*Esta nota fue originalmente publicada en 2016.
Facebook puede ser un lugar terrorífico. Entre las conspiraciones reptilianas del amigo, el comentario levemente xenofóbico de la tía-abuela y la declaración de la prima chica de que Justin Bieber es mejor que Los Beatles, a veces dan ganas de meterse bajo las sábanas, ponerse en posición fetal y olvidarse de que las discusiones en línea existen.
No tengo dudas de que, cuando Internet comenzó a tomar forma, sus creadores no tenían idea de que se convertiría en el campo de batalla argumental del siglo XXI. Como en toda guerra, hay ganadores y perdedores. ¿Pero qué los separa? Un estudio de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, indagó precisamente en esto.
El nombre completo del estudio es Ganando discusiones: Dinámicas de interacción y persuasión en discusiones en línea de buena fe. Esa es una acotación importante, porque el estudio analizó debates constructivos. Es decir, lo que aprenderemos aquí no se aplica a enfrentamientos con los infames troles que pueblan la red (un consejo: ignórenlos).
Los cuatro científicos computacionales autores del paper, estuvieron nada menos que 2 años y medio analizando discusiones en el popular sitio Reddit, el lugar donde se originan buena parte de los memes que inundan Internet. Específicamente, analizaron discusiones de todo tipo que se dieron en Change My View, un subreddit (una subcategoría del sitio) donde una persona crea un tema con una opinión, buscando debatirla con otros miembros del sitio. Si el autor es persuadido, le otorga un "delta" a quien lo convenció, el símbolo matemático de cambio. Los investigadores utilizaron esta señalización para discernir entre argumentos ganadores y perdedores.
Luego de analizar más de 18 mil discusiones, no solo no se volvieron locos, sino que llegaron a conclusiones respecto a los factores más asociados a una "victoria" argumental.
Veamos qué podemos aprender del estudio:
1. Prefiere artículos definidos sobre indefinidos. "En términos de proporción de palabras", dice el estudio, "artículos definidos ('el' en vez de 'un') son preferidos, lo que sugiere que esa especificidad es importante en argumentos persuasivos".
2. Links, links, links. El estudio arrojó que los argumentos más persuasivos utilizan más enlaces a otras fuentes que el promedio. Los investigadores crearon 3 categorías: .COM, .EDU (exclusivo de instituciones educativas) y PDFs. "Quizá por su alta recordación, los enlaces .COM parecen ser más poderosos", acota.
3. Ejemplos, ejemplos, ejemplos. Los investigadores también detectaron una frecuencia mucho más alta de frases como "por ejemplo", "ej." "entre ellas" en argumentos victoriosos, en comparación con el promedio.
4. Espera feedback de la contraparte. Esperar que la persona dé la opinión contraria, conteste a tu argumento y contraargumentar, hará que tus opciones de persuadirlo aumenten, encontró el estudio, pero sólo hasta tres o cuatro intercambios. Una vez pasado ese punto, es poco probable que la otra persona cambie de opinión.
5. No cites a tu oponente. Una cosa es responder, otra es citar cada cosa que dijo e ir discutiendo punto por punto sus palabras. Si bien no parece tener nada de malo, las personas, cuando las citan en un contraargumento, no lo reciben bien, porque sienten que la contraparte está siendo puntillosa, fijándose en pequeñeces y no en la idea general. El resultado es una menor disposición a ser persuadido.
6. La unión hace la fuerza. Por muy buenos que sean tus argumentos, si te enfrentas a un ejército de opiniones contrarias, lo más probable es que tu voz se ahogue. En estos escenarios, conviene unir tu voz a la de otros. También sucede cuando discutes contra una sola persona; si tus argumentos son compartidos por otros, la contraparte es más susceptible a cambiar de opinión (¡tres hurras por la presión social!).
7. Menciona aquello que tu contraparte no ha mencionado. Limitarse a los mismas temas del argumento contrario no juega a tu favor. El estudio encontró que aquellos comentarios que variaban más en su vocabulario a la posición contraria, es decir, que trataban aristas de la discusión no abordadas por su contraparte, eran más efectivos que aquellos de vocabulario más similar. (Esto es una máxima habitual en los debates políticos: no te metas en la cancha planteada por tu oponente, sino que crea un nuevo ángulo para la discusión).
Antes de que abran Facebook, Twitter o cualquier otra red social con el fin de darle una lección al amigo, tía-abuela y prima, hay que dejar algo claro: no existe una fórmula perfecta para ganar una discusión, en línea o en persona. Especialmente cuando, después de todo, nadie asegura que seas tú el que tiene la razón.
En las interacciones humanas juegan demasiados factores, como para que un estudio las desmigue todas, aunque no deja de ser una buena ayudita.