Imagen: Valentina González

5 cáscaras de alimentos que podemos comer (y que no sabíamos)

Generalmente contienen más nutrientes y beneficios que el alimento en sí, aunque ojo, no estamos diciendo que por que sean comestibles tengan que ser deliciosas. Te invitamos a ver qué comida has estado desperdiciando todo este tiempo.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-03-14 | 14:59
Tags | cascara, fruta, verdura, queso, comestible, cocina

Mamá: ¡te tienes que comer toda la comida!

Hijo: pero mamá, solo quedan cáscaras.

Mamá: hay niños en la calle que no tienen qué comer.

Hijo (mientras come cáscaras de sandía): siempre lo mismo…

Suena como a una pesadilla, pero la verdad es que no es tan malo. De hecho, hay un montón de cáscaras de alimentos que solemos tirar a la basura, pero que perfectamente podríamos comer y así, aprovechar un montón de beneficios que poseen. ¿Cuáles?

En El Definido te contaremos cuáles son las cubiertas de comida que sí te puedes comer (y que probablemente no sabías). ¡Papel y lápiz!

PD: que sea comestible, no significa que sea delicioso. En gustos no hay nada escrito, dicen por ahí.

1. Sandía

Es deliciosa por donde se le vea y hay quienes se la comen hasta con pepas. Pero la parte verde de la cáscara de la sandía siempre tiene el mismo final: el basurero. Y es que a prácticamente nadie se le ocurriría comerse esa parte, sobre todo después de haber alcanzado la gloria tras haber probado su sabroso y rojo interior.

Bueno, lo hemos estado haciendo mal. Esta parte de la sandía contiene una serie de propiedades, como por ejemplo, ser baja en calorías, poseer vitamina C y B-6 y contener citrulina. Esta última se caracteriza por beneficiar el sistema inmunológico, la circulación de la sangre y, por ende, al corazón (aunque la pulpa también lo alberga).

Además, no es tan mala como muchos creen, su sabor se parece al pepino. En el sur de Estados Unidos es relativamente común verla preparada como si fueran pepinillos (incluso, a esta receta se le conoce como Watermelon pickles o Pepinillos de sandía). Así que tendrás que esperar hasta el próximo verano para comprobar si la encuentras comestible o no.

2. Kiwi

A esta cáscara sí que le hacemos el quite. Después de todo, ¿cómo podría algo tan peludo ser comestible? Al parecer todo lo que sabíamos al respecto está equivocado, ya que nuestra amiga con pelos posee una piel que deberíamos estar consumiendo todo el tiempo. Y no exageramos.

Si el kiwi ya es super saludable, su cáscara lo es aún más. Contiene más vitamina C que la pulpa de la fruta y tres veces más fibra que su interior. Para nada mal. Eso sí, es importante lavar bien su cubierta antes de consumirla, ¡ojo con eso! Puedes escobillarla si quieres dejarla lo más libre de pelos posible.

En cuanto a su preparación, una buena idea sería hacerla jugo metiendo la fruta entera (con cáscara y todo) a la licuadora.

3. Queso

Muchas veces botamos el borde más duro del queso, pero ¿sabías que en algunos casos se puede comer? Para saber cuándo sí y cuándo no, la premisa es bastante simple: si la cáscara del queso fue hecha “artificialmente”, tírala al tacho de la basura. Si se debe al endurecimiento natural del queso, puedes empezar a buscar recetas para comértela. Obviamente es importante que la laves antes, mal que mal, se trata del envase mismo del queso.

Entonces, llevemos esto a la práctica.

¿Cáscara roja del queso Gouda? ¡Next!

¿Envoltura roja del queso Edam? ¡Next!

¿Cáscara suave y blanca del queso Camembert? ¡Ñam!

¿Cáscara dura del queso Parmesano? ¡Ñam! (siempre y cuando no tenga grabados encima).

4. Naranja

Puede que suene un poco raro a la primera, pero si lo piensas un poco, es más común de lo que crees. Primero, porque casi todos hemos comido un queque con ralladura de naranja y, segundo, porque también muchos hemos probado las cáscaras de naranja bañadas en chocolate (que son bastante buenas). Pero hay más.

Esta parte de la fruta es capaz de reducir el colesterol LDL, más conocido como “colesterol malo”. También es alta en limonina, una sustancia que puede ayudar a combatir el cáncer. Como si fuera poco, posee pectina, una fibra natural que reduce los niveles de azúcar en la sangre y disminuye el apetito.

Ahora, además de comerlas bañadas en chocolate o ralladas en un queque, hay un montón de otras recetas. Por ejemplo, confitadas, en conserva, mermelada, en crema, deshidratadas, etc.

5. Betarraga

Tenemos que admitir que este tubérculo no es el más popular de todos. Muchas familias han tenido que vivir verdaderas batallas campales en el comedor tratando de lograr que los más chicos se coman se betarraga. Y eso que las pelamos, ¿se imaginan si no?

Quizás deberían dejar de imaginarlo y llevarlo a la práctica, porque la piel de la betarraga es saludable y adivinen: ¡comestible! Además, dentro de todos los otros alimentos de la lista, la cáscara de esta es una de las más suaves (si es que te gusta comer betarraga cocida, asumiendo la pérdida de nutrientes que eso conlleva). Pero una de sus gracias es que es comestible entera, incluyendo tallos y hojas.

Aunque más allá de eso, la piel de este tubérculo es muy rica en Beta alanina, un aminoácido natural que es comercializado como un suplemento alimenticio para deportistas. Entre sus gracias podemos encontrar que aumenta la concentración de carnosina en los músculos (que sirve como antioxidante), disminuye la fatiga y aumenta el trabajo que realizan los músculos al entrenarse.

¿Qué otra cáscara agregarías a la lista?