Hace 20 años, dos hermanas de la localidad La Patrona del estado de Veracruz de MĂ©xico, esperaban con sus compras de almacĂ©n, el paso del tren de carga, conocido como “La Bestia”, para poder cruzar la vĂa hacia sus casas. AquĂ notaron que de los vagones colgaban personas, rogando por comida y agua, todos inmigrantes centroamericanos en bĂşsqueda de llegar a la frontera de Estados Unidos con el fin de encontrar mejores oportunidades de vida.
Las hermanas se sintieron obligadas a darles los alimentos y asĂ, todos los dĂas desde entonces, comenzaron a cocinar a diario junto a su madre, para darles “comida y esperanza” a los arriesgados viajeros que dĂa a dĂa se juegan la vida a bordo de La Bestia en busca del sueño americano.
Con el tiempo, las mujeres se convirtieron en Las Patronas, un grupo de 14 mujeres del pueblo que todos los dĂas preparan pan de arroz, frijoles y botellas de agua para los cientos de inmigrantes que buscan cruzar la frontera ilegalmente. Se han transformado en un sĂmbolo de solidaridad e incluso el año 2013, fueron galardonadas con el Premio Nacional de Derechos Humanos de MĂ©xico. Esta es su historia.
Parte de Las Patronas |
Los trenes de carga que recorren alrededor de 3.000 kilĂłmetros hasta Estados Unidos, son una de las alternativas más comunes que toman los inmigrantes centroamericanos para escapar de la pobreza y violencia de sus paĂses.
En ocasiones llevan hasta 500 inmigrantes, y al año, segĂşn informes de la ComisiĂłn Nacional de Derechos Humanos de MĂ©xico, unas 400.000 personas abordan “La Bestia” o “el tren de la muerte”, nombre que recibe el tren de carga por el peligro que implica para sus viajeros, quienes arriesgan caĂdas, mutilaciones e incluso la muerte.
Con el fin de alimentar a estas personas que llevan dĂas sin comer, y con el objetivo de darles esperanzas para terminar su recorrido y alcanzar sus sueños, 14 mujeres campesinas se apostan en fila junto a las vĂas del tren a diario, para repartir comida y agua a los cientos de migrantes que cruzan la frontera.
Las mujeres cuentan que fue muy difĂcil comenzar esta cruzada solidaria, debido al machismo que impera en la zona mexicana, razĂłn tambiĂ©n por la que no existen hombres dentro de Las Patronas.
“Como mujeres de campo, estábamos para la familia, para estar en casa, atender a los hijos, no sabĂamos que podĂamos ayudar tambiĂ©n a otra gente que lo necesitara. Cuando iniciamos esto nos decĂan que estábamos locas, que cĂłmo podĂamos estar con gente desconocida, extranjeros, que si eran delincuentes, que si nos podĂan hacer daño. Al principio Ă©ramos 25 mujeres pero los esposos empezaron a meterles ideas, que si tenĂan problemas ahĂ se las verĂan, y se fueron saliendo. El grupo no ha crecido porque la gente piensa que nos están pagando por hacer esto, que hay dinero y cuando entran y ven que no hay pago se salen. Lo que hacemos es voluntario. Simplemente somos un grupo de mujeres que nos hemos organizado para responder a grandes necesidades, porque dar a quienes menos tienen nos hace más humanos”, cuenta Norma, una de las fundadoras.
Y asĂ, desde hace 20 años, cada dĂa Las Patronas cocinan entre 15 y 20 kilos de frijoles y arroz en unas enormes ollas sobre hogueras de leña, alimentos que obtienen por donaciones de vecinos, comercios y organizaciones. Dos veces al dĂa preparan 300 bolsas de almuerzo y botellas de plástico con agua unidas con cuerdas, para lanzarles en 15 minutos, a los cientos de inmigrantes que abordan La Bestia, que pasa a 50 kms. por hora delante de sus ojos.
“Para nosotras, el mejor pago son las bendiciones de los migrantes y de familias enteras que se acercan para agradecernos nuestra labor”, aseguran.
Además, con el tiempo han masificado su ayuda voluntaria y hoy tambiĂ©n prestan asistencia sanitaria cuando los viajeros lo requieren, cuentan con albergues para que descansen y son interlocutoras del Gobierno para presionar en leyes relativas a la migraciĂłn. Por ejemplo, consiguieron derogar una ley que prohibĂa repartir alimentos a las personas en tránsito.
Las Patronas también ofrecen ayuda a los adultos mayores de la localidad, a los niños y a todas las personas que sufren necesidades. Recolectan ropa y juguetes y disponen sus comedores al servicio de todos los que requieran un plato de comida o un techo.
Si bien varios documentalistas y fotĂłgrafos han retratado la historia de Las Patronas,Arturo González, Antonio Mecalco e Indira Cato realizaron el documental que retrata la versiĂłn más Ăntima de estas mujeres, que se acaba de estrenar en MĂ©xico en los cines, luego de recorrer grandes festivales con una tremenda aceptaciĂłn.
El documental se llama LlĂ©vate mis amores, y en 90 minutos cuenta la vida de estas mujeres que todos los dĂas buscan entregar un poco de amor a los inmigrantes centroamericanos. Retrata tambiĂ©n sus sueños, sus rutinas, sus inseguridades y sus familias, y les pone rostro y voz a estas 14 heroĂnas mexicanas que defienden a diario los Derechos Humanos de los inmigrantes.
¿Por qué Las Patronas regalan su vida y su trabajo? ¿Qué encuentran en estos guerreros, héroes, criminales o mártires que se van Estados Unidos? Esta y otras preguntas es lo que el documental busca responder.
La labor de estas mujeres ha sido reconocida a nivel mundial y gracias a su ejemplo, hoy se ha formado una red de 62 comedores a lo largo de todo el recorrido de La Bestia, que dĂa a dĂa asisten a los viajeros inmigrantes que viajan en paupĂ©rrimas condiciones, arriesgando sus vidas por un futuro mejor.