Imagen: César Mejías

5 cosas que jamás deberíamos hacer en la cocina (pero que igual hacemos)

A veces por flojera o simplemente por ignorancia. Aquí te contamos las cosas que deberías dejar de hacer al cocinar si quieres evitarte una que otra intoxicación.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2016-07-04 | 17:17
Tags | comida, cocina, jamas, hacer, bacteria, intoxicacion, higiene, salud

*Esta nota fue originalmente publicada en 2016.

Sabemos que no tenemos que poner metal en el microondas o que no deberíamos volver a congelar la carne una vez descongelada. Pero, ¿sabemos realmente cómo portarnos en la cocina? La verdad es que tenemos una serie de malas costumbres incorporadas en nuestro disco duro y de las que quizás ni siquiera sabíamos que estaban tan mal.

Decidimos hacer una lista con las cinco cosas clásicas que hacemos en nuestro santuario a la comida y que en realidad no deberíamos hacer ni en nuestros sueños para no intoxicarnos o enfermarnos. La idea no es generar pánico ni menos una obsesión por la higiene en la cocina, pero sí dar a conocer factores que podrían afectar nuestra salud y que a menudo ignoramos. Aquí van.

1. Envolver en papel aluminio lo que va al horno

Es típico que cuando metemos un pescado al horno lo envolvemos en papel de aluminio. Que la cocción va a ser mejor y que no se van a perder los deliciosos jugos de nuestro amigo marino son algunas de las razones, pero ¿será tan así?

Recientemente se dio a conocer que exponer a la comida a altas temperaturas y envuelta en este material podría ser dañino para la salud (sobre todo si se trata de productos ácidos o muy condimentados). La lógica detrás de esa afirmación es que cuando se lleva a cabo este proceso, por ejemplo, en un horno, se traspasa una gran cantidad de aluminio a la comida, superando el límite permitido por la Organización Mundial de la Salud (1 mg. por cada kilo).

En otras palabras, tu plato termina contaminándose cada vez que lo preparas de esta forma, así sería bueno que te despidas del papel de aluminio para cocinar y lo dejes para lo que de verdad sirve: envolver los sándwiches que te llevas a la pega o simular las garras de Wolverine para Halloween.

2. Comerse la masa cruda del queque

Hay quienes creen que esta es la mejor parte de preparar un queque o galletas: comerse la masa cruda cuando está lista la mezcla y sólo falta meterla al horno. Antes lavar las aspas de la batidora, es natural que le peguemos una lamida o dos.

Pero con cada lengüeteada estamos a un paso más cerca de la muerte. Broma, no queremos sembrar el pánico, en realidad esto es malo para nuestra salud porque contiene huevos crudos, lo que puede llegar a provocar Salmonella. Pero también hay algo más. De hecho, en Estados Unidos, la entidad sanitaria responsable de la administración de los alimentos emitió una alerta advirtiendo de los riegos de consumir esta "maravilla pecaminosa". ¿La razón? La harina cruda.

En el país del norte se ha detectado un brote de la bacteria Escherichia coli, la que por cierto se pasea como Pedro por su casa cuando se trata de harina cruda (ya que contiene una serie de bacterias que se eliminan cuando se cocina). Así que incluso si la masa fue preparada sin huevos, no deberías probarla si quieres evitarte grandes problemas gastrointestinales o diarrea. ¡No insistas!

3. Romper los huevos en la punta de la mesa

Puede sonar extraño, pero hay un lugar ideal para romper huevos y no es el que siempre usas: las superficies planas. Generalmente aplicamos las esquinas de absolutamente todo lo que pueda tener esquinas para hacer esto (cocina, mueble, lavaplatos, refrigerador, etc.). La razón es que ese vértice nos ayuda a romper la cáscara con mayor facilidad, pero en realidad, lo estamos haciendo mal.

Al hacerlo en un lugar plano, como la parte de arriba de tu mueble de la cocina, evitas que la cáscara se rompa en muchas partes pequeñas, por un lado, y también previenes el esparcimiento de huevo crudo donde realmente no lo quieres tener. Algo que sí es más probable que pase cuando lo haces de la otra manera.

De más está decir, nuevamente, que el huevo crudo puede llegar a provocar Salmonella… De todos modos, aquí hay un video (en inglés) donde muestran cuál es la mejor manera para romper un huevo.

4. Usar el mismo cuchillo para cortar carne cruda y verduras

¿Sabes lo que es la contaminación cruzada? Se trata del fenómeno que ocurre cuando entran en contacto un alimento contaminado, generalmente crudo, con otro que no lo está y que generalmente está cocido. Por ejemplo, un pan que rebanaste con un cuchillo que usaste anteriormente para cortar carne y que no lavaste. El problema ahí es que la carne cruda contiene una serie de bacterias que terminan contaminando al pan, lo que podría llegar a intoxicarte.

Por esto mismo es muy importante tener cuidado con los elementos que usas para cocinar, así que desde ahora en adelante tendrás que superar la flojera y empezar a usar tu tabla para picar verduras sólo cuando piques verduras, así como tu tabla de carnes, que deberás usar sólo cuando piques carne (o al menos, lavarla cada vez). Lo mismo con los cuchillos, recipientes y utensilios en general: uno para cada cosa.

5. Guardar el aceite usado

En realidad, hay muchas reglas que rompemos cuando se trata de usar el aceite para freír. Partiendo por la comida frita que nace a partir de ella (aunque deliciosa, para nada saludable). Pero más allá de eso, tendemos a comprar el aceite más barato que haya, cuando sabemos que lo usaremos para hacer maravillas con las papas: malo, malo, malo. Para estos efectos, tener un aceite con un punto de estabilidad alto (momento en el que empieza a tirar humo debido al calor) es fundamental para que no cambie su composición tan rápido, aunque lamentablemente, son los productos de mayor calidad los que cuentan con esa característica.

Otro dilema de esta situación es la manera en la que nos relacionamos con el aceite una vez usado para freír. Solemos guardarlo en el horno de la cocina, ya que está demasiado caliente como para meterla al refri. El problema es que pueden pasar semanas hasta que la usamos nuevamente, olvidando que es como cualquier otro alimento: se echa a perder cuando lleva mucho tiempo expuesto al aire libre.

¿La solución? Una vez que recupere una temperatura ambiente, deberíamos meterla al refrigerador o incluso desecharla, ya que no son pocos los que dicen que reutilizar el aceite para freír puede traer consecuencias negativas para la salud. Eso sí, procura botarla envasada, ya que si llegas y la tiras por el lavaplatos, estarán contaminando una gran cantidad de litros de agua.

¿Se te ocurre otra regla inquebrantable de la cocina?