Bután es un país increíble. Ya habíamos hablado hace unos meses de su estrecha relación con la felicidad y de cómo miden el desarrollo del país según su índice de Felicidad Interna Bruta (FIB). Pero también hay más: el pequeño reinado es carbono negativo.
Sí, eso es incluso mejor que ser carbono neutral. Que sea negativo quiere decir que retienen más carbono del que emiten directa o indirectamente. Esto se debe a que todo el país genera 2.2 millones de toneladas de dióxido de carbono, pero sus bosques capturan más de tres veces esa cantidad.
Y para explicar la experiencia pro ambiental del país, el primer ministro, Tshering Tobgay, dio una charla para TED Talks.
¿Cómo lo lograron? Es la incógnita que busca despejar Tobgay y para eso entrega los seis pasos que, a su juicio, lograron este increíble (y verde) resultado.
1. El 72% del país está cubierto por bosques. De hecho, según la Constitución del Reino de Bután, por lo menos el 60% de la superficie del país debe estar cubierta por estos. Además, más de la mitad del país está protegido a través de reservas naturales, parques nacionales y santuarios de la naturaleza. Y la gracia es que estos han sido interconectados en una red de corredores biológicos.
Cada año invierten recursos en prevenir la caza furtiva, la minería y la polución en dichas zonas. Además capacitan a las comunidades que viven en aquellos parques para que puedan mantener los bosques, adaptarse al cambio climático y a la vida contemporánea, pero estando conectados con la naturaleza al mismo tiempo.
2. Exportan la mayoría de la energía renovable que producen a partir de sus ríos. A través de la energía hidráulica (hidroelectricidad) que les venden a sus vecinos, compensan más de 6 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Para el 2020 esperan exportar suficiente electricidad como para compensar 17 millones de toneladas. Y si logran aumentar incluso en la mitad la capacidad hidráulica actual, podrían llegar a compensar alrededor de 50 millones de toneladas. Algo así como lo que emite en un año la ciudad de Nueva York.
3. Proveen electricidad gratis a las comunidades de zonas rurales. La idea de esto que es que no se vean obligados a usar leña para cocinar, por ejemplo.
4. Invierten en transporte sustentable y subsidian la compra de vehículos eléctricos. Además, subsidian la compra de ampolletas LED y el gobierno está avanzando para eliminar el uso del papel en sus oficinas.
5. Existe un plan de limpieza a través de todo el país llamado Bután Limpio.
6. También plantan árboles en todo el país gracias al programa nacional Bután Verde.
Pero mantenerse como un país carbono negativo se ha transformado en un enorme desafío para Bután. Según su primer ministro, es probable que durante los próximos años la economía del país no tenga todos los recursos para cubrir los costos que implica proteger al medioambiente. De acuerdo a sus estimaciones, podría tomarles hasta 15 años poder llegar a ser financieramente sustentables.
Además, el país se las arregla para mantener un sistema de educación escolar gratuito y un amplio sistema de becas para la educación universitaria. En tanto, la salud también es gratis. Consultas médicas, medicinas, tratamientos: todo está provisto por el Estado. Toda una proeza en un país relativamente pobre.
Y para poder hacerle frente a todas sus necesidades y a la vez seguir siendo carbono negativo, crearon el plan Bután por la Vida. Se basa en recibir una serie de donaciones individuales en un plazo de 15 años, con el propósito de financiar las iniciativas destinadas a cuidar el medioambiente. La idea es que cuando el país sea financieramente sustentable, devolverá cada moneda recaudada.
Con todo, de poco sirve tanto esfuerzo si se queda en sólo un pequeño país, por eso, quieren exportar este modelo a otros países de bajos recursos para que todos puedan hacer esfuerzos en desarrollar planes de sustentabilidad medioambiental.