Imagen: Ferrucio Lamborghini, Wikimedia Commons

Ferruccio Lamborghini: el humilde mecánico que logró competir con Ferrari

Esta historia demuestra lo que una persona con determinación puede lograr: el fundador de Lamborghini, comenzó fabricando tractores con piezas de vehículos militares en desuso y terminó desafiando al mismísimo Ferrari. Tenía la extraña mezcla de virtudes que se necesitan para crear una gran marca.

Por Juan Reyes | 2017-08-01 | 11:24
Tags | autos, Lamborghini, mecánica, vehículos

*Esta nota fue originalmente publicada en 2017.

Ferruccio Lamborghini fue un ingenioso mecánico italiano que vivió en tiempos agitados: la Segunda Guerra Mundial. Cuando joven trabajó en la fuerza aérea italiana, donde reparaba máquinas de guerra con gran habilidad, hasta que fue capturado… pero su talento mecánico, le permitió pasar de ser prisionero a reparar los cacharros del enemigo. Durante la guerra conoció variedad de vehículos, los que arregló e incluso mejoró. Era la experiencia que necesitaba este genio para salir de la botella, pues Ferruccio se volvería un empresario avasallador y el temible rival del consagrado Enzo Ferrari.

Su habilidad en la mecánica le permitió formar su propia empresa y fabricar máquinas agrícolas, utilizando como insumos partes de vehículos de guerra en desuso. Inició su negocio en un pequeño garage y terminó montando una fábrica para tractores, máquinas que lograron encantar a los granjeros, mejorando cada año su calidad técnica y aumentando sus ventas explosivamente. Su talento y pasión le permitieron generar una gran fortuna.

El hábil Ferrucio ahora se podía dar el lujo de comprar sofisticados vehículos y entre ellos, algunos Ferrari. Según relató en una entrevista, los lujosos Ferraris le daban algunos dolores de cabeza. Frecuentemente tenían problemas en el embrague y debía llevarlos a reparar. Por este motivo fue donde el mismísimo Enzo Ferrari y le dijo: “Ferrari, tus vehículos son basura”, a lo que Ferrari le respondió: “Lamborghini, tú serás capaz de manejar un tractor, pero nunca serás capaz de manejar un Ferrari apropiadamente”. Según Lamborghini, fue en ese momento en el que decidió que debía fabricar el vehículo perfecto.

¡Abran paso!

Cuando se propuso fabricar autos deportivos y competir con Ferrari, lo tildaron de loco, pues parecía una aventura con bajísimas probabilidades de éxito donde solo perdería dinero. No obstante, sus objetivos eran claros y no se detendría tan fácilmente. En 1963 fundó Automobili Ferruccio Lamborghini. Compró un gran terreno y aplicó su vasta experiencia previa para montar una fábrica que destacó por su ingeniosa distribución. Las oficinas rodeaban la gran nave central, permitiendo siempre una conexión entre los altos mandos y lo que ocurría en la fábrica. El implacable Ferruccio no dudaría en intervenir personalmente si las cosas no se hacían de la manera correcta, pues no tenía problemas para ensuciarse las manos.

Su estrategia era apuntar a la excelencia, no quería fabricar un auto deportivo, sino que quería acercarse a la perfección. Para ello acudió a los mejores; el motor de su primer Lamborghini sería fabricado por un ingeniero que trabajaba para Ferrari: Giotto Bizzarrini.

Un equipo de hábiles ingenieros y diseñadores trabajaron con gran determinación para crear los más fabulosos vehículos. Su primer modelo, el 350 GTV fue exhibido en el Salón del Automóvil de Ginebra y muy bien recibido por la crítica.

Foto: vía Lambocars.com

Como no era más que un vehículo de muestra, su motor fue afirmado por unos cuantos ladrillos y tenía varios mecanismos inconclusos. No obstante, esta aparición, consiguió llamar la atención y crear un primer espacio para Lamborghini en el mundo de los autos. Su fundador tenía un gran olfato para atraer la atención del público y posicionar su marca.

Nuevos modelos, más éxito

Lamborghini decidió colocar a los autos nombres relacionados con la tauromaquia. Un caso destacable es el del Lamborghini Miura. Este modelo nació como un proyecto secreto, llevado a cabo por los más destacados ingenieros de la empresa. A Ferruccio no le agradaba la idea de crear autos tan exóticos, por lo que los ingenieros decidieron comenzar a trabajar en su nuevo modelo sin que él lo supiera, no querían que su proyecto muriera antes de nacer. El tiempo demostró que estaban en lo correcto y que llegarían a revolucionar el mundo de los automóviles deportivos.

Llegó el momento de revelar las cartas y para sorpresa de los involucrados, Ferrucio aprobó la creación del Lamborghini Miura. Él creía que no se venderían más de 50 unidades en el mundo, pero que de todas maneras serviría para promocionar su marca. Su predicción no podía estar más equivocada. Al enfrentar el mercado, el Miura se convirtió en un rotundo éxito comercial y en un verdadero ícono en el mundo del automóvil.

Foto: Wikimedia Commons

Su diseño era adelantado a la época tanto a nivel técnico como estético, logrando trascender de los ‘60 y causar admiración durante décadas. Esta escena en la historia de Lamborghini, demuestra que el éxito de una empresa depende directamente del talento de sus empleados. Una de las cualidades más importantes del mecánico y empresario italiano, fue la de contratar a las personas idóneas.

El legendario Ferruccio Lamborghini siguió trabajando en su empresa, hasta que llegó la crisis de los ‘70. En ese momento, debido a las crecientes dificultades, decidiría dar un paso al costado y vender su empresa. Esta pasó por diferentes dueños, pero manteniendo una grandeza que perdura hasta el día de hoy: el año 2016 batió su record, vendiendo 2.013 vehículos en 6 meses y se mantiene entre las marcas de autos deportivos con mayor prestigio.

Ferruccio falleció a los 76 años de un ataque cardiaco, pero se mantuvo siempre activo en diferentes negocios. Cual enérgico joven, trabajaba de lunes a viernes de 6 am a 6 pm, pues según su filosofía: “cuando dejas de trabajar, empiezas a morir”.

¿Las lecciones que nos deja? Trabajar duro toque el contexto que toque (prisionero de guerra parece más que suficiente), soñar en grande (enfrentar a uno de los empresarios más exitosos del rubro), elegir un excelente equipo (talentosos, creativos, comprometidos) y mantenerse activo.