Imagen: César Mejías

A ver. ¿Qué tan gratuitas son las universidades en los países de la OCDE?

Sí, es un tema sensible, sobre todo para quienes les significa un verdadero dolor de cabeza ver cómo lo harán para financiar sus estudios superiores. Por eso preparamos este artículo para que veas que no estás tan solo en este mundo de preocupaciones universitarias.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-02-01 | 07:00
Tags | educacion, gratuita, universidad, ocde, mundo, superior

Es una discusión que explotó en nuestro país en el 2011, como una continuación del movimiento pingüino originado en el 2006, aunque es un tema que ya está relativamente zanjado. ¿En qué quedó el proyecto de gratuidad universitaria en el país?

Básicamente, ahora contamos con un 50% de cobertura para los cinco deciles de menores ingresos, el que llegará al 60% entre el 2018 y el 2020, siempre y cuando estudien en universidades con más de cuatro años de acreditación y que no tengan fines de lucro. De todos modos, se espera llegar a que la educación universitaria sea 100% gratuita para todos, pero eso tiene un costo importante, por lo que dependerá del crecimiento estructural de PIB. Por eso no se maneja con exactitud la fecha en la que eso podría ocurrir.

Bueno, y como siempre es interesante ver en qué están o qué es lo que hacen en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Economico (OCDE), en El Definido preparamos este artículo para saber cómo manejan este tema los 34 países "top" del planeta (ya, tranquilos, sí sabemos que no es la perfección).

Para esto, nos basamos en la información del paper Sistemas de financiamiento de la educación superior en la OCDE, de Acción Educar, publicado a fines del 2014.

¿Menos de lo que creíamos?

Lo primero que hay que considerar, es que existen tres tipos de “gratuidades” cuando hablamos de este tema: gratuidad universal, gratuidad exclusivamente para universidades públicas y gratuidad acotada o nula (sin considerar mecanismos de financiamiento como becas, subsidios, etc.).

Bajo esa lógica, así se dividen los países según la categoría en la que encajan:

Gratuidad universal: son solo tres las naciones que se encuentran en esta cagoría. Ellos son Dinamarca, Suecia y Finlandia.

Gratuidad en universidades públicas: aquí tenemos 12 países. Alemania, Eslovenia, Grecia, Luxemburgo, Noruega, Polonia, República Checa, República de Eslovaquia, Austria, Estonia, Islandia, y México. Pero ojo, que en todos ellos (excepto Austria, Estonia, Islandia, y México), la matrícula total de universitarios en instituciones estatales supera el 85%. Es decir, por lo menos el 85% de la población tiene educación universitaria gratuita en ocho países de este grupo.

Gratuidad acotada o nula: en esta categoría hay 19 representantes (entre ellos, nosotros todavía, ya que es un beneficio al que accede la mitad de los estudiantes).Australia, España, Francia, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Nueva Zelandia, Suiza, Turquía, Bélgica, Canadá, Chile, Corea, Estados Unidos, Israel, Japón, Portugal y Reino Unido.

A ver, a ver, no tan rápido

Sí, es fácil llegar y decir en dónde se puede estudiar gratis y en dónde no, pero es importante hacer un análisis un poquito más profundo que eso. Por ejemplo, que en el caso de los países que cuentan con gratuidad universal, en algunos casos la carga tributaria en ellos asciende a más del 50% de los ingresos. Es decir, hay grupos de personas que tienen que pagar la mitad de su sueldo en impuestos.

Otro aspecto relevante tiene que ver con la figura de la universidad estatal. Mientras que en Chile son pagadas, en países como Alemania y Noruega estas son gratuitas y representan a más del 85% de las instituciones de educación superior. O sea, al final muy pocos terminan pagando por educación (a lo más el 15% de la población), la que por cierto es privada.

Eso sí, tampoco es llegar y llevar. En los países donde estudiar en ues estatales sale gratis, existen una serie de costos administrativos que deben ser pagados por los estudiantes si es que no cumplen con ciertos criterios, como no sacar una carrera en la cantidad de años determinada.

Y también están los países como Australia, Chile, Reino Unido y Estados Unidos, en donde la matrícula de universidades privadas es mucho más alta que el promedio y en donde las instituciones pueden cobrar el arancel que estimen pertinente. En estos casos, la mayor parte del gasto en educación superior se destina a ayudas como becas, créditos, subvenciones y facilidades de financiamiento en general.

Hora de los números

Sabemos que no todos son fanáticos de los números, pero es cierto que nos ayudan a entender mejor el mundo (a no ser que nos hablen de trinomios o logaritmos). Por ejemplo, a la hora de saber cuánto cuesta estudiar en universidades públicas (ojo con eso) si eres de la OCDE, según sus aranceles.

Más de CLP$ 2 millones anuales: es el grupo en el que sale más caro estudiar en una universidad pública (y lamentablemente estamos en este). Aquí podemos encontrar a Australia, Canadá, Chile, Corea, Estados Unidos, Irlanda, Japón, Nueva Zelandia y Reino Unido

Entre CLP$ 670.000 y CLP$ 2 millones anuales: son aranceles más moderados, pero aún así no dejan de ser. Aquí están España, Holanda, Italia, Portugal, República de Eslovaquia.

Menos de CLP$ 670.000 anuales: si lo divides por 10 (que son, más o menos, los meses que tiene un año académico) serían CLP$ 67 mil al mes. Not bad. Aquí están Austria, Bélgica, Francia, Suiza y Turquía.

Pero hay que tener presente que Chile no se queda atrás cuando se trata de invertir en educación. Según el Informe de Perspectiva de Política Educacional 2015 elaborado por la OCDE, nuestro país destina más fondos a educación que el promedio de la organización de países que la llevan. Por ejemplo, mientras este promedio bordea el 6,1% del Producto Interno Bruto (PIB), en Chile el gasto se eleva a 6,9% del PIB. Para hacerse una idea: el que más gasta en ese sentido es Dinamarca, con un 7,9% y el que menos, Turquía, con 4,2%.

Y teniendo eso en cuenta, Chile, Reindo Unido y Nueva Zelanda son los países que más dinero invierten en ayudas estudiantiles (becas, subvenciones, créditos, etc.) de su presupuesto en educación.

Con todo, podemos concluir que no hay una especie de receta mágica para zanjar el tema de cómo financiar el acceso a la educación universitaria. Es cosa de ver que hay una serie de formas y mezclas para dar con un resultado.

¿Cómo crees que debería ser el acceso a la educación universitaria?