Imagen: César Mejías

7 cambios que experimenta nuestro cuerpo al estar meses en el espacio

Vivir en la Tierra es lo que nos tocó. Respirar oxígeno y tener los pies en el piso parece ser una realidad única. ¿Pero qué pasa cuando nos trasladamos a 80 kilómetros de altura? Un ambiente diferente y extraño al que estamos acostumbrados puede confundir todo nuestro organismo.

Por Eloísa Alberdi | 2017-04-12 | 12:22
Tags | espacio, cambio, cuerpo, humano, nasa, experimento

A muchos nos gusta pensar que no estamos solos en el universo. Una enormidad de planetas, estrellas y galaxias rodean nuestra Tierra a millones de años luz. A la humanidad le ha fascinado el cosmos desde tiempos inmemorables, pero hace tan solo hace 56 años el ruso Yuri Gagarin fue la primera persona en rondar la órbita terrestre y poner a prueba los límites de nuestro cuerpo en el imponente especio exterior.

Pese a que ya han pasado casi seis décadas desde eso, no fue hasta el año pasado que se estudiaron con más profundidad los efectos de la falta de gravedad en el organismo humano. Esto se hizo a través del experimento de un gemelo estadounidense, el astronauta Scott Kelly, quien pasó un año orbitando alrededor de la tierra para después volver a comparar los cambios con su hermano idéntico. La idea fue llevar a la realidad algo similar a la “paradoja de los gemelos" de Einstein.

Las siete consecuencias

Pasar meses o años en un ambiente con una gravedad mucho menor tiene consecuencias en nuestro cuerpo, que si bien no son para siempre, sí son bastante extrañas. Aquí te enumeraremos una lista de lo que te puede pasar la próxima vez que decidas quedarte un buen tiempo en el espacio exterior (y no hablamos del uso de narcóticos o estupefacientes).

La hinchazón de la cara esun efecto evidente casi de forma inmediata después de cambiar de ambiente. Esto se debe a que los líquidos del cuerpo se mueven más rápido (haciendo que estos se concentren en la cara, entre otros lugares). Pero tranquilos, que a los días de haber vuelto a la Tierra o con muchas idas al baño, se soluciona solo.

Se pierde el sentido de la orientación: principalmente porque hay mucha menos gravedad, en el espacio exterior es imposible distinguir si se está de cabeza o de pie, al contrario de lo que pasa terrenalmente. La única forma de saberlo es a través de la vista.

Cambia el sentido del tiempo: eso ocurre en operaciones espaciales donde la nave recorre la tierra completamente en 90 minutos, por ejemplo. Además de ser un espectáculo sin igual, confunde nuestro ciclo natural de sueño. Después de todo, en una hora y media pasaste de estar de día a de noche.

El hecho de ver el sol salir y ponerse constantemente, hace que ese ciclo se altere. ¿Has sentido o has oído alguna vez la desagradable sensación de jet lag o desfase en el sueño al viajar distancias largas en avión? Los astronautas la describen como parecida, aunque muchísimo peor.

Sí, se crece: cuando el astronauta Kelly volvió de la tierra luego de haber estado 340 días en el espacio, superó en estatura a su gemelo por 3,81 centímetros. La razón de esto es que la gravedad baja alarga la columna vertebral. Eso sí, no duró mucho tiempo, ya que la gravedad se encargó de hacer su trabajo y de achicarlo esos casi cuatro centímetros.

¿El secreto de la juventud?: los telómeros (extremos de los cromosomas) tienden a acortarse a medida que vamos envejeciendo. Y se creía que los viajes espaciales aceleraban ese proceso, pero los científicos descubrieron que pasa todo lo contrario: se agrandaron. Al poco tiempo de vuelta, volvieron a su tamaño normal, pero el cambio no dejó de impresionar a los expertos.

No más sed: algunos astronautas han notado que en el espacio les da menos sed de lo normal.La razón de esto tiene que ver con lo que mencionamos anteriormente sobre el alto flujo de líquidos en el organismo. Gracias a la aceleración de ese movimiento, se alivia la sensación de tener sed. Así, el cuerpo piensa que aumentó el nivel de sangre e intenta solucionarlo ordenando ir al baño muchas veces más de lo normal. Sí, se pierde mucho líquido, pero todo vuelve a la normalidad al regresar a la Tierra.

Mucho dolor al volver: los músculos y los huesos no tienen que hacer demasiado esfuerzo en la gravedad reducida, así que se van debilitando poco a poco. Ya de vuelta en el mundo es cuando se notan los efectos: el insoportable dolor físico. Es como cuando dejamos de hacer ejercicio durante meses y volvemos con todo al gym. Uff, dolor.

La importancia de conocer nuestro cuerpo

Cierto, suena muy interesante el que crezcamos casi cuatro centímetros en el espacio después de haber estado ahí casi un año. Pero más allá de lo anecdótico, conocer cómo se adapta y funciona nuestro cuerpo en ambientes más hostiles a los que estamos acostumbrados, es de gran importancia.

Todos estos datos podrían ser clave al momento de emprender viajes más largos y extremos hacia otros planetas, como Marte, por ejemplo. Saber y estudiar cuáles son los efectos reales de ambientes extremos como el espacio exterior, ayudaría a los astronautas a estar mucho más preparados para futuras expediciones… quién sabe hasta dónde podremos llegar en unas décadas más.

¿Te atreverías a pasar meses fuera de la Tierra?