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El año 2009 los estadísticos de Google se embarcaron en un proyecto llamado Oxygen; que no tiene nada que ver con tecnología ni con el elemento químico, sino que con algo mucho más intrincado y difícil de comprender: el comportamiento humano: ¿qué hace que un jefe sea prolífico?
Que la gente trabaje feliz, que las cosas se hagan bien, que la organización sea un modelo a seguir y un lugar ideal para desarrollarse profesionalmente, depende mucho de estos controvertidos personajes, tan propensos a ser líderes inspiradores, como tiranos despreciables.
Al interior de Google vieron que los equipos que tenían mejores resultados compartían una muy buena percepción de sus jefes y que el rendimiento, junto con la fidelidad y sentimientos de los empleados hacia la organización, estaban muy conectados a cómo era su relación con estos.
En la empresa, cuya misión es organizar toda la información del mundo para hacerla universalmente accesible y útil, les gusta acudir a los números, estadísticas y hechos a la hora de tomar decisiones, incluso consideran los sesgos cognitivos al realizar ciertas actividades. Esta manera de hacer las cosas, permitió a Google recolectar datos acerca de sus jefes y equipos, con el objetivo de encontrar qué comportamientos convierten a un jefe, en un gran jefe.
En el proyecto Oxygen, se revisaron frases, notas, evaluaciones y todo lo que rodeaba a los mejores jefes para obtener algunas directrices que permitan imitarles. Revisaron más de 10.000 observaciones acerca de ellos, evaluando más de 100 variables diferentes y posteriormente realizaron varias entrevistas para verificar sus hipótesis.
A continuación lo que descubrieron: las 8 reglas que, según Google, hacen a un gran jefe, ordenadas por nivel de importancia:
- Equilibra el feedback positivo con el negativo. Da críticas constructivas.
- Ten reuniones uno a uno ofreciendo soluciones adaptadas a las fortalezas individuales.
- Lo importante no es detectar falencias, sino enseñar cómo superarlas.
Esta es la característica más importante según Google, y tiene sentido; un jefe que enseña a sus empleados a mejorar, a largo plazo aumentará las habilidades de su equipo. Por otra parte, si tu jefe te está ayudando a ser mejor ¿te vas a querer ir a trabajar a otro lado?
- Balancea darles libertad, con estar ahí para cuando necesiten tus consejos.
- Genera tareas que sean un reto, para ayudarles a resolver problemas más grandes.
- Un buen jefe te ayuda a definir las metas y tú decides cómo llegar a ellas.
Imagínate que te digan qué hacer y cómo hacerlo, todo el tiempo. Te conviertes en la extensión de la mente de otro ¿y dónde queda la tuya? Decidir y resolver problemas a tu manera, es una parte importante del trabajo. Por ello se espera que un buen jefe permita a sus empleados pensar por sí mismos.
- Conócelos como personas, con vidas fuera de su trabajo.
- Haz sentir cómodos a los empleados nuevos, ayúdales a hacer la transición fácil.
Ante todo somos humanos: seres sociales, necesitamos algo de cercanía y confianza para trabajar bien. El jefe prepotente, que mira a los empleados como sus servidores y que no se interesa en ellos, está obsoleto ¿qué equipo va a trabajar motivado con un jefe así?
- Enfócate en lo que quieres que el equipo logre y en cómo los empleados pueden hacer que suceda.
- Ayuda al equipo a priorizar el trabajo y toma decisiones para remover los obstáculos.
El buen jefe ayuda a visualizar resultados, a ordenar la ruta para llegar a ellos y a dejar el camino despejado para que las personas puedan hacer su trabajo.
- La comunicación fluye en ambas direcciones, escucha y comparte.
- Mantén reuniones con todos y sé claro con las metas.
- Fomenta un diálogo abierto, escucha a las preocupaciones y preguntas de los empleados.
El jefe que se molesta porque alguien piensa diferente a él o porque lo han criticado, está eliminando la posibilidad de que un empleado le advierta antes de cometer un gran error, no está aprovechando la experiencia de sus empleados para hacer mejor su trabajo.
Un buen jefe va a desear ver a su empleado triunfar tanto en el ámbito personal, como profesional. Incluso a costa de perderlo, en el caso de que el empleado reciba un ascenso en la organización.
Los jefes no deben ser barreras para que los empleados con talento asciendan; deben ayudar a que las personas más capaces tengan un mayor radio de impacto en la organización.
- Incluso en medio del caos, mantén a tus empleados enfocados en las metas y estrategias.
- Involucra al equipo para establecer la visión, metas y progreso.
Un buen jefe debe ser capaz de ayudar al equipo a encontrar la salida cuando las cosas se ponen difíciles.
Trabaja codo a codo con el equipo cuando sea necesario. Entiende los retos específicos del trabajo. Un buen jefe debe comprender lo que hacen sus empleados, aunque no sea a nivel profundo, al menos al nivel suficiente para detectar falencias o malas prácticas.
Una vez aplicado el conocimiento obtenido a partir del proyecto Oxygen, mediante un programa de entrenamiento basado en estos principios, Google registró mejoras radicales en el 75% de sus jefes peor evaluados.
Con anterioridad a este proyecto, en Google creían que una de las características importantes de un buen jefe en un proyecto de ingeniería era un profundo conocimiento técnico, idealmente igual o superior al de sus subordinados. Esta visión cambió luego del proyecto Oxygen, gracias al cual descubrieron que el conocimiento técnico es la habilidad menos importante de un gran jefe, siendo la capacidad de enseñar a los demás a superarse, la habilidad número uno.