Imagen: César Mejías

Las extrañas "plantas de resurrección" podrían salvar nuestros cultivos de la sequía

Estudios están descubriendo el mecanismo de unas especies vegetales muy especiales, capaces de sobrevivir por años prácticamente sin agua y revivir en unas pocas horas. Su funcionamiento podría ser la solución para detener la falta de alimentos que traerá el cambio climático.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2016-03-03 | 12:15

Jill Farrant era hija de un agricultor y a los nueve años, mientras caminaba por el campo, se encontró con una planta muerta y seca. Nada fuera de lo ordinario, excepto por lo que vendría después: tras una lluvia, la vio volver a la vida como si nada hubiese pasado… la planta literalmente había resucitado. Su padre no le creyó.

El hecho la impactó tanto, que hasta lo registró en su diario de vida. Años más tarde y siendo una bióloga consagrada, estaría recibiendo el premio La Mujer y la Ciencia de la Unesco y luego presentando una charla TED sobre este fenómeno, su pasión de vida, y una potencial solución para enfrentar el grave problema de la sequía en nuestro planeta.

Resucitando desde las cenizas

A partir de su observación de niña, Farrant decidió dedicarse al estudio del mecanismo molecular que permite que 135 especies de vegetales puedan sobrevivir en condiciones de extrema sequía,(perdiendo hasta el 95% de su agua) y que luego de recibir hidratación, puedan revivir en unas pocas horas o días. Son las llamadas "plantas de resurrección".

"IT'S ALIIIIIVE!"

Más de dos décadas de estudio de éstas, la han llevado a un objetivo: lograr que cultivos nutritivos como el maíz, el trigo y el arroz, puedan imitar su mismo comportamiento. ¿Para qué?

El 2050 nos traerá serios problemas, según las estimaciones científicas. No es culpa del pobre año, sino de la constante degradación de suelo y cambio climático, que nos conduce a pasos agigantados a un mundo con poca agua y espacios para cultivar.

Y para esas fechas, seremos casi 1500 millones de habitantes más, por lo que se sugiere incrementar en un 70% nuestra producción agrícola, pero la drástica disminución de los recursos hídricos pondrá a la agricultura en serios aprietos.

En base a los estudios de Aiguo Dai, Farrant grafica que las siguientes zonas del mundo se verán considerablemente afectadas por problemas de sequía:

Imagen: TED/Jill Farrant

Buscando soluciones: el microscópico secreto de las plantas de resurrección

Una planta normal puede perder entre un 10% y un 70% de su agua y sobrevivir, pero exclusivamente por períodos cortos. En cambio, estas especies resucitadoras, pueden durar meses o años con pérdidas de hasta el 95% de agua y mantenerse a la espera.

Al igual que las semillas (de cualquier vegetal), son tolerantes a la desecación y pueden soportar condiciones ambientales extremas, esperando que llegue el momento de volver a hidratarse.

Adentrándose en el ADN de las diferentes plantas, Farrant y su equipo lograron descubrir que este curioso y poco común mecanismo tiene que ver con la activación de un gen específico que es capaz de hacer resistente la planta en casos de extrema sequía.

Lo interesante es que todos los cultivos modernos tienen en su interior estos "genes de resurrección" ante la sequía en sus raíces y hojas, la diferencia es que no los activan, sino solamente en los tejidos de las semillas.

Por eso, estos científicos están buscando entender qué señales ambientales y celulares activan estos genes en las plantas de resurrección, para imitar ese mismo proceso en otros cultivos, especialmente en los alimenticios como el maíz, el arroz y el trigo.

¿Se trata entonces de controversiales cultivos modificados genéticamente?

"Depende de la definición de modificación genética que ustedes tengan. Todos los cultivos que comemos hoy en día, trigo, arroz, maíz, están muy modificados genéticamente de sus antepasados, pero no lo consideramos así porque se producen con el cultivo convencional", explica Farrant en su charla TED.

La diferencia con la modificación genética, se defiende la bióloga, es que en este enfoque se trata de activar grupos enteros de genes que ya están presentes en todos esos cultivos, y no de insertar nuevos genes.

"Lo que estamos tratando de hacer, es repetir rápidamente lo que la naturaleza hizo en la evolución con las plantas de resurrección hace entre 10 y 40 millones de años atrás", concluye la bióloga.

Lo que está por venir

El plan de prueba que busca Jill, está enfocado en África, uno de los continentes más duramente afectados por la falta de agua, además de ser su tierra natal (es sudafricana). Su foco es el sur del continente, donde el cultivo del maíz es fundamental, y donde el cambio climático podría reducir sus rendimientos hasta en un 30% al 2030. De conseguir el financiamiento necesario, Farrant asegura que en unos 10 a 15 años, podrían tener un producto.

"Estoy ofreciendo una solución potencial", explica la bióloga. "No es la más productiva, pero va a ayudar a la gente a conseguir alimentos en África. Para llevar esto a escala mundial se requerirían de grandes financiamientos y personas en lugares como EE.UU. para ayudarnos".

Eso sí, el proyecto de Farrant y su equipo no es la panacea. Sería solamente parte de una solución, obviamente, y según Phys, los expertos consideran que es necesaria una solución integral a los problemas climáticos del mundo o a los de hambruna.

Árboles en Chile contra la sequía

Científicos chilenos están buscando crear una generación de árboles frutales especiales, que sean capaces de resistir a los efectos del cambio climático, principalmente la sequía y la concentración, en cortos períodos de tiempo, de vientos, heladas o tempestades.

Los investigadores del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) están dedicados al desarrollo de estos "superárboles" desde el 2009. Lo hacen con un método conocido, el injerto, donde una porción de tejido de una planta se une a otra ya asentada (portainjerto) y crecen ambas como un solo organismo.

Hace 5 años se inició el cruce de nueve selecciones de portainjertos, utilizando las técnicas de biotecnología para clonar los genes de las plantas más resistentes y tolerantes.

"Por ejemplo, en el híbrido entre un duraznero y un almendro, este último aporta la resistencia a la sequía y la tolerancia a los nemátodos, un patógeno del suelo que afecta a las raíces", explica Mauricio Ortiz, director interino del CEAF.

El duraznero, en otro caso, se cruza con el ciruelo, que aporta mejor resistencia a las inundaciones y crea un fruto más tolerante a las condiciones adversas del cambio climático.

¿Crees que esta es una buena solución para frente a la sequía? ¿O consideras que la manipulación genética no debe darse en ningún caso?