¿Adivinas de qué están hechos estos deliciosos cubitos?

El aspecto de la comida es fundamental, sobre todo si se trata de un alimento nuevo para nuestros paladares. Siguiendo las recomendaciones de la FAO, la empresa Ento se propuso usar el diseño para introducir a la dieta occidental un alimento tan nutritivo como controvertido: Los insectos.

Por Magdalena Araus @mmaraus | 2013-07-08 | 09:09
Tags | insectos, diseño, gastronomía, alimentación

"Ojos que no ven, corazón que no siente" es una frase sabia. ¿Probarías en un aperitivo un cubo de carne apanado untado en salsa de soya? Difícil rechazarlo. ¿Pero qué pasa si después de disfrutarlo te contaran que era grillo apanado? Cambia la historia… Pero a esas alturas ya lo probaste y descubriste que no tenía nada de asqueroso. Algo que no hubiese pasado si te hubieran ofrecido ese grillo frito tal cual es, con sus patitas a la vista. Como bien dicen, la comida entra primero por los ojos. 

Hace poco publicamos en El Definido la noticia sobre el llamado de la FAO a consumir insectos, ya que la población mundial al 2050 superará las capacidades agrícola y ganadera, generando una falta considerable de alimentos. ¿De verdad vamos a empezar a comerlos?

Esa noticia chocó a muchas personas, sobre todo en el mundo occidental. "Bichos"…. parece difícil vernos incluyendo en nuestra dieta a estos pequeños invertebrados. La realidad es que actualmente más de dos mil millones de personas en el mundo integran este alimento como parte de su dieta cotidiana. 

El diseño sí importa

¿Por qué a algunos nos causa rechazo comer algo que puede ser mejor que lo que acostumbramos a comer? Porque aunque los insectos sean nutritivos, sabrosos y sustentables existe una barrera importante: el aspecto.

Ese problema quisieron resolver cuatro alumnos de diseño del Royal College of Art y el Imperial College de Londres. Partió como un proyecto de graduación. Hoy es un negocio con un futuro prometedor.

Se basaron en el caso del sushi. Hace 30 años era visto como algo muy extraño que los japoneses comieran pescado crudo y causaba reacciones adversas. Hoy es un alimento masivamente vendido en supermercados y restaurantes. ¿Cómo invitar a esta misma fiesta a los insectos? ¿Qué tanta diferencia hay entre comer pescado crudo y una oruga?

Luego de estudios, ideas y pruebas crearon Ento la marca que ofrece bichos como alimentos. Ento pone a prueba el tabú cultural de la gastronomía occidental, entregando un diseño atractivo, presentaciones ingeniosas y destacando los beneficios de los insectos comestibles para hacer frente a los problemas crecientes que rodean el suministro de alimentos en el mundo. Se dieron cuenta de que la abstracción era necesaria para lograr la aceptación.  

Ricos en proteínas, bajos en grasa, una gran fuente de vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. No compiten comiendo los mismos alimentos que el ser humano, son fáciles de cultivar y su producción tiene muchísimo menor impacto ambiental que las carnes comunes que además no darán abasto ¿Por qué no?

Creen que con este proyecto, entre otras cosas, los platos de insectos serán algo común en los supermercados para el año 2020. Si todavía cuesta imaginarlo, quizás sea bueno ver algún proyecto concreto.

Entobox: la carta a jugar

El objetivo es redefinir los insectos como un tipo de alimento, no como un tipo de animal. Uno de los productos estrella es Entobox, una caja que integra cubos de insectos, salsas y verduras como una comida completa para llevar. Su nombre es un juego de palabras. "Bento" es una ración de comida simple y lista para llevar muy común en la comida japonesa, que por lo general tiene arroz, pescado o carne y vegetales. "Ento" es la raíz griega de las palabras en español asociadas con insectos (entomología, entomofobia, etc).

Este producto, de diseño similar al sushi busca introducir de manera interesante a la dieta occidental esta nueva fuente nutritiva que creemos difícil de aceptar. Estos diseñadores se dieron cuenta de que incluso una capa de barrera mínima como las migas de pan, era suficiente para que muchas personas encontraran la comida apetitosa.

Estos cubos que ofrece Entobox, algunos apanados, con soya, verduras, pretenden introducir los insectos en esta primera etapa de aceptación que es más delicada. Se busca que los insectos sean irreconocibles. Pero esto es un punto de entrada para alcanzar la meta final de hacer común el hecho de comer bichos. 

Un plan ultra estudiado

Si se pretende generar un cambio cultural, hay que pensar muy bien los pasos a seguir. El negocio puede ser muy exitoso y lograr beneficiar al mundo si se toman las decisiones correctas en el camino.

Todo se trata de la percepción, comprobaron este grupo de jóvenes. Por eso hay que ir de a poco. La idea es partir asistiendo a festivales y mercados para ofrecer sus productos, principalmente los más abstractos. Luego instalar un restaurante que ofrezca experiencias nuevas a través de esos mismo productos. Más adelante introducir la línea en los supermercados, integrando ingredientes a base de insectos acompañados de recetas exitosas de buena comida. Acompañando todo esto crear una imagen de marca que refuerce las connotaciones positivas de los insectos como limpios, sanos y naturales. 

¿Serán ricos?

"Si asas gusanos de cera, que son estas pequeñas orugas que se alimentan sólo de miel, tienen un sabor muy parecido a los pistachos. Los saltamontes son algo así como las nueces. Los grillos son diferentes, muy carnosos. Si los fríes, su sabor es un poco como salchichas. Y, obviamente, la primera vez que los pruebas, los asocias con un montón de cosas que ya son familiares para tí. Pero a medida que uno consume más y más, empiezas a reconocer sus propios sabores ", dice Julene Aguirre-Bielschowsky, una de los cofundadoras. 

Si quieres ver cómo serían los productos, el plan a seguir y las razones detrás del proyecto, mira este atractivo video de presentación que hicieron: