Imagen: Rodrigo Avilés

Cohousing: la otra forma de vivir la vejez que se está masificando en el mundo

La alternativa a los asilos ya es una realidad en Estados Unidos y Europa. Se trata de las viviendas colaborativas: comunidades de adultos mayores que deciden unirse y compartir espacios comunes, manteniendo la independencia de sus propios hogares.

Por Macarena Fernández | 2016-09-05 | 07:00
Tags | Tercera edad, adultos mayores, vivienda, hogar, convivencia, cohousing

Cada día las expectativas de vida aumentan en todo el planeta. La población mundial está envejeciendo y esto no quiere decir que nos estamos poniendo más arrugados o más enfermizos, sino que además de que menos niños nacen, estamos muriendo mucho más viejos.

En Chile, en promedio, la gente está viviendo hasta pasados los 80 años, convirtiéndose así en el país más longevo de América Latina. Es por esto también que se está discutiendo aumentar la edad de jubilación de las mujeres de 60 a 65 años, equiparando así a los hombres. Y aunque ha sido una noticia polémica, la verdad es que tiene bastante sentido.

¿Por qué? Porque hoy una persona de 60 años está completamente vigente y también porque las pensiones actuales que perciben los chilenos, no están cubriendo las necesidades de los jubilados.

Se habla mucho también de que  la vejez es ingrata. Se acaba el trabajo, los hijos se van de la casa, comienza el sentimiento del “nido vacío”, y con el tiempo se presentan las enfermedades, las quebraduras de cadera, los problemas de vista, la cojera, los dolores de espalda, y así varios achaques que van afectando la calidad de vida y que de a poco van coartando la independencia de los adultos mayores. Y, ¿qué se hace?

Generalmente los ancianos viven solos o familiares se hacen cargo llevándoselos a vivir a sus casas o por último, los llevan a asilos u hogares de ancianos, donde tendrán asistencia continua y compañía. El problema es que esto muchas veces se hace sin su consentimiento.

Ante esto, en la década de los '80, la población senior europea comenzó a implementarel estilo de vida Cohousing o covivienda y en pro de una vejez digna y feliz. Esta iniciativa fue ideada por jóvenes en los años 60 en Dinamarca, y consiste en vivir en una comunidad selecta pero con viviendas independientes. Ha sido tal el éxito del sistema en los adultos mayores, que hoy se está aplicando en distintas regiones del mundo.

Escoger dónde, cómo y con quién vivir

¿En qué consiste el Cohousing? Se trata de una comunidad intencional formada por viviendas individuales, complementadas por áreas comunes extensas donde los vecinos comparten servicios comunes (quincho, sala de juegos, piscina, gimnasio, lavandería, biblioteca, etc), actividades sociales y recreativas, comedores, conciertos, juegos de mesa, parrilladas, y todo lo relacionado a la vida social.

El Cohousing está planeado por un grupo de personas (amigos, conocidos, miembros de una junta de vecinos o de una iglesia, por ejemplo), quienes deciden comprar un terreno en conjunto, lotearlo de acuerdo a la cantidad de personas, y construir pequeñas casas básicas y económicas, una al lado de la otra. Luego, todos invierten en la construcción de los espacios comunes, donde pasan la mayor parte de sus días.

Aquí les dejamos un video de un proyecto de cohousing.

Esto no es lo mismo que una comunidad ecológica o una de estilo religiosa ni tampoco sectaria, ya que a diferencia de muchas de ellas, aquí los vecinos conservan su independencia económica y mantienen una estructura sin jerarquía.

¿Por qué a los adultos mayores les gusta tanto este sistema? Porque pueden conservar su independencia, se evitan el ser “un cacho” para sus hijos (uno de los mayores temores de todos los adultos mayores), y además, pueden disfrutar de la vida con amigos o con personas de su misma edad con quienes comparten intereses similares. Este sistema les permite vivir su madurez con vitalidad y autonomía, lejos de la soledad, la exclusión o los asilos, y les permite tener un buen espacio de reunión al que pueden invitar a sus familias.

"Queríamos envejecer junto a nuestros amigos. Hemos tenido la experiencia amarga de nuestros padres, hemos visto cómo en su vejez estaban muy solos. Aquí es al revés: lo difícil es cruzar un pasillo y no hablar con alguien, lo difícil es que no haya nada que te apetezca hacer", cuentan José María María Dolores, ambos viven en un cohousing en Salamanca.

"La vejez acecha cuando no tienes nada que hacer. Estar ocupados nos mantiene activos y en forma", dice Jaime Moreno, adulto mayor que vive también en un cohousing de España, agregando que “aquí impera la solidaridad...Salvador, por ejemplo, era herrero, trabajó en talleres de forja y en plantas de metalurgia, y ahora, a sus 82 años, se dedica a lo que más le gusta: la artesanía. Y si alguien con coche va a bajar a Madrid anota en el tablón de anuncios el día y la hora a la que va a salir y las plazas que tiene disponibles, por si alguien se quiere apuntar”.

Además, el Cohousing revitaliza a los adultos mayores, ya que fomenta la colaboración, la participación, el liderazgo y las ganas de crear, fomenta también la integración social, la colaboración entre vecinos, la sostenibilidad, los pasatiempos, entre tantos otros beneficios.

Hoy existen varias empresas de Cohousing que se encargan de buscar terrenos, construir las viviendas y conseguir compradores con edades e intereses similares que estén dispuestos a vivir en estas especies de condominios. Además, existen organizaciones que ofrecen su servicio de planificación, para apoyar a los vecinos, reunir las ideas y ayudarlos a gestionar la comunidad.

En Dinamarca, Alemania, Suiza, Holanda, Reino Unido, España, Estados Unidos y Canadá, este sistema se ha vuelto muy común y ya hay cientos de comunidades operando y otras varias en proceso de construcción.

¿Imaginas algo así en Chile?