Imagen: Narcos de Netflix

Por qué la segunda temporada de Narcos no podía llegar en mejor momento

Esta semana comenzó con el anuncio del cese definitivo de operaciones militares de las FARC, un enorme hito en el proceso de paz colombiano, y terminó con el estreno de la segunda temporada de la serie de Netflix sobre la persecución y captura de Pablo Escobar, uno de los hitos de la pacificación de la nación sudamericana.

Por Tomás Croquevielle @kroque1989 | 2016-09-02 | 12:00
Tags | Narcos, Acuerdo de Paz Colombia, Colombia, Conflicto Interno Colombia, Farc

"Rodeado de líderes internacionales, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos y Timoleón Jiménez (apodado Timochenko), el Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), firman el acuerdo protocolar definitivo entre el Estado de Colombia y guerrilla. Y tomados de las manos y subiéndolas hacia arriba, ponen fin a 52 años de conflicto. Días después, el 2 de octubre,la opción SÍ en el referéndum alcanza el 13% del censo electoral y el acuerdo termina siendo validado".

Al igual que con la segunda temporada de Narcos, "si la historia lo dice, no es spoiler". Y es que, aunque ninguno de esos eventos descritos ha sucedido aún, el hecho de que las FARC anunciara el pasado lunes el cese definitivo de sus operaciones militares, sin duda significa que el conflicto más largo de occidente estaría llegando a su fin, un anhelo que el mismísimo Gabriel García Márquez no alcanzó a ver.

El acuerdo de paz definitivo será firmado entre el 20 y 26 de septiembre, en ciudad y locación por determinar. En la foto, la firma simbólica del acuerdo en la Habana, Cuba.

El cruce no podía ser más preciso. Mientras millones de usuarios alrededor del mundo estarán disfrutando en la serie de Netflix cómo Pablo Escobar (Wagner Moura) escapa de las autoridades colombianas y de los agentes de la DEA Steve Murphy y Javier Peña, el conflicto colombiano estará llegando a su fin.

La captura y muerte de Escobar fue uno de los hitos más importantes a la hora de poner fin a la espiral de violencia en el que se encontraba Colombia durante unas seis décadas, en el que paso a paso, dicho país tuvo que hacer frente a mafias del crimen organizado, grupos paramilitares y movimientos guerrilleros.

Por lo que el término del conflicto con las FARC es probablemente la guinda de la torta de un largo proceso de pacificación que, aunque incompleto, le ha cambiado radicalmente la cara a Colombia; pasando de estar al borde del colapso económico y la guerra civil, a ser hoy una de las economías más altas de Latinoamérica y posicionarse dentro de las cinco más competitivas.

El largo recorrido hacia la paz

Aunque la violencia política data desde los albores del país (si quiere saber más, lea Cien Años de Soledad), el llamado "Conflicto Interno" colombiano se remonta a la época conocida como" La Violencia" (1948-1965); período caracterizado por violentos enfrentamientos entre subversivos del Partido Liberal y el gobierno conservador. Con el propósito de poner fin al conflicto, ambas fuerzas políticas acordaron formar una coalición denominada Frente Nacional, en donde decidieron alternarse en el poder apoyando a un candidato presidencial único y dividiéndose, por igual, todos los cargos del Estado.

Aquello tuvo como consecuencia indeseada (como parece que siempre pasa en la política) la exclusión de los demás sectores políticos y sociales. Produciendo que a mediados de los '60 se formara un sinnúmero de guerrillas, siendo las más importantes y más longevas: las Farc y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), dando así origen al conflicto armado.

Hasta la década de 1980, las FARC crecieron de manera relativamente lenta, establecidos en la selva. No fue hasta los '90 gracias a su relación con el narcotráfico, que la guerrilla empezó a ocupar grandes zonas de terreno y se convirtió en una amenaza directa al Estado colombiano.

Conflicto que tuvo su primer gran intento de solución a mediados de los '80, cuando el gobierno de la época llamó a negociar a varias guerrillas de izquierda (todas unidas bajo la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar), entre ellas las Farc, el ELN, y el Movimiento 19 de Abril (M19). Esta última organización armada, se caracterizó por sus espectaculares acciones de guerrillera urbana como el robo de la espada de Simón Bolívar (no, no se la dieron a Pablo Escobar como sale en la serie) y la toma del Palacio de Justicia.

El M19 terminó de desmovilizarse en 1990, entrando a la arena política, de la misma manera que se espera que las FARC lo haga, logrando conseguir representación en la Asamblea Nacional Constituyente del año siguiente. Logrando luego elegir senadores y diputados en el Congreso. Incluso uno de sus ex miembros, Gustavo Petro, fue electo Alcalde de Bogotá. Éste fue un hito muy relevante a la hora de conseguir la paz y unificación nacional.

Dato a tener en cuenta: en 2013 un estudio cifró en 220 mil las muertes causadas por el conflicto desde 1958. Sin embargo, si se suman el resto de personas que han sufrido otros crímenes de guerra (tales como la desaparición forzada, el secuestro, el terrorismo, la tortura, el reclutamiento forzoso y la violencia sexual), la cifra total supera los 6 millones de víctimas.

La neutralización de Escobar

En los mismos años que la autoridad colombiana buscaba alcanzar acuerdos políticos con las guerrillas de izquierda, se vio el explosivo incremento de las organizaciones criminales transnacionales (enfocadas en la exportación ilegal de Cocaína a EE.UU.), como el Cartel de Medellín de Escobar. Este grupo capitalizó durante años la marginación política y social en Colombia, y como muy bien sale representado en Narcos: en un comienzo Escobar se presentó ante la gente de Medellín como una persona cercana a la gente y en abierto enfrentamiento con los poderosos de la oligarquía nacional, lo que le permitió salir electo como diputado de la zona en 1982.

Sin embargo, sus preocupaciones sociales demostraron solamente ser la mera fachada de un hombre al que solo le interesaba el poder y que cuando se vio acorralado por las autoridades colombianas producto de sus múltiples actividades ilegales, este lanzó una guerra sin cuartel contra el Estado, en donde los civiles inocentes fueron las principales víctimas. Tal como queda representado en la serie de Netflix, los miembros del Cartel de Medellín a diferencia de las FARC, no eran una agrupación posible de apaciguar pacíficamente, solamente encerrándolos o neutralizándolos se podía poner término a su intimidación y dar un paso más en la pacificación colombiana.

Desmovilización de los paramilitares

Con la llegada al poder de Álvaro Uribe en 2002, se inicia la desmovilización y desarme de las Autodefensas Unidas de Colombia, principal grupo paramilitar de derecha, dando inicio al denominado "Proceso de Justicia y Paz" con el que se buscó verdad, justicia y reparación de las víctimas asesinadas, desaparecidas o secuestradas a manos de los paramilitares y del poder mafioso a nivel local en el que el narcotráfico fue siempre su principal cómplice.

Éste fue un paso fundamental en la búsqueda de paz, puesto que una de las razones por las que las FARC no se habían desmovilizado era porque la guerrilla, históricamente había argumentado que si ellos dejaban las armas, sus miembros podían sufrir de violencia paramilitar, como de hecho ocurrió en el proceso de paz de mediados de los 80'.

Intentos fallidos con las FARC

Y es que antes de alcanzar la paz con la guerrilla comunista este 2016, diversos gobiernos la habían buscado sin éxito. El primero de aquellos intentos fue en 1982, en donde el entonces Presidente Belisario Betancur creó la Comisión de Paz con el propósito de conseguir acercamientos con los principales líderes guerrilleros. Dos años después se selló el primer entendimiento, pero tras solo 12 meses, los ataques a la población civil y el actuar de los paramilitares no cedió, por lo que los diálogos terminaron.

En 1992  se llevaron adelante nuevas conversaciones de paz en Tlaxcala, México. Los cuales se caracterizaron por su incumplimiento y en donde los secuestros y la muerte de figuras políticas, seguía estando a la orden del día. Lo que significó un nuevo fracaso para los esfuerzos de paz.

A fines del siglo pasado, Andrés Pastrana (1998 y 2002) desmilitarizó un territorio del tamaño de Suiza para sentarse a negociar con las FARC. Proceso que se caracterizó por su improvisación y falta de voluntad política de la guerrilla, lo que terminó significando su fracaso. Éste sería el último proceso de paz, antes del actual, que ha sido llevado adelante con éxito por el gobierno colombiano. Hasta ahora. Solamente queda que el pueblo vote en el referéndum y ratifique ese nuevo paso en el largo camino a la pacificación colombiana.

¿Qué te parece el acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC? ¿Crees que ganará la opción SÍ en el plebiscito?