Mientras el desarrollo de fármacos data de hace milenios, sus métodos localizados de transporte, es decir, el cómo llevamos esos químicos a donde tienen que ir, están en su infancia.
Se trata de un área trabajada por ingenieros biomédicos y profesionales relacionados, cuyo papel es de vital importancia, sobre todo, en los casos de enfermedades agresivas y mortales; como las drogas que las tratan también son muy fuertes, se necesita de métodos de entrega que sean capaces de localizar inteligentemente dónde desplegar la droga y en qué cantidad, maximizando su efectividad y minimizando los efectos secundarios en el paciente.
Una de estos métodos más nuevos y posiblemente el más "cool", se trata de un metal líquido que se transforma para llevar su cometido, "como el ficticio Terminator", dice uno de sus investigadores.
"Tenemos una técnica de suministro de drogas que podría aumentar la efectividad de las drogas que son acarreadas, ayuda a los doctores a ubicar tumores, puede ser producido en masa y parece ser totalmente biodegradable con una toxicidad muy baja", dice Zhen Gu, ingeniero biomédico que formó parte del estudio.
Para crear estos nano-terminators, los científicos mezclan una aleación líquida de galio-indio con una solución de dos moléculas llamada ligandos poliméricos. Luego aplican ultrasonido, que hace que el metal líquido explote en mini-gotas de apenas 100 nanómetros de diámetro. La superficie de éstas comienza a formar una especie de piel de oxidación que, unida los ligandos que se adhieren, les impide fusionarse con otras.
Los científicos, posteriormente, introducen la droga en la solución –en el estudio escogieron la droga doxorrubicina, utilizada en la quimioterapia contra el cáncer– donde uno de los ligandos poliméricos la absorbe. Una vez en el cuerpo, el segundo ligando busca células cancerígenas y hace que los receptores de éstas se aferren y luego absorban a las nanogotas que pasan.
Luego comienza la diversión. Una vez dentro de las célula cancerígena, la acidez disuelve la piel oxidada de la nanogotas y libera a los ligandos con la droga. El metal líquido que queda, mientras tanto, continua disolviéndose en el entorno ácido, minimizando la toxicidad a largo plazo (los científicos señalan que se disuelve completamente en unos días) y liberando iones de galio que, según estudios, mejoran la efectividad de las drogas anticancerígenas.
Por si no fuera poco, las gotas son fácilmente ubicables, lo que les permitiría saber a los médicos la ubicación precisa de los tumores.
El estudio realizado se trató de una prueba de concepto en ratones, y sus resultados fueron bastante positivos.
Señalan que la concentración de la droga en el plasma fue significativamente mayor cuando se utilizaron los nano-terminators, en comparación con una inyección regular. Más importante, encontraron una "diferencia notable" en la inhibición de tumores, demostrando la mayor eficacia de la droga al aplicarla mediante el metal líquido.
También se realizó un seguimiento durante 3 meses para observar posibles signos de toxicidad en los ratones, y no se encontró ninguno.
El siguiente paso, dicen, es seguir probando en estudios más extensos para luego poder realizar pruebas clínicas. "Seguiremos evaluando la toxicidad sistémica de las formulaciones desarrolladas, como también a otros prometedores candidatos hechos de distintos metales líquidos, como galio puro", expresan en el paper.