Imagen: Rodrigo Avilés

Por qué los primeros mil días de vida son tanto más importantes de lo que crees

Es un período en el que experimentamos más cambios que nunca. En ese contexto, todo lo que ocurra con nuestro desarrollo es clave, ya sea en términos de nutrición, estimulación cognitiva o la violencia y el mediambiente que nos rodea.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-02-21 | 15:03
Tags | primeros, mil, 1000, años, vida, niño, guagua, infancia, primera

Hay muchas cosas de nuestra infancia que nos marcaron para el resto de nuestras vidas. Como nuestro personaje favorito de Mortal Kombat, los caracoquesos, Mundo Mágico y los pegalocos (si naciste a mediados de los '80 y principios de los '90, claro).

Pero, ¿sabías que una parte importante de lo que eres ahora se debe a cómo te formaste durante los primeros mil días de tu vida? Y no nos referimos a tus programas de televisión favoritos, ni las canciones que te gustaban. Estamos hablando de aspectos que abarcan desde lo que comiste hasta cómo fuiste estimulado a nivel cerebral.

De hecho, el tema es tan importante que organizaciones como la UNICEF han llevado adelante campañas para generar consciencia al respecto y ayudar a quienes más lo necesitan (incluso su documental El Comienzo de la Vida, ha generado un gran impacto en las audiencias). Por eso también, en Chile, se ha impulsado con fuerza los planes de protección y asistencia a la Primera Infancia, sabiendo que una pequeña diferencia en las etapas tempranas, puede derivar en un gran avance en la adultez.

Hoy, en El Definido te contaremos en detalle por qué es tan relevante el cómo vivimos los primeros mil días de nuestra existencia.

La comida es lo más importante (y la mejor inversión)

Esto comprende desde la concepción hasta los dos años de vida y, como siempre, la comida en ese período es lo más importante (aunque para muchos de nosotros, sigue siéndolo hasta ahora). En ese sentido, un momento clave aparece cuando llevamos 30 semanas de gestación.

Es ahí cuando nuestro cerebro experimenta su fase más rápida de crecimiento neuronal y desarrollo celular. Por lo mismo, es fundamental que la madre se nutra de una dieta balanceada entre minerales y minerales, como sal yodada, hierro, ácido fólico.

Después, entre los 0 y 6 meses de vida, lo único que necesitamos es la leche materna. Tanto así, que ni siquiera es necesario que tomemos agua. A través de esta, nuestro sistema inmune se desarrolla, adquirimos defensas frente a ciertas enfermedades y nuestro Coeficiente Intelectual puede aumentar entre cinco a siete puntos.

Como si fuera poco, una guagua que ha sido alimentada exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida, tiene 14 veces más probabilidades de llegar a adulto que una que no. Hay un mundo de diferencia en comparación con la fórmula u otros sustitutos (y lo puedes ver aquí).

Luego viene es la incorporación de los sólidos a la dieta, junto con el crecimiento de los primeros dientes de leche. Con esto, es fundamental incorporar una dieta saludable, ya que de lo contrario, los pequeños se exponen a enfermedades mentales y físicas irreversible. Y ojo, que combatir esto no siempre es fácil, ya que durante ese período los infantes suelen necesitar hasta siete veces más de un nutriente en específico, en comparación con un adulto (guardando las proporciones entre peso y estatura).

Y como no podemos cansarnos de decir qué tan importante es, aquí va una comparación: según los datos que cita la organización Thousand Days, dedicada a la mejora de las condiciones de las personas en sus primeros mil días de vida, durante esa fecha, cada dólar que se invierte en nutrición, tiene un retorno posterior de US$ 48 por conceptos de productividad y salud pública.

Eso significa que una de las mejores inversiones que podemos hacer como sociedad es la de enforcarnos en alimentar correctamente a los más pequeños. De hecho, se estima que podría ayudar a impulsar el Producto Interno Bruto en un 12% y a salvar más de un millón de vidas al año.

El poder de la estimulación cognitiva

Tomarse el tiempo para jugar, cantar y leerles a los más pequeños también es algo importantísimo para el desarrollo de sus vidas. Por ejemplo, un estudio publicado el 2014 en la revista Science, destacó las implicancias de este tipo de actividades en la infancia temprana para el resto de la vida.

La investigación se llevó a cabo en Jamaica y se extendió durante 20 años. Ahí, se les hizo un seguimiento a un grupo de niños de entre uno a dos años, quienes estuvieron expuestos durante los primeros dos años de su vida a una serie de intervenciones por parte de trabajadores de la salud para estimular su desarrollo cognitivo. ¿Los resultados?

Ya en su adultez, se descubrió que quienes recibieron esa ayuda a edad temprana, lograron alcanzar remuneraciones 25% más altas que quienes no. Eso sí, en el mismo estudio lamentan que a nivel global, los gobiernos invierten menos del 2% de sus presupuestos en destinar recursos al fortalecimiento de los programas de aprendizaje en la infancia temprana.

Esto se debe a que con esta ayuda, somos capaces de mejorar aptitudes como la comunicación, el pensamiento crítico, la resolución de problemas e incluso aspectos emocionales, como la empatía.

Cuidado con la violencia y el medioambiente

Ahora, también hay cosas que debemos evitar. Evidementente, la violencia nunca es buena, pero cuando estamos hablando de los primeros mil días de vida, es fundamental que no la veamos ni por si acaso. No sólo por el impacto emocional o en la memoria, también porque los eventos traumáticos como los abusos y el abandono, pueden generar altos niveles de cortisol, los que cuando se mantienen así durante mucho tiempo, provocan toxinas que limitan las conexiones cerebrales de los más pequeños.

Algo similar ocurre cuando un infante crece en un ambiente contaminado. Altas concentraciones de polución pueden traducirse en pérdida o daño del tejido cerebral, lo que a su vez puede provocar problemas irreversibles a nivel cognitivo.

Un equilibrio entre la conciencia y la paranoia

Aunque todo esto no significa que como papás tengan que estar todos los días consultando a Google absolutamente cada cosa que se les ocurra durante los primeros mil días de desarrrollo de sus hijos. Ni mucho menos es necesario estar constantemente culpándose por pequeños detalles que uno podría llegar a pensar que se traducirán en traumas de por vida.

La idea también es disfrutar ser padre, informarse de lo que sea necesario y aplicarlo de la manera que parezca mejor. Si no, es probable que terminen como la mamá de Malcom.

El problema y la solución

Como pueden ver, hay muchos factores que podrían hacer que los primeros mil días de nuestras vidas terminen transformándonos en unas personas con grandes capacidades y una mejor salud, o alguien menos desarrollado mentalmente, o con problemas físicos y psicológicos durante el resto de nuestras vidas.

Para evitar que lo último ocurra, la organización Save the Children plantea seis medidas bases que deben adoptar las sociedades.

1. Invertir en soluciones comprobadas y de bajo costo para salvar las vidas de los niños y prevenir que su desarrollo físico se vea afectado (como el financiamiento de suplementos de hierro o vitamina A).

2. Invertir en trabajadores de la salud, especialmente en aquellos que trabajan en terreno, para así poder abarcar el máximo de la población vulnerable de madres y niños.

3. Fomentar políticas públicas que ayuden a las niñas a ir al colegio. Esto, ya que se estima que las mujeres educadas tienden a tener menos niños, los que suelen ser más saludables y mejor nutridos.

4. Incrementar las ayudas del gobierno para combatir la malnutrición en los niños.

5. Fortalecer la cooperación público-privada para mejorar los índices de nutrición en madres y niños.

6. Legislar y crear políticas públicas destinadas a fomentar la lactancia materna.

Contando ya con estos puntos, son necesarias políticas públicas que se hagan cargo de parte de la protección y educación de los niños en las etapas tempranas. Un buena red de salas cuna y jardines infantiles del estado, un servicio adecuado para los menores que viven situaciones de vulneración y asistencia o ayuda a las familias durante la crianza.

En nuestro país por ejemplo, Chile Crece Contigo se convirtió en política pública, para garantizar a los niños un acceso expedito a servicios y prestaciones necesarios para su desarrollo temprano. Además apoya a las familias y a las comunidades donde éstos niños crecen de diversas maneras, incluyendo, entre otras cosas, un sitio web con información y consejos para un buen desempeño.

¿En qué otros aspectos crees que son importantes los primeros mil días de vida?