El sueño de toda mujer es poder encontrar zapatos cómodos como las zapatillas, pero que tengan un diseño sofisticado y bonito que les permita usarlos para la oficina, reuniones o eventos sociales más formales.
El sueño de los ambientalistas y de la moda responsable, es poder encontrar y fabricar indumentaria de primer nivel que sea sustentable, de calidad y ecológica; y así poder aportar desde su industria a generar conciencia medioambiental y frenar un poco la contaminación y la huella de carbono que día a día contribuyen a aumentar los efectos del cambio climático.
¿Cómo unir estos requerimientos en un solo producto? ¿Cómo contribuir a una moda que no incomoda ni en lo estético, ni en su uso ni en el cuidado del planeta?
Este fue el desafío que se propusieron dos amigos norteamericanos. El diseñador Roth Martin, junto al abogado Stephen Hawthornthwaite, luego de ver a sus esposas salir a comprar zapatos (un nuevo par para su colección); se preguntaron si era posible crear accesorios sofisticados y al mismo tiempo, amigables con el medio ambiente.
Luego de un tiempo de estudio de materiales y tecnologías de vanguardia, nació Rothys, una compañía de San Francisco que transforma las botellas de plástico en zapatos de vestir, estilo ballerinas: cómodos como las zapatillas, lavables a máquina, antitranspirantes, sin costuras, duraderos y lo mejor de todo: reciclados y reciclables.
En dos diferentes modelos (Flat y Point), las 30 variedades de Rothys de todo tipo de colores y diseños, han llegado a la industria del calzado de calidad, a revolucionar la moda para transformarla en sustentable; siendo aplaudidos incluso por las mejores revistas de moda como Vogue.
La empresa, que lleva sólo un año en el mercado, ha recibido por parte de la compañía de reciclado PlusFoam, un certificado B Corp (empresas B), que consiste en una certificación de garantía de sostenibilidad, por su iniciativa de reciclar en su totalidad los materiales de los que están compuestos. Para esto, la empresa creó un servicio gratuito para devolver los zapatos cuando ya estén muy viejos, para ser nuevamente reciclados.
Para la fabricación de los zapatos Rothys, la compañía utiliza una tecnología bastante avanzada: gracias a una máquina de impresión de tejido de punto tridimensional (3D), en sólo seis minutos se fabrica un par de zapatos, utilizando tres botellas de plástico y otros materiales reciclados.
Antes de imprimirse, las botellas plásticas entran en un proceso de lavado y esterilización, para luego convertirlas en pequeñas escamas plásticas que se transforman en hilos filos, los que luego se tejen a través de la impresora 3D.
“Hay una enorme cantidad de residuos de desecho que van a los vertederos”, señala Roth Martin,co-fundador y director creativo de Rothys, agregando que “nuestro proceso nos permite crear piezas tridimensionales que utilizan la cantidad exacta de material que se necesita para crear la pieza, al igual que una impresora de inyección de tinta, y luego se repite la tarea según sea necesario “.
Este proceso apenas genera residuos, ya que además del tejido con hilo de botellas que da la forma al zapato; el resto de su composición también está diseñada con materiales reciclables: las suelas están formadas por dos plantillas de espuma y la suela con goma de caucho reciclada.
Además de su diseño clásico y estéticamente lindo, los Rottys son antimicrobianos, permiten respirar al pie, por lo que son antitranspirantes, y son totalmente lavables en lavadoras, sin perder ni color ni elasticidad. ¿Su precio?
Desde 125 dólares (unos $80.000). Lo sabemos, nada de baratos, pero considerando que son un producto de alta calidad, competitivo con otros zapatos, a la moda, muy durables y, sobre todo, sustentables, están más que perdonados. Esperamos que esta iniciativa empuje a la industria y permita que el día de mañana existan este tipo de zapatos de manera masiva y a todo tipo de precios.