Estrés, depresión y ansiedad parecen ser la "Santísima Trinidad" de las enfermedades del siglo XXI. Se les consideran las epidemias por excelencia de la generación Y, también llamados Millenials, y su impacto se ha comprobado en el campo laboral, social y personal.
¿Por qué andamos tan cabizbajos? Expertos en psicología mencionan la presión por ir a la universidad, el desolado campo laboral para recién egresados y padres sobreprotectores. Nuestras costumbres tampoco ayudan mucho.
Un reciente estudio, por ejemplo, encontró una relación entre el uso de Facebook y sentimientos de depresión. "No significa que Facebook cause depresión, sino que sentimientos depresivos y gastar mucho tiempo en Facebook comparándote con otros, van de la mano", explicaba su autora, Mai-Ly Steers.
¿No estaríamos mejor usando nuestro tiempo en la red para botar el estrés del trabajo y estudio antes que profundizarlo?
Esto buscaban un grupo de investigador del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quienes desarrollaron la primera red social que busca hacerle honor a su nombre: actuar de red de apoyo global.
"Una nueva solución para un viejo problema", dicen sus creadores, quienes llevaron la conocida terapia cognitiva, cuyo postulado central es que las personas sufren por la interpretación que realizan de los sucesos y no por estos en sí mismos, a una plataforma colectiva. Koko es, en otras palabras, una plataforma de terapia cognitiva de colaboración abierta (crowdsourced en inglés).
Su funcionamiento es bastante simple, y es similar a sitios de confesiones anónimas. Digamos que tuviste un mal día y crees que tu jefe te odia. Koko te invita a escribir brevemente cómo te sientes, sin necesidad de dar tus detalles personales, y te conecta con otras personas que pueden dar otra perspectiva del problema. Quizá te lo estás tomando muy a pecho, quizá tu jefe tuvo un día particularmente malo, quizá podrías hablarlo con él. "Repensar" es el concepto central de la red social.
- "Todos verán lo nervioso que estoy y haré el loco"
- "Ayuda a repensar esto" es el llamado para que otras personas comenten en un estado.
Koko se basa en la idea de que juntos somos más fuertes, y que "juntos, podemos dominar nuestros pensamientos, construir resiliencia, y aprender a estar calmados frente a cualquier situación estresante".
La idea provino justamente de un periodo de depresión, cuando uno de sus creadores, Robert Morris, se enroló en la meca de los programadores, el MIT, para realizar un postgrado. "La expectativa es que pudieras programar a un nivel de clase mundial", comentó para Wired el psicólogo graduado en Princeton, quien no se veía al nivel de sus compañeros.
El apoyo lo encontró en Stack Overflow, una activa comunidad de programadores que le ayudaron a salir adelante. Fue ahí donde notó el poder de la inteligencia colectiva. Esa chispa fue la que lo llevó a proponer Panoply en su tesis, una plataforma que hace pocos días se lanzó para dispositivos iOS renombrada como Koko.
Durante su periodo de testeo en el Media Lab del MIT, donde participaron unas 3 mil personas, la plataforma fue objeto de un estudio que comparó sus resultados con los de la terapia expresiva, donde se le pide a las personas exteriorizar sus pensamientos de forma escrita. En el papel ambas terapias son similares, salvo por el importante componente colectivo de Koko.
Luego de tres semanas de control de ambos grupos, el estudio observó que ambas terapias tenían efectos positivos similares, pero que Koko superó con creces a la terapia expresiva en un factor clave: enganchar a usuarios con depresión, que normalmente no usarían técnicas de reevaluación, para seguirla ocupando en el tiempo.
Si bien la plataforma no va a solucionar depresiones, ansiedades y estrés por arte de magia, la técnica de reevaluación que ofrece, es una herramienta útil para personas que quieran complementar sus tratamientos y otras que simplemente quieran desahogarse o ayudar a otros a cambiar su perspectiva.
Morris cree que con Koko la gente se beneficia tanto pidiendo ayuda, como ayudando. "Creo que trae un sentido de auto-eficacia, de si puedo hacer esto para alguien y ellos lo encuentran muy útil, quizá cuando yo esté estresado pueda hacer que me ayude a mí", dice.
Si los comentarios negativos en las redes sociales tradicionales son ya de por sí desagradables, en una plataforma donde se necesita de una especial empatía, son una fuerza capaz de arruinar todo el proyecto.
Es por eso que los investigadores detrás de Koko tomaron medidas para evitar troles, partiendo por un exigente sistema de moderación. Inicialmente, la plataforma también obligaba a cada usuario a seguir un tutorial de 4 a 5 minutos que explicaba el sentido de la red social, y servía, al mismo tiempo, para asustar a troles impacientes por hacer de las suyas. La versión final lo transformó en señales visuales integradas en el diseño de la interfaz, por ejemplo, sugiriendo frases con las que comenzar un comentario (algo que ya hace, aunque por razones muy distintas, Tinder).
La idea es que, a diferencia de Facebook, cada acción en Koko se tome a conciencia del impacto que podría tener en otra persona.
Actualmente la aplicación está disponible solo en inglés y para el sistema operativo iOS, en este link.