En Kamikatsu no se puede tener un solo basurero, ni siquiera cinco o diez, más bien hay que tener 34 diferentes. Si se quiere reciclar, hay que separar la basura de verdad y, aunque parece una tarea titánica a primera vista, los habitantes de este pequeño poblado japonés ya están totalmente acostumbrados.
Con el sistema que han creado, hoy reciclan, reutilizan y hacen compost del 80% de sus desechos, mientras que solamente un 20% queda en vertederos. El desafío que viene ahora es reducir a cero los desechos en 2020.
Para lograr esto, crearon una hoja de ruta a seguir, que considera potenciar aún más su modelo de reducción / reutilización / reciclaje, incluyendo no solamente a sus habitantes, sino también a las empresas locales y externas que participan en la producción y suministro material de la ciudad.
No es que en Kamikatsu siempre fueran "verdes" ni tuvieran conciencia del impacto medioambiental de la basura. De hecho, hace pocos años quemaban sus desechos. Pero cuando notaron que era un atentado contra el planeta, decidieron hacer algo (2003) y hoy, cada habitante de este pueblo de 1.700 personas se hace cargo personalmente de todo lo que bota.
Personalmente es algo literal, porque cada uno limpia, ordena y entrega sus desechos en la estación central de residuos o en tiendas locales que actúan de intermediarias. Esto lo hicieron para simplificar la recolección, ya que darle la tarea a los camiones de basura de retirar 34 especies diferentes hubiera sido prácticamente imposible de llevar a cabo.
"Lavar los envases para que no queden con residuos es trabajo duro. Puede costar al principio y en un comienzo nos opusimos a la idea", recuerda Hatsue Katayama, habitante de Kamikatsu. "Si te acostumbras, luego se hace normal. Ahora no pienso en eso, se hizo natural separar la basura de manera correcta".
En el centro de reciclaje, un especialista supervisa la clasificación de la basura, asegurándose que no haya errores que pueden afectar considerablemente el proceso.
Este lugar, administrado por la ONG Zero Waste Academy, es visitado no solamente por las escuelas locales, sino por estudiantes y organizaciones de todo el mundo, lo que disparó el número de visitantes a más de 2.500 al año el 2014, según indica el World Economic Forum.
El reciclaje en Kamikatsu también incluye los residuos orgánicos, los que se gestionan en cada hogar y sirven como fertilizante para los propios dueños de casa, que son propietarios de granjas en esta localidad que se caracteriza por ser rural.
Además, no solamente reciclan, sino que han pensado una manera de reutilizar mejor las cosas. Crearon las tiendas "kuru-kuru", que significa "circular", donde se puede donar ropas, juguetes, muebles, y a la vez, llevarse gratis lo que uno necesite. También crearon una fábrica especializada, donde expertos en costura, generalmente abuelitas, transforman materiales como kimonos usados o antiguas banderas, en peluches y bolsos para vender.
"Estamos tratando de enfocarnos más y cambiar totalmente nuestro estilo de vida", explica Akira Sakano, oficial jefe adjunto de Zero Waste Academy.
Aunque solamente países enteros como Suecia han llegado a reciclar casi completamente toda su basura, la reducción de desechos se ha transformado en una tendencia mundial. Por ejemplo, grandes ciudades en EE.UU., como San Francisco, han alcanzado más de un 70% de reciclaje actualmente, San Diego persigue lo mismo al 2030 y Nueva York pretende en 15 años estar libre de desechos.
Aquí les dejamos un video (en inglés) para que puedan conocer de cerca cómo funciona la sustantabilidad en la ciudad de Kamikatsu: