Imagen: Rodrigo Avilés

Así es como Luxemburgo busca ser el país más "animal friendly" del mundo

Líderes del pequeño país europeo propondrán una ley que, según expertos, se convertiría en el estándar de derechos animales en el mundo.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2016-05-20 | 12:01
Tags | animales, derechos, Europa, seres vivos, Luxemburgo, ley, política

Si ves a tu gato practicando alemán, a tu perro cambiando euros y al gallo de la vecina buscando en la Wikipedia qué cresta es una monarquía parlamentaria, es porque ya tomaron la decisión. Luxemburgo, el pequeño país europeo, sería lo más parecido al cielo en la Tierra para el reino animal.

Un nuevo proyecto de ley propuesto recientemente por su Ministro de Agricultura, Fernand Etgen, busca dejar la vara alta en lo que derechos animales se trata. Expertos internacionales la avalan y la ven, más que como una medida revolucionaria, como una actualización necesaria a lo que la ciencia nos viene diciendo hace varios años: que los animales son seres con conciencia (¡duh!).

El proyecto de ley luxemburgués

"Los animales no serán más considerados como cosas, sino como seres vivos no humanos dotados de sensibilidad y poseedores de ciertos derechos". Así se resumió la propuesta cuando fue presentada al Consejo de Gobierno de Luxemburgo.

El proyecto de ley, que fue creado por Etgen con la ayuda de grupos activistas de derechos animales, es descrito como "impresionante y aborda toda una nueva área que leyes tradicionales contra la crueldad hacia los animales no habían tocado", por Kitty Block, vicepresidente de la ONG de protección animal Humane Society International, y "prometedor" por Jared Goodman, director de ley animal en la Fundación PETA.

Aún no se tiene acceso a la propuesta completa, pero se conocen algunas medidas de este proyecto ley que vendría a reformar una ley de 1983, y que, agrega Block, "va más allá que cualquier legislación que (yo) conozca".

La reforma partiría refiriéndose a los animales como "seres vivos y sintientes no humanos, con un sistema nervioso científicamente capaz de sentir dolor y otras emociones [...] incluyendo sufrimiento y angustia".

Lo que a primera vista podría parecer obvio para cualquiera con dos dedos de frente, es en realidad una especificación legal que, como les comentábamos en un anterior artículo, muy pocos países consideran.

El proyecto también contempla restricciones importantes a industrias como la del cuero. Estaría prohibido matar animales para la obtención primaria de pelaje, plumas, piel y lana, como también la matanza de pollos machos, una costumbre muy común en la industria avícola (porque no ponen huevos) y que ni siquiera países progresistas en los derechos animales como Alemania y Gran Bretaña, han logrado erradicar. En el caso de Alemania, la idea se discutió en 2015, pero finalmente se desechó porque "podría debilitar la agricultura alemana", según sus parlamentarios.

Adicionalmente, se prohibiría dar de regalo animales (adiós "Papi, quiero un perrito de cumpleaños") o como premios y se limitaría la venta de perros y gatos a criadores con alta reputación. Esto último es un punto importante, dada la cruza indiscriminada por parte de algunos criadores y que da como resultado perros y gatos "de raza", pero con escasa variabilidad genética, lo que produce problemas de salud que acompañan durante toda la vida al animal.

Las multas con que buscarían sancionar a los infractores ascenderían hasta los 227 mil dólares (alrededor de CLP$156 millones), con penas de cárcel de 8 días a 3 años, dependiendo de la gravedad del delito.

Una actualización necesaria

La regulación que busca poner al día a Luxemburgo con sus animales es algo que expertos como Block y Goodman creen necesario a nivel global.

Así como la ley luxemburguesa que databa de hace más de 30 años, son muchos los gobiernos que no han incorporado los últimos descubrimientos científicos sobre conciencia animal en sus leyes. Sin ir más lejos, la mayoría de las legislaciones del mundo aún considera a los animales en la misma categoría que un sofá, es decir, "bienes materiales" (algunos literalmente: Francia, hasta 2015, aún los consideraba en la categoría de "bienes y muebles").

Esto contradice varios estudios de las últimas décadas que, así como continuamente cambian nuestra percepción de la física, la historia y la mente humana, también han cambiado nuestro entendimiento sobre el reino animal.

Fue la Declaración sobre la Conciencia de Cambridge de 2012, documento firmado por prominentes científicos y mencionado en nuestro anterior artículo, la que resume y articula en términos concretos y científicos la llamada "conciencia no humana", la que se observa en redes neuronales animales que son homólogas a las de los humanos.

Por si no fuera poco, en 2013, un metaestudio sobre conciencia animal estimaba en 2.500 los artículos académicos que comprobaban, con evidencia, que una amplia variedad de animales son, científicamente, sintientes.

En resumen, evidencia científica hay de sobra para la formulación de leyes actualizadas con respecto a la protección, cuidado y derechos animales. El paso que dará Luxemburgo es nada más que el paso lógico, piensa Block.

"Es evidente que hay una evolución en el pensamiento hacia los animales, cuál el papel de la sociedad hacia ellos y lo que tenemos que hacer para ser buenos guardianes de los animales y el medio ambiente", agrega.

¿Los mejores derechos de bienestar animal en el mundo?

Es complejo hacer una comparación entre países para determinar quién ofrece mayores garantías a sus animales, debido a que cada país promulga leyes en base a sus necesidades específicas (no todas las industrias animales tienen la misma importancia, por ejemplo). Sin embargo, la ONG World Animal Protection mantiene un ranking constante en torno a criterios transversales, que considera desde derechos reconocidos, hasta infraestructura gubernamental y medios de difusión y educación, que nos sirve de guía.

Si bien Luxemburgo aún no se ubica en la cima (recordemos que la ley aún no se promulga), el top consiste de países muy cercanos: Reino Unido y Austria.

Austria destaca por una ley introducida en 2004, que entre otras cosas prohibió: operaciones con fines estéticos (como cortar orejas y colas en perros o recortar picos en aves), el uso de cadenas en perros y animales salvajes, la exhibición de cachorros en vitrinas, uso de jaulas en granjas avícolas y empleo de animales salvajes en circos.

Dos años más tarde sería Gran Bretaña la que reemplazaría un acta de 1911, con la Acta del Bienestar Animal de 2006, con la que declaró a los animales, oficialmente, como seres sintientes. La ley indica, además, que los dueños de animales deben tener un rol activo en su cuidado, imponiendo multas de hasta 20 mil libras (CLP $20 millones) y 51 semanas de cárcel en casos de falta de nutrición y cuidado veterinario adecuados.

Lamentablemente, se trata de excepciones. De siete categorías alfabéticas que utiliza la ONG (siendo la letra A la más progresiva en las categorías antes mencionadas y G la menos), son apenas 18 los países los que se ubican en las primeras 3. Esperamos que casos como los de Luxemburgo se conviertan, en el futuro, en el estándar porque ya es hora ¿no creen?

¿Crees que una ley así podría ser aplicada en tu país?