Imagen: César Mejías

Los hermosos y desconocidos beneficios de reducir el límite de velocidad en zonas urbanas

La evidencia internacional muestra que son múltiples las ventajas asociadas a reducir el límite de velocidad permitido para los autos. Aquí te contamos de qué se tratan.

Por Rodolfo Westhoff @rwesthoff | 2017-07-18 | 07:00
Tags | limite, velocidad, transito, auto, movil, ciudad

¿Sabías que el límite de velocidad para que circulen los autos en zonas urbanas de Chile es de 60 kilómetros por hora? ¿Sabías que actualmente hay un proyecto de ley tramitándose en el Congreso para reducirlo a 50 kilómetros por hora? ¿Sabías que en ciudades como Londres, el límite es de 30 kilómetros por hora en las arterias más congestionadas?

Entre nuestra normativa de tránsito y la de otros países existe una gran diferencia, sobre todo a la hora de hablar de límites de velocidad. Es por eso que en El Definido decidimos buscar las consecuencias y beneficios de tener autos que circulen más lento por la ciudad y nos encontramos con muchas cosas buenas.

Paradójicamente, el tránsito no anda más lento

Si nos dijeran que de 60 km/h pasaremos a andar a 30 km/h como máximo, lo más razonable es pensar que nos demoraremos el doble en desplazarnos hacia donde queramos. Pero misteriosamente, eso no ocurre así. Según un informe hecho por la Federación Europea para el Transporte y el Medioambiente, el tránsito anda más fluido cuando el límite se encuentra en los 30 km/h. ¿La razón?

La distancia entre autos es menor cuando se anda a menor velocidad, lo que permite que se “acomode” el mayor número de vehículos posible en la calzada. Es como un río que avanza fluidamente. Ahora, ¿cómo le viene esto al transporte público?

Prácticamente le viene igual que al privado. Además, en la hora pico de Santiago los buses, de todos modos, no superan los 20 km/h, así que tampoco es como que les afectaría…

¡Menos accidentes!

Quizás sea el primero que se les venga a la cabeza. Un estudio recopilatorio llevado a cabo por la Universidad de Oxford analizó los efectos que tiene establecer un límite de velocidad de 30 km/h en determinadas zonas y su principal conclusión es que se trata de “una manera efectiva de mejorar la salud pública, a través de la reducción de accidentes y de lesiones”.

Y el porqué es bastante obvio. Mientras que la mayoría de nosotros sobreviviríamos a un atropello a 30 km/h, la verdad es que en una misma situación pero con un auto que se desplace a 60 km/h, nuestro riesgo de morir aumenta casi el triple (31%).

De hecho, esto se probó en la ciudad de Brighton & Hove, Inglaterra. Después de seis meses de implementar la norma de reducción, la velocidad de tránsito bajó un 76%, una disminución del 20% en los choques y 19% en otros tipos de accidentes vehiculares (como atropellos). Lo mismo pasó hace un tiempo en Estocolmo, Suecia, como les contamos en esta nota.

Le hará bien a tu corazón (y a tus piernas)

Otro informe elaborado por la Heart Foundation de Australia sostiene que reducir el límite de velocidad de vehículos en zonas urbanas, contribuye a incentivar las caminatas y el uso de bicicletas. ¿Por qué?

Por un lado, andar en bicicleta en las calles que no tienen ciclovía se vuelve más seguro. Después de todo, no tienes máquinas de metal andando al lado tuyo a 60 km/h, sino que a la mitad. Por el otro, los trayectos a pie son más amenos, principalmente por la reducción en el riesgo de enfrentarse a un accidente vehicular.

Como si fuera poco, se reducen las emisiones de gases de los vehículos, ya que se frena y se acelera menos al andar a menor velocidad.

¡Shhht!

Una de las gracias de reducir el límite de velocidad tiene que ver con la reducción de la contaminación acústica. Y esto trae varias consecuencias. De acuerdo a una investigación publicada en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, tener calles menos ruidosas ayuda a aumentar el valor de las propiedades de la zona en donde se restrinja el límite de velocidad a 30 km/h.

Pero claro, no todo es dinero y esto también contribuye a mejorar tu salud. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido del tráfico es el principal culpable de la contaminación acústica. A su vez, esta incide en problemas como en el aumento de los niveles de estrés y la presión sanguínea.

Es por eso que una de las recomendaciones de la entidad internacional es, precisamente, reducir el máximo de velocidad permitido para los vehículos. De hecho, aseguran que diez autos andando a 30 km/h hacen el mismo ruido que cinco autos andando a 50 km/h. ¿No hay por dónde perderse, no?

Hoy hay varios países donde esta norma de velocidad es algo completamente normal, como [algunos lugares de Inglaterra y Estados Unidos]. ¿Y en Chile? Tampoco estamos tan atrás. Hoy existen algunas zonas urbanas que han puesto los 30km/h como límite de velocidad, acompañándolo de señaléticas y otros complementos para hacer de las calles un lugar amigable para autos, bicicletas y peatones. Se llaman Zona 30 y se encuentran en las comunas La Florida, Las Condes, Vitacura, Providencia y Santiago Centro.

¿Estarías a favor de reducir el límite de velocidad a 30 km/h?