Si usan los servicios de gigantes informáticos como Google, se habrán fijado en algo curioso: cada vez que los usan, parecen ser un poco más rápidos, más precisos, más correctos; en otras palabras, más inteligentes.
Esto no es casualidad. Detrás de los grandes buscadores, traductores y prácticamente cualquier servicio en Internet de gran envergadura, existe un grupo de algoritmos que, como buenos alumnos, se alimentan de la información que proveemos y "aprenden". Estas son las llamadas inteligencias artificiales (IA).
El sistema de IA de Google, llamada TensorFlow, es el alumno más brillante de la industria, y desde hoy está disponible gran parte de su software para que cualquier persona o empresa lo use. Gratis.
Si vieron películas como Inteligencia Artificial y Yo, Robot, bórrenlas de su memoria, porque TensorFlow funciona de un modo bastante más limitado, aunque no menos impresionante.
La IA de Google, presente en hasta 50 productos de la compañía, utiliza el deep learning ("conocimiento profundo"), un modelo que analiza información paralelamente mediante redes neuronales artificiales que imitan las del cerebro, a diferencia del sistema computacional lineal.
¿Qué significa toda esta cháchara? Supongamos que queremos que la IA identifique una letra manuscrita correctamente. Como sería imposible enseñarle mediante programación todas las posibles excepciones que se pueden dar al escribir una letra, lo que se hace es "alimentarla" con cientos de datos, en este caso, ejemplos escritos de la letra, y dejarle que infiera reglas que luego aplique en el proceso de identificación.
Si bien este mecanismo es el que utilizan otros sistemas de IA, el software de Google lo hace mejor que todos y para una gran variedad de formas de información (audio, texto, imágenes) y plataformas (computadores y celulares). Esto se explica por la buena cantidad de recursos que han invertido en esta área en específico, comprando compañías de inteligencia artificial y contratando a mentes brillantes como Geoffrey Hinton, científico inglés considerado uno de los "padrinos" del deep learning.
"Google está cinco a siete años adelante del resto del mundo. Si hacen que sus herramienta sean de código abierto, esto podría hacer que todos los demás mejoren en el aprendizaje automático (rama de la Inteligencia Artificial que desarrolla técnicas de aprendizaje para máquinas)", opina Chris Nicholson, dueño de una startup de IA.
Dada la gran ventaja que cuenta el IA de Google sobre otras, sorprende que la compañía haya decidido liberarlo gratuitamente ¿será demasiado bueno para ser verdad?
Que TensorFlow sea gratuito significa que cualquier persona y empresa puede construir y ejecutar estas redes neuronales artificiales para sus proyectos y productos, incluso abriendo el camino a compañías que antiguamente no podían competir con Google porque, o debían invertir mucho en IA propios o depender de sistemas públicos y gratuitos, pero limitados.
"Podría ser útil para científicos", agrega Sundar Pichai, CEO de Google, "que estén tratando de dar sentido a datos muy complejos, desde el plegamiento de proteínas hasta masticar datos astronómicos".
TensorFlow, en otras palabras, cambia las reglas de toda la industria tecnológica y Google tiene muy buenas razones para querer que eso ocurra.
"Hemos visto de primera mano lo que TensorFlow puede hacer, y creemos que podría tener un impacto aún más grande fuera de Google", escribe Pichai, en el anuncio oficial.
Lo que Google quiere es, ante todo, acelerar la evolución de los IA, y sabe que la mejor forma de hacerlo es no proteger sus avances ni dejar que jueguen con ella sólo sus investigadores, sino abrir las puertas e invitar a todo el mundo a aportar su granito de arena
"Esperamos que esto permita a la comunidad del aprendizaje automático intercambiar ideas de forma mucho más rápida. Y eso, a su vez, permitirá acelerar la investigación sobre aprendizaje automático, haciendo que la tecnología funcione mejor para todos", agrega Pichai.
El punto, eso sí, que seguramente convenció a todos en Google es que todas estas personas que se nutran del IA de la compañía se irán acostumbrando a trabajar bajo el ecosistema Google, logrando lo mismo que hizo la compañía en 2007, cuando lanzó su sistema operativo Android en un competitivo mercado que hoy domina.
"Google no es una caridad, estoy seguro que se les ocurrió que, al ceder esto, tendremos muchos estudiantes de postgrado que estarán ya en sus universidades pillándole el gusto a las herramientas de deep learning de Google", opina Christopher Manning, profesor de ciencias computacionales de Standford.
También hay que decir que Google aún conserva su ventaja sobre la industria, ya que es sólo una parte de TensorFlow lo que han puesto a disposición gratuitamente, por lo que no sorprendería saber que la versión que ocupan sus servicios es más avanzada que la recientemente liberada.
Aún así, no deja de ser una gran noticia, sobre todo para el movimiento del Código Abierto y los entusiastas de la informática que hoy tienen un nuevo juguete con el que experimentar.