El transporte más cool y respetado del momento, tiene su cita deportiva más importante por estos días en Europa con el Tour de Francia 2016, que reúne a los pedaleros más talentosos del mundo, en una carrera que se inicia en el icónico Monte-isla Saint-Michel (Normandía). 198 ciclistas de recorrerán las 21 etapas y los 3.535 kilómetros (como referencia, desde Arica a Puerto Montt hay 3.065 kilómetros) teniendo como meta final el corazón París, con un circuito en pleno Campos Elíseos y con el Arco de Triunfo de fondo.
No obstante, la prueba más prestigiosa del ciclismo mundial, pese a su renombre, no es tan fácil de entender para alguien que no practica o que no sigue el deporte de las dos ruedas de manera constante. Reglas, conceptos, estilos, marcas son bastante menos conversadas que en el fútbol, y por eso definimos las preguntas básicas que surgen de manera espontánea al seguir las etapas (que transmite TV5 en francés todos los días desde las 8:30 am y también una de las señales de ESPN). ¿Tienes más preguntas? ¡Con gusto te las contestamos!
La malla amarilla o maillot jeune en francés es quizá el símbolo más conocido del Tour de Francia. Al final de cada etapa, el ciclista que va en primer lugar en la clasificación general –es decir, quien haya hecho el total de las etapas en el menor tiempo posible– se calza la malla amarilla en el podio de los vencedores. Por lo tanto, quien llegue al último día con la camiseta puesta será coronado el vencedor del Tour. Por eso su importancia.
Es amarilla porque quien organizó el primer Tour de Francia (1903) fue el diario deportivo L’Auto (traducido como “El Auto”, irónico, ¿no?) y éste se imprimía en papel amarillento. Al principio se usaba un brazalete en el brazo de color amarillo, pero la camiseta se instauró como oficial por primera vez en 1919.
La malla amarilla es sólo uno de los premios que entrega el Tour. Hay otras clasificaciones que tienen su propio prestigio y que son codiciadas por los ciclistas. Una de ellas es la clasificación de la regularidad, también conocida como clasificación por puntos, que premia al ciclista que consistentemente termina en las primeras posiciones en las distintas etapas. Así, al ciclista que termina en 1° lugar en una etapa le dan 50 puntos, al 2° lugar 45, y así va bajando hasta el puesto 20. También hay metas volantes o sprints intermedios –ubicadas en puntos intermedios a lo largo de una etapa- que entregan puntos para esta clasificación. El líder de esta categoría se calza día a día una malla verde que lo identifica.
Por otro lado, también está la clasificación de la montaña, que premia al ciclista que de manera consistente destaca por sus habilidades escalando puertos de montaña. Tal como en el caso de la regularidad, esta clasificación también otorga puntos a quien “corone” en primer, segundo, o tercer lugar un puerto de montaña, variando la cantidad de puntos, dependiendo de la dificultad de la montaña (hay categorías de dificultad, siendo la de 4° categoría la más “fácil” y así subiendo hasta los de 1° categoría con algunos “fuera de categoría” –o “hors categorie” en francés– como el Mont Ventoux o el Grand Colombier que se suben este año). El líder de esta clasificación recibe una camiseta blanca con puntos rojos, o la malla con puntos.
Finalmente, existe la clasificación de los jóvenes, que premia al ciclista más rápido que tenga menos de 25 años. Esta categoría es para identificar a los ciclistas con proyección, posibles futuros ganadores del Tour en años siguientes. El líder de la clasificación de los jóvenes recibe una camiseta completamente blanca, llamada malla blanca.
Efectivamente, es muy común ver a los ciclistas andando todos juntos de manera muy compacta. A este grupo se le llama el pelotón. Andar en pelotón es ventajoso porque los ciclistas que no van en las primeras filas, no reciben la fuerza del viento en contra y así pueden ir guardando energías para los kilómetros finales de la etapa o para las secciones de montaña. Hay riesgos de caídas claro, por andar así tan pegados y por supuesto que suceden. Pero los ciclistas profesionales están acostumbrados a circular en esas condiciones y, si es que se mantienen atentos, es poco probable que tengan accidentes.
Ganar una etapa del Tour de Francia es un premio codiciado por los ciclistas. Considerando esto, se han creado todo tipo de estrategias para ganar una etapa. Una de ellas es “la fuga”, o el grupo pequeño de ciclistas que se escapa del grupo grande o pelotón e intentan trabajar juntos para ver si eventualmente tienen la chance de obtener la victoria.
Lo hacen manteniéndose en fila india y rotándose en la posición de primera línea, dosificando así sus fuerzas. Generalmente, los equipos que no tienen a miembros en el grupo de fuga son los que administran la distancia en tiempo, desde el pelotón, con los fugados, teniéndolos “a rienda corta”. Es decir, no les permiten distanciarse lo suficiente como para no poder alcanzarlos de vuelta acelerando a fondo en los últimos kilómetros antes de la meta. Por eso, pocas de estas “fugas” tienen éxito. Pero a veces en el pelotón se desconcentran, comienzan tarde la persecución, o por un accidente, la fuga sí llega a buen término. Teniendo esas posibilidades a la mano, algunos ciclistas deciden de igual forma sumarse a la fuga “por si esta vez resulta”-
Además, ir en solitario en punta de carrera significa exposición mediática tanto para el ciclista como para el patrocinador del equipo.
Un sprint es la disputa por la victoria de una etapa cuando llegan dos o más ciclistas juntos y pelean por quien cruza primero la meta. Cuando llega todo el pelotón agrupado a los últimos kilómetros, se da una verdadera batalla campal por el sprint, donde la ubicación y la velocidad tope son primordiales para cada uno de los ciclistas. Hay una rama especializada de ciclistas que está formado físicamente para estas luchas: generalmente, son de contextura física más gruesa y con mucha potencia de piernas. Estos ciclistas se llaman sprinters y son protegidos por otros miembros de su equipo, ¿cómo?
Los ciclistas de un mismo equipo van generalmente en fila india, o en un "tren", siendo el último de la fila el sprinter principal (el resto del equipo lo protege del viento y de la resistencia que genera). A medida que se va acercando la meta, uno a uno los miembros del equipo se van retrasando (se salen del tren) dejando al sprinter principal listo para ser "lanzado" a los últimos kilómetros en busca de la victoria. El último que se sale del tren es el "lanzador", que se abre y le deja la pista libre al sprinter para los últimos metros.
Los mejores sprinters se dan cita en el Tour de Francia para luchar por la codiciada malla verde y para acumular victorias de etapa en su palmarés. En esta edición veremos al noruego Alexander Kristoff, al eslovaco Peter Sagan, los alemanes Marcel Kittel, André Greipel y John Degenkolb, y el británico Mark Cavendish luchando rueda a rueda por victorias.
Cada equipo trae un “líder de filas” que aspira a ser el ganador del Tour y por el cual el resto de los ciclistas del equipo trabajan. Los gregarios, como se les llama a estos ciclistas de apoyo, protegen al candidato al título de su equipo ayudándolo a hidratarse, protegiéndolo del viento y de las caídas, y hasta pasándole su propia bicicleta en caso que el líder sufra un desperfecto mecánico. Generalmente, los líderes de filas tienen un dorsal terminado en 1 (el número de la espalda), para identificarlos más fácilmente.
En esta edición, los candidatos principales son el británico Christopher Froome (campeón en 2013 y 2015), el español Alberto Contador (ganador en 2007 y 2009), el colombiano Nairo Quintana (2° en 2015 y campeón del Giro de Italia en 2014), los italianos Fabio Aru (ganador de la Vuelta a España 2015) y Vincenzo Nibali (ganador del Tour en 2014 y ganador del Giro de Italia en 2016) y el crédito local Thibaut Pinot (3° en 2014).
Los ciclistas pueden usar la bicicleta que quieran para participar, pero el requisito es que deben estar a la venta en el mercado. Así y todo, las bicicletas que usan los ciclistas profesionales pueden alcanzar fácilmente los 20 mil dólares (sí, 13 millones de pesos chilenos). Además, las principales marcas tienen o su propio equipo oficial que participa en el Tour (como es el caso de Trek, BMC, Merida, Giant y Cannondale) o equipan a una o más escuadras (como lo hace Specialized, Canyon, Pinarello, Ridley, Bianchi, etc.).
Lamentablemente, el ciclismo como deporte es uno de los que más se ha visto manchado por la ilegalidad del dóping, práctica muy difícil de erradicar y que por décadas recibió la vista gorda en el ciclismo. Recordado es el caso del norteamericano Lance Armstrong, leyenda del ciclismo, que fue despojado de sus 7 títulos en el Tour luego que admitiera que usó sistemáticamente sustancias prohibidas, y se le sancionó de por vida para participar en cualquier competencia deportiva.
Historias de dopaje hay muchas (incluso algunas que han terminado en fallecimientos, como el caso de Tom Simpson o Marco Pantani), pero lo cierto es que hoy por hoy el tema es más abierto y es ampliamente condenado por los propios ciclistas. Existen medidas como el pasaporte biológico, registros de cada ciclista profesional de sus niveles de sangre “normales” para tenerlos como comparación con las muestras que se sacan en carrera, que desincentivan el dopaje sistemático. Además, se han incrementado fuertes sanciones (como la de Armstrong, por ejemplo) y se realizan controles aleatorios a los ciclistas incluso cuando están de vacaciones. Se está avanzando en buen camino, pero la duda persiste.
Parece un poco absurdo ver a toda esa cantidad de gente que espera a pleno sol, de pie muchas veces, y que luego se ponen a correr como energúmenos al lado de los ciclistas en alguna montaña, y ataviados en los más absurdos disfraces. Pero esa es la "locura" que genera el Tour de Francia, un evento que ya está institucionalizado y es quizás el 5° evento deportivo más importante del mundo (1. Mundial de Fútbol, 2. Juegos Olímpicos, 3. Mundial de Rugby, 4. Super Bowl del Fútbol Americano). Mucha gente se organiza con tiempo y recorre el Tour en sus casas rodantes los 21 días que dura el acontecimiento. Es el fanatismo que despierta en algunos el ciclismo, que lo consideran uno de los deportes más apasionantes del mundo.