La norteamericana Pamela Gale Malhotra tuvo un sueño desde niña: vivir en una casa en un cerro, con vista a las montañas nevadas, cercana a un estanque atravesado por un río, y rodeada de vida salvaje. Junto a su marido indio, Anil Malhotra, recorrió el mundo entero para buscar el lugar en el que querían vivir; desde las montañas rocosas de Colorado, pasando por Hawaii, hasta llegar a los Himalayas. Hasta que finalmente encontraron el sitio y su misión en la vida.
En 1991, descubrieron un terreno que los cautivó: eran 22 hectáreas en los Ghats occidentales, una zona ubicada en la parte sur de Indostán (la península en que está la India). Y no es que se tratara de un paraíso terrenal, al contrario, era un lugar devastado por la deforestación, donde los dueños habían abandonado sus antiguos cultivos de arroz, cardamomo y café, porque esa tierra ya no rendía ningún fruto. Pamela y Anil compraron las tierras a los propietarios y comenzaron su misión: transformar el lugar en un santuario de la naturaleza.
Muchos los llamaron “locos” pero, tal como dice Pamela, “muchas de las personas que hacen cosas increíbles son llamadas locas". Así que no se preocupó.
Lo que lograron es absolutamente impresionante.
Desde que Pamela y Anil se conocieron y se enamoraron, decidieron no tener hijos, pues consideraron que su descendencia debía ser un bosque que se conservara a perpetuidad. Poco a poco, en el terreno que eligieron, plantaron pasto y pequeños arbustos nativos que fueron creciendo. La tierra se fue tiñendo de verde y llegaron los primeros insectos (las mariposas gigantes capaces de camuflarse fueron uno de los hallazgos más sorprendentes). Después, vieron por primera vez serpientes y comenzaron a crecer los primeros árboles, que con los años se hicieron grandes. Entonces aparecieron mamíferos como ratones, monos y venados, los que más adelante atrajeron a los depredadores, tales como tigres y leopardos. Y, como broche de oro, llegaron los elefantes naturalmente, sin ser atraídos por nadie. El sueño de Pamela se había concretado y el lugar era exacto a lo que había imaginado.
Crearon así el primer santuario privado, sin fines de lucro, de conservación de la naturaleza en India, al que llamaron SAI Sanctuary. La palabra “SAI” es una abreviación de Save Animals Initiative (iniciativa para salvar a los animales), pero también tiene un significado más espiritual y profundo, pues Sai es la Madre Universal o Madre Naturaleza.
Desde 1991, Pamela y su marido han ido comprando más terrenos aledaños, por lo que hoy el santuario ocupa más de 121 hectáreas. Es tal el cambio surgido en el lugar, que ella asegura que antes sólo escuchaba el sonido de sus pasos, mientras hoy escucha el ensordecedor sonido de las cigarras, el ruido del viento en las copas de los árboles y toda la fauna que compone el ecosistema del lugar.
SAI Sanctuary no solamente vino a cumplir el sueño de Pamela, sino que juega un importante papel como corredor de biodiversidad en el sur de la India. Esto quiere decir que por esa “carretera verde”, pasan muchos animales en sus naturales rutas de migración. Además, muchos de los gigantescos árboles del lugar, albergan cada uno a 50 especies distintas, en una relación simbiótica.
Tal como cuenta Pamela, tanto el bosque como la vida salvaje, se necesitan mutuamente para sobrevivir. Mientras los animales requieren del agua fresca y de los alimentos que proporciona el bosque, éste último necesita con urgencia de la fauna, pues lo protege de parásitos, facilita la polinización de las flores y la propagación de los árboles mediante semillas. Varios de los árboles que hay en SAI Sanctuary tienen semillas muy grandes (como el Jackfruit) que únicamente pueden ser transportadas de un lado a otro mediante las fecas de los elefantes, quienes se comen el fruto y luego defecan a kilómetros, ayudando a la propagación del árbol. Gracias a este proceso, se va reforestando naturalmente.
La atracción de manadas de elefantes a SAI Sanctuary ha sido tal, que pamela cuenta que ya han nacido cuatro crías en el lugar, dos hembras y dos machos. Esto habla de la seguridad que sienten mucho animales allí, para criar, alimentarse y fortalecerse antes de seguir su ruta.
“Este santuario debería ser un modelo de esperanza para todos los individuos privados, compañías y grupos. Hay esperanzas para salvar a la India aún”, dice Pamela.
Además de su relación con los animales, este santuario es un enorme productor de lluvias. Sí, porque los grandes bosques tienen un rol clave: el 50% de las precipitaciones en el mundo son producto de su acción. ¿Cómo lo hacen?
El proceso conocido como evotranspiración, es la forma mediante la cual el agua es devuelta a la atmósfera en forma de vapor, y la transpiración de los árboles juega un papel crucial en ello. Los bosques toman agua de la tierra, a través de sus raíces, de la cual sacan todos sus nutrientes para luego, a través de sus hojas, enviarla a la atmósfera. Esta agua evaporada se transforma en nubes que, a la larga, precipitan, generando lluvias transportadas por los famosos monzones (vientos) de la India.
El gran problema es que los bosques de la India han desaparecido de forma dramática en las últimas décadas, cuenta Pamela. Si en los ‘70 la región en que se encuentra el santuario estaba cubierta en un 86% de bosques, hoy solamente la cubren en un 16%. Y a nivel global el tema también es preocupante. En esta Ted Talk, Pamela muestra un mapa que señala los bosques que existían en el mundo hace 8 mil años, comparándolos con los que existen actualmente.
What does it truly mean to live as one with Mother Nature? |
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Lamentablemente un 60% de lo que ya se ha perdido, es irreversible. Tan grave ha sido esta pérdida, que Pamela habla de una “sexta ola de extinción” de especies, tanto plantas como animales. Pero si las primeras extinciones fueron todas por causas naturales, ésta última es 100% obra del ser humano, y principalmente a causa de la desforestación.
Con cada segundo que pasa, se pierde media hectárea de bosque en el mundo, lo que resulta muy riesgoso en vista del cambio climático que estamos viviendo, pues son los árboles los que absorben el 80% del dióxido de carbono que producimos. Las enormes sequías que hoy sufre la India y el mundo (¡incluso Chile!) tienen una de sus causas en esta desforestación abusiva a nivel global. ¿Cómo revertir este proceso?
Protegiendo los bosques e intentado recuperar ese 40% que se perdió hace 8 mil años, y que aún es posible restaurar. Los bosques devolverán el agua y le darán hogar a miles de animales. Es hora de que los privados comiencen a actuar conservando territorios, señala Pamela, tal como ella lo hizo con su marido.
SAI Sanctuary es un gran ejemplo de esperanza en la recuperación, reforestación y conservación de la naturaleza. Ejemplos como el de Douglas Tompkins en Chile, reflejan que la acción privada (aunque sea en una escala menor a la del magnate) puede ser un gran aporte en la conservación de nuestros recursos naturales. Hoy, nuestro país está haciendo muchos esfuerzos de conservación de la naturaleza, tanto marina como terrestre, pero aún queda mucho por hacer. Los bosques de nuestra Patagonia y la riqueza de nuestro mar, son un pulmón para el planeta que, esperamos, se mantenga intacto por muchos años.