Imagen: Rodrigo Avilés

Fuerza histérica: el extraño fenómeno que nos permite levantar autos en situaciones de vida o muerte

Seguramente has escuchado que personas, debido a la desesperación, han sido capaces de levantar cosas de un peso que tú jamás imaginarías lograr mover. Esto es llamado fuerza histérica y cualquier persona podría ser capaz de alcanzarla.

Por Caroline Poehls | 2016-06-13 | 16:30
Tags | Fuerza, poder, cuerpo, fortaleza, mente

Estos hechos se han vuelto una leyenda urbana muy común, pero aún difícil de creer. A veces hemos escuchado que una madre es capaz de levantar un auto para salvar a su hijo, que saltó un pared de varios metros escapando de un perro, o que una persona llegó a casa con sus dientes rotos sin darse cuenta hasta ese momento, debido al gran esfuerzo que hizo. ¿Podría existir una especie de fuerza sobrenatural?

En el año 2005, un joven llamado Tom Boyle, logró mover un Chevrolet Camaro para liberar a un ciclista que había quedad atrapado en Tucson, Arizona. Luego de ver lo que había hecho, no lo podía creer y dijo “cosas como estas sólo pasan en las películas”.

Otro caso es el de Lauren Kornacki, de 22 años, que en 2012 fue capaz de levantar sin problemas un BMW 525i en una localidad de Virginia (EE.UU.), para rescatar a su padre luego de soltarse el brazo hidráulico que sostenía el auto.

Este "súper poder" es llamado en términos científicos como fuerza histérica y se puede producir espontáneamente en situaciones de vida o muerte. ¿Cuál es la explicación de que alguien llegue a este nivel de fuerza? ¿Por qué no la podemos utilizar continuamente?

No es una fuerza sobrenatural

Si una persona levanta un auto, significa que levantó al menos una tonelada y media. Pero en realidad, el récord de levantamiento de peso lo tiene el lituano Zydruna Savickas, quien logró levantar más de media tonelada, o sea, menos que el peso de un auto. ¿Cómo se explica que una persona pueda levantar un vehículo entonces?

Robert Girandola, profesor de kinesiología de la Universidad del Sur de California (EE.UU.), explicó que “claramente (esta fuerza) la tenemos dentro. No es causada por una especie de fuerza sobre natural”. Una declaración que suena obvia, pero que los científicos aún no han podido entender del todo, ya que al aparecer esta fuerza en casos espontáneos y de emergencia, es difícil que puedan ser estudiados.

Una posible explicación para entender la diferencia de medidas, es que en la mayoría de los casos de fuerza histérica, se describe a la persona levantando una parte del vehículo algunos centímetros, no entero, por lo que la persona no estaría levantando literalmente la tonelada y media que pesa el automóvil.

Análisis científicos de la fuerza histérica

Es complicado hacer un experimento e intentar poner a una persona en una situación de vida o muerte para que se produzca esta fuerza histérica, por lo que no se han podido investigar estos casos rigurosamente. Aun así, numerosas investigaciones relacionadas con atletas, entregan una fascinante perspectiva sobre los elementos fisiológicos y psicológicos que se producen detrás de esta fuerza.

Primero que todo, una de las principales explicaciones, es que simplemente somos más fuertes de lo que pensamos. Nuestros movimientos están controlados por la contracción de los músculos a través de señales transmitidas por los nervios, y en nuestra rutina, tendemos a usar la menor cantidad de “unidades motoras” de músculos y nervios para ejecutar una acción.

Según el profesor de neurociencia y kinesiología de la Universidad de Victoria (Canadá), Paul Zehr, los músculos se activan normalmente de una forma realmente eficiente, pero nuestro cerebro busca asegurarse de que no excedamos demasiado nuestra fuerza, ya que podríamos hacernos daño, “¿por qué usar toda tu masa muscular para levantar una taza de café?”, se pregunta.

Los cálculos varían, pero los investigadores han acordado que la cantidad de masa muscular que se usa durante una prueba de ejercicio máximo, es cerca del 60% del total de nuestra capacidad. En el caso de los atletas de elite éstos solo estarían aprovechando el 80% de su fuerza teórica.

¡Sube la adrenalina! (y otros ingredientes más)

Lo que se puede concluir en base a certezas, es que esta fuerza que viene de nuestro interior se debe, en gran parte, a la adrenalina y la noradrenalina, hormonas que se liberan ante el estrés (en situaciones extremas). Así que, si estás en una situación de peligro extrema, tu cerebro enviará la señal, aumentando la frecuencia cardíaca, dilatando tus pupilas, aumentando tu respiración, haciendo más lenta tu digestión y, por último, haciendo que los músculos se contraigan más de lo normal.

Pero el trabajo no lo hacen solamente estas hormonas, ya que el estrés general que siente nuestro organismo es el ingrediente final que nos permite tener esa fuerza irreal. En ese proceso, cantidades de enzimas y proteínas se liberan para ayudarnos con eso, como las endorfinas, por ejemplo, que también aportan suprimiendo el dolor.

Es un coctel ideal para sacar una fuerza sin precedentes, ya que, como explica el doctor Javier Provencio, director de la UCI neurológica de la Clínica Cleveland (EE.UU.), es justamente el miedo, la fatiga y el dolor lo que evita que alguien intente hazañas de muchísima fuerza en su vida diaria.

¿Por qué no podemos utilizar siempre esta fuerza?

Como indica Zehr, si utilizamos esta fuerza, en muchos casos podríamos lesionarnos, desgarrarnos un músculo, ligamentos y tendones o fracturarnos un hueso. De igual manera, además de dolor, nos podría provocar incluso fatiga.

Según Timothy Noakes, profesor de Ciencias del Ejercicio y Medicina del Deporte de la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), el cerebro tiene un rol de “director central” que tiene responsabilidad primordial sobre el rendimiento, que explica que el dolor de la fatiga muscular es más una emoción que un reflejo del estado físico de los músculos. Es decir, en gran medida, nuestro cerebro es el que decide cuándo abandonar el esfuerzo.

Aunque, en el caso de los atletas y personas que emplean esta fuerza histérica, pueden ser producidas por entrenamiento y motivación principalmente, ya que el entrenamiento ayuda a acostumbrarse y sobrepasar la agonía. En el caso de la fuerza histérica, que sería impulsada por la motivación, es un caso en el que podemos forzar a ignorar algunas de estas señales de dolor, que será más poderosa aún para alguien que corre un peligro directo, según Zehr.

Además, según el profesor de neurociencia, "si estás en una situación en la que todo está en peligro y la recompensa es que vas a vivir, lo arriesgarás todo", "no hay un próximo paso si no lo haces".

¿Conoces algún caso en que se haya utilizado esta fuerza histérica?