A propósito de la reciente aplicación Censo 2017 en nuestro país no pude dejar de preguntarme, ¿cómo se aplica el censo en otro países? En un mundo versátil, vale pena mirar para el lado y reflexionar sobre cómo las naciones utilizan diferentes vías para recolectar información.
En lugares con economías desarrolladas se emplean otros métodos para captar datos poblacionales, siempre y cuando estén alineados con los estándares internacionales, explicitados por la Comisión de Estadística de la ONU. ¿Cuáles son?
Todos estos requisitos forman parte de un Programa Mundial de asistencia internacional para que los países obtengan recomendaciones y técnicas para sus operaciones censales. La ONU se encarga además de recopilar y divulgar los resultados de aquellos censos.
La mayoría de los países adscritos al Programa mundial de Censos de Población y Vivienda del 2010 utilizaron como método predilecto el empadronamiento individual, universal y simultáneo de cada habitante, en el territorio nacional. Sin embargo, algunos países plantearon metodologías alternativas y más actualizadas la tecnología y la época en que vivimos.
Cabe destacar que en ninguna de las recomendaciones de la ONU se exige un censo de facto. Es decir, no implica como único sistema de recolección de datos el empadronamiento de la población “presente” en un territorio. Tampoco establece una periodicidad de 10 años,
sino solo una periodización regular.
La rapidez de nuestra era ha aumentado la necesidad de obtener datos más detallados y actualizados sobre la población. La ONU sugiere emplear programas permanentes e intercensales (como encuestas por muestreo) para reunir información constante.
A continuación, les mostraremos algunos ejemplos de cómo funciona el censo en otros países.
Debido a la dificultad de obtener datos actualizados a través de un censo general cada diez años, países como Francia han optado por acortar esta cantidad de tiempo. Es así como a partir del año 2004 se puso en ejecución la ejecución de un Censo Rodante que substituye por completo al método tradicional.
Este censo se aplica a través de encuestas tradicionales, pero que son aplicadas en forma gradual en un plazo de cinco años. El tamaño de cada muestra cubre aproximadamente un 8% de las viviendas. Este sistema ha sido exitoso gracias al riguroso registro domiciliario de los franceses y que les ha permitido diseñar cuidadosamente la aplicación de cada muestreo.
Estados Unidos emplea un sistema de encuestas, cada diez años. Esta periodicidad no ha sido modificada debido a la dificultad estadounidense de cambiar estatutos de su propia Constitución. Resulta curioso que para el censo del año 2000, el formulario de encuestas pudiese ser descargado a través de internet y que esto no fuese replicado para el Censo 2010. Para este último censo se envió un cuestionario breve a cada vivienda (diez preguntas), estas debían ser respondidas y reenviadas a las oficinas censales en un plazo determinado. En el caso de los hogares que no remitieron el formulario, fueron visitados por un empelado público que desarrollaba la encuesta en forma presencial.
La ONU hace énfasis en la importancia de ejecutar conjuntamente los datos censales con los resultados de otras investigaciones, a modo de complementarlas y utilizarlas como marco estadístico. Sin embargo, para que estas interrelaciones estadísticas se lleven a cabo en forma eficaz, se debe establecer un programa integrado de recopilación de datos. Complementando así los datos existentes con encuestas por muestreo sin que sea necesario un empadronamiento total.
Dinamarca tras el censo del 1981, se convirtió en el primer país en emplear los registros administrativos sin necesidad de encuestar a todos sus habitantes. A este sistema se uniría Finlandia en 1990 y a partir del 2010 lo harían Noruega, Suecia y Austria. En estos países no es necesario empadronar a toda la población.
Un censo complementario y administrativo supone que el Estado posee los datos de los ciudadanos mediante un sistema que entrecruza la información de los nacimientos, defunciones, vivienda, salud, educación, etc. En países como España, Holanda y Eslovenia las encuestas se realizan sólo en caso de ausencia de los datos administrativos. Los registros disponibles en las organizaciones del Estado son entonces la base del censo que se suplementará con encuestas en caso de ser necesario.
España se convirtió en el 2001 en el primer país del mundo en aplicar un censo a través de internet. Los ciudadanos españoles que estuviesen previamente empadronados en la vivienda en que residían pudieron contestar íntegramente las preguntas censales a través de la web. Todo ello a través de un sofisticado mecanismo de confidencialidad y seguridad que más tarde replicarían países como Canadá, Singapur y Suiza.