Imagen: Felipe Muhr

7 formas científicamente probadas para dar un regalo significativo

No gastes de más y no te gastes de más, entregar un buen regalo es mucho más sencillo de lo que crees.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2015-12-21 | 16:02
Tags | regalos, compras, consumismo, gastos, obsequios, amistades, familia, navidad, cumpleaños

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Los regalos transforman año a año nuestra linda y "blanca" Navidad llena de amor, en una pesadilla estresante, con exigencias que han terminado por ahogar el verdadero sentido navideño: el simple gesto cariñoso de dar algo. ¿Cómo salir de eso?

Sabemos (con certeza nivel CIA) que todavía no has comprado todos los regalos, así que tenemos una lista te vendrá como anillo al dedo. Vengas del estilo de celebración que vengas, con pompa máxima y succión de la tarjeta de crédito, o de una comida en familia con un par de paquetitos, de seguro te va ayudar.

Esta son 7 cosas que ha descubierto la ciencia para que nuestros regalos sean realmente significativos:

1. Conoce a la persona

La mejor manera de entregar un regalo insignificante y poco valorable, es no tener idea los gustos de la persona, algo sobre su historia o no considerarlo a la hora de tu compra. Como receptores sabemos que es algo que pasa a menudo. ¿Quieres dar un regalo con significado?

"Lo más importante en el intercambio de regalos, es demostrar que realmente conoces bien a la persona, y que realmente te preocupas por ella", asegura Ryan Howell, psicólogo de Universidad Estatal de San Francisco y co-fundador de beyondthepurchase.org.

Es el punto de partida para todo lo demás. Por eso, alguien que da regalos significativos, no suele comprar el mismo regalo nunca, incluso si se trata de personas que individualmente apreciarían el regalo y que entre sí jamás se enterarían de lo que recibió el otro; concluye un estudio realizado por Mary Steffel, experta en marketing de la Universidad de Cincinnati. También sugiere que la solución es no elegir el regalo en base a lo que nos gustaría dar, sino "meterse" en la cabeza del otro para saber qué quiere recibir. ¿No es "qué me gustaría que use / tenga / haga", sino "qué se compraría él/ella mismo/a?

Si se trata de un amigo secreto de oficina, no te preocupes. Quizás no conozcas a esa persona a la perfección, pero intenta averiguar algún gusto o afición de la que haya hablado estos últimos meses, con eso basta y sobra.

2. Regala experiencias, no objetos

Tener cosas que nos gustan nos puede entusiasmar, pero no hay como tener una buena experiencia. Un concierto, un paseo, obra de teatro, picnic o zoológico pueden tener más impacto en la felicidad de quien recibe un regalo. Según una investigación de la Escuela Wharton de la Universidad de Pennsylvania, las personas se sienten más conectados a quienes les hacen el regalo experiencial, versus quienes reciben un objeto material.

El impacto es mayor si son personas más cercanas, agrega un estudio y pueden ser especialmente significativos para los niños, afirma Allison Pugh, sociólogo experto en consumo.

"Si los regalos son el momento para expresar y forjar el amor, una de las mejores maneras de hacerlo es con tu propio tiempo", dice Pugh. "Eso siempre será un regalo muy poderoso."

Y para los que aún duden, hay más evidencia. Las personas que esperan un regalo material, pero reciben uno experiencial, igual reportan estar satisfechos, mientras que al revés no, concluyó un estudio de Howell.

(¡Buena, Mane Cárcamo, le achuntaste con tu columna!)

3. Regala una donación

Puede que sorprenda un poco a la primera, por inesperado, pero recibir una "donación indirecta" en nombre del regalado, a favor de una obra de caridad, provocará alegría en el destinatario. A fin de cuentas, recibirá por otras partes más regalos y no se quedará de manos vacías, sea Navidad o su cumpleaños. Donar está vinculado a la felicidad y esta investigación de la Escuela de Negocios de Harvard, sugiere que es un ciclo virtuoso, donde las personas más felices dan más a la caridad, y el dar más hace más feliz.

Una excepción importante que concluyó otro estudio de Lisa A. Cavanaugh, sugiere que este tipo de regalos sólo es valorado por los amigos cercanos y los padres, en cambio no era valorado para nada por amigos más lejanos, ni por la pareja. Anoten.

4. No compres algo más caro o sofisticado, no lo hará mejor

Solemos creer que mientras más gastamos o más fino es el regalo, la sonrisa de nuestro regalado va a ser más ancha y blanca. Bueno, no. Sorprendentemente, las personas son mucho más prácticas de lo que creemos y su alegría al abrir un paquete por lo general no se asocia a su costo.

Estudios en conjunto de investigadores del Journal of Experimental Social Psychology y Stanford, concluyen que en realidad, el costo no afecta la apreciación del regalo. Aunque los que regalaban pensaban que sería mejor recibido, los receptores aseguraron que un regalo más no les daba más felicidad que uno barato.

Otro estudio, publicado a principios de este año en el Journal of Consumer Research, arrojó que las personas, a fin de cuentas, prefieren un regalo simple y útil. La prueba fue con la compra de un software sofisticado versus uno más barato y simple, donde los compradores se inclinaron por el primero, mientras los que esperaban el regalo prefirieron el sencillo. Una respuesta similar se dio con el recibir una invitación a un restaurant más caro, pero muy lejos en la ciudad, versus uno más sencillo, pero cercano.

Recordemos, además, que el ser humano tiende a sentirse en deuda ante favores y obsequios ajenos, y que su tendencia natural es a retribuir el favor; por lo que regalos demasiado valiosos pueden sentirse como una obligación a retribuir algo de valor similar, o generar un sentimiento de culpa en el regalado, de sentir que el otro hizo un esfuerzo excesivo en su favor.

5. Tampoco agregues "complementos", menos es más

Similar, pero no igual. Esto tiene que ver con la cantidad de elementos dentro de un paquete, porque a veces sentimos que nuestro regalo no es suficiente y le agregamos algo pequeño para complementarlo y que se vea mejor. Pues bien, eso no lo hace mejor, más bien disminuye el aprecio del regalo.

Con siete experimentos, estos investigadores descubrieron que los receptores del regalo subconscientemente valoran menos la combinación de algo grande con varias cosas extra, porque hacen un promedio del valor de los componentes individuales para hacerse una impresión de lo global. Desde la música, hasta becas, los participantes tendieron a considerar mejores los regalos únicos que los combinados.

6. Explicita las razones de la compra

- "Ahhh, que bueeeno, un set de picnic individual" (¿Para qué diantres es esto? Explícate.)

Un regalo será mucho más significativo si la persona que lo recibe entiende por qué le estás regalando eso o conoce directamente el valor que tú le asignas para dárselo.

- "Me acordé que siempre hablas de escaparte para subir un cerro solo, creí que podría ser un buen complemento". (Click, ¡qué buen regalo!)

Parte de un estudio publicado en The Journal of Experimental Psychology, concluye que si las personas reciben regalos extraños o inesperados, lo consideran mucho más deseable cuando la persona le explica qué es lo que pensó de ella y por qué llegó a comprar eso.

7. Limita (un poco) tu lucha anti-consumismo

Esta regla aplica especialmente cuando se regalas a los niños, pero solamente con algunas cosas. 

Puede ser que se hayan "malacostumbrado" y pidan en sus cartas al mágico Pascuero prácticamente todo lo que el retail se ha dedicado a promover por meses; así que, naturalmente, muchos padres deciden que resulta educativo no darles lo que piden, por mucho que lo deseen y por popular que sea.

Pero, ¡atención! No siempre los juguetes que piden los niños son por mero consumismo. Algunas solicitudes tienen que ver con un sentido de pertenencia y sociabilidad, ya que tener las mismas cosas que sus amigos les ayuda a encontrar un punto en común con ellos.

"Las cosas de los niños tienen un componente social muy intenso, y con esto, quiero decir que es casi un idioma que hablan entre sí", comenta Pugh, que ha estudiado el comportamiento de los niños en el consumo.

Esa muñeca de esa marca, ese peluche de esa película…los objetos materiales pueden ser significativos, y tus prejuicios hacia las princesas Disney o las armas de juguete pueden estar dificultando la socialización de tus hijos, provocándoles más daño que el que esos juguetes jamás pudieron causar.

Así que está bien, cuando amerite, comprar esos objetos deseados, mientras guardemos un límite sano.

¿Cómo son tus regalos navideños? ¿Cuál ha sido el regalo más significativo que te han dado?