Desde el año pasado que el tema de los refugiados sirios ha sido portada en todos los medios del mundo. Los gobiernos europeos han puesto esta crisis como prioridad en sus agendas políticas y las redes sociales de los 6 continentes se han llenado de mensajes de apoyo para los que cruzan el Mediterráneo arriesgando sus vidas con tal de llegar a un lugar seguro, lejos de la guerra.
El mundo entero ha reaccionado ante este tema y las autoridades de los países que acogen a estas millones de personas, no duermen pensando en cómo enfrentar el problema, especialmente en el plano de vivienda, trabajo y educación. Todo esto ha provocado muertes, debates, extremistas en contra, deportaciones, críticas a las medidas de integración; pero al menos es una crisis que se destapó, que está siendo enfrentada y que tiene los ojos del mundo entero encima.
Pero, ¿qué pasa con los otros refugiados? Siria no es el único país en conflicto. Siria no es el único país del que sus habitantes arrancan por miedo a la violencia, por temor a perder todo, incluso la vida. Esta semana la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), envió un comunicado en el que solicita acción urgente para los refugiados de Centroamérica, los que provienen, en su mayoría, del Triángulo Superior de América: El Salvador, Honduras y Guatemala.
“El número de personas que huyen de la violencia en Centroamérica ha aumentado a niveles que no se conocían desde que la región fue azotada por los conflictos armados en los años ochenta y se requiere acción urgente para asegurar que los niños no acompañados y otras personas vulnerables reciban la protección que merecen”, señala el comunicado.
Antes que todo hay que entender que el término refugiado se aplica a toda persona que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera de su país de nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país”.
Para los refugiados hay una amenaza latente, en cambio los migrantes son quienes quieren realizar una mejor vida en otro país, pero que al volver a sus países natales, seguirían gozando de la protección de su propio gobierno.
Entendiendo lo anterior, debemos saber que ninguna nación puede rechazar a una persona en las fronteras, expulsarla o extraditarla a un territorio, si dicha persona alega que puede ser perseguida en éste, o si su vida, libertad o seguridad pudieran verse amenazadas.
Y entre los derechos de los refugiados están:
Como vemos, en esta y otras crisis, muchas veces incluso los más básicos de estos derechos no se cumplen.
La ONU expresa que las razones que tienen los centroamericanos para migrar de sus países, tienen que ver con la pobreza y falta de empleo, pero por sobre todo por la violencia desmedida y por la persecución a manos de actores criminales armados. Y que este peligro ha aumentado en más del 100% en los últimos años (en esta nota pueden ver en detalle los porcentajes), por lo que el ACNUR considera que la situación actual representa una crisis de protección.
Los países que más solicitudes de asilo han recibido son México con 3.448 refugiados (aumento de un 164% respecto a 2013), Costa Rica con 3.616 (aumento de 176% desde 2013), Belice con 633 (aumentando diez veces respecto a 2014) y Estados Unidos se lleva el récord y desde el 2013 las solicitudes han aumentado en más del 250%.
¿De qué arrancan los centroamericanos? La mayoría de refugiados corresponde a niños y mujeres. Éstos generalmente arrancan por temas de violencia familiar, por miedo a ser reclutados en bandas delictuales y paramilitares, por desintegración familiar, por catástrofes naturales (como la depresión tropical 12 E que afectó a El Salvador, Honduras y Guatemala el 2011. Terremotos), por persecuciones de género (violencia sexual, víctimas de trata, víctimas de violencia durante conflictos armados, matrimonios forzados, entre otros).
La violencia es el principal factor de la migración. Sus principales responsables son las guerras entre pandillas. Hay que considerar que la OMS declara epidemia a los países que tienen un índice de asesinatos de 10 por cada 100.000 habitantes. Y Honduras, por ejemplo, considerado el país más violento del mundo entre 2010 y 2014, tuvo una tasa de homicidios de 58 por cada 100.000 habitantes.
En El Salvador la situación es similar. El año 2014 fueron asesinadas 3912 personas, de las cuales más del 90% corresponde a civiles. Y este 2016 las cifras han aumentado en más de un 10%, por lo que el gobierno de Salvador Sánchez consideró declarar Estado de Sitio con el fin de combatir la extrema violencia, señalando que la responsabilidad la tienen las dos principales pandillas, Barrio 18 y mara Salvatrucha, quienes cuentan con cerca de 60.000 personas alineadas, las que se dividen por barrios con el fin de tener el control territorial y manejar los mercados ilegales.
Guatemala tampoco se queda atrás con una tasa promedio de 34 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
El ACNUR señala que las preocupaciones más grandes van por los niños no acompañados y mujeres que huyen de sus países, ya que se enfrentan al reclutamiento en pandillas criminales, a la violencia sexual y de género y al asesinato.
Sobre esto también habla la UNICEF, organización que trabaja con los distintos gobiernos para recibir a niños retornados, protegerlos, identificarlos, localizar a sus familiares, ofrecer asistencia médica y crear refugios temporales. La organización señala que en los últimos dos años el aumento del número de niños y adolescentes de Centroamérica y México que trataron de entrar a Estados Unidos fue dramático: más de 68.000 menores no acompañados fueron detenidos en la frontera el 2014 y 35.000 durante el 2015.
¿Cuál es el riesgo de estos niños?, muchos de ellos, en su paso por México, se entregan a traficantes de personas, a muchos los violan y la mayoría no llega a Estados Unidos o son asesinados en el trayecto. Y de los que logran cruzar, muchos llegan gravemente enfermos, mutilados o con desnutrición.
Y es por esto que ACNUR manifiesta que Centroamérica requiere con urgencia una respuesta de protección y un enfoque regional hacia la responsabilidad compartida. ¿Cómo hacerlo?
Pero es poco probable que lo anterior ocurra, mientras la prensa y la opinión pública no ponga este tema en el centro de debate y demande una solución, por eso tu propia capacidad de difundir esta información es fundamental. ¡Ayúdalos compartiendo esta y otras noticias al respecto!