hoy.

Sin embargo, estos estudios consideraban que la composición isotópica o huella geoquímica de las capas de hielo era la misma en el plioceno que en la época moderna. Ello marcó la diferencia en el estudio de los científicos de Standford, quienes refinaron la huella del hielo antártico de hace millones de años y crearon un modelo computacional que dio resultados mucho más conservadores.

Según este estudio, en el plioceno el nivel del mar subió entre 9 a 13,5 metros, lo que significa que las capas de hielo (el principal actor de esta película, ya que su derretimiento es lo que causa el incremento del nivel del mar) son mucho más resilientes de lo que sugerían anteriores modelos.

"Nuestros resultados son tentativamente una buena noticia", dijo Matthew Winnick, uno de los autores del estudio. "Sugieren que el nivel del mar global es menos sensible a altas concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera de lo que se pensaba. En particular, se argumenta que esto se debe a la estabilidad de la capa de hielo de la Antártica Oriental".

Todo lo anterior nos da esperanzas de la capacidad de la Tierra para recuperarse, de nuestra propia capacidad para detener la destrucción que estamos causando, y del tiempo con que contamos para hacerlo. Un respiro, pero nada de esto importa si no tomamos medidas decididas y urgentes para cambiar el rumbo de nuestras acciones, para coexistir en armonía con el planeta. Una tarea en que como humanidad ya nos hemos embarcado, pero que aún estamos muy lejos de hacer una forma de vida.

¿Qué otras percepciones erradas sobre la Tierra crees que existen?