Imagen: César Mejías

¡Magia! Científicos crearon alimento usando electricidad y CO2

En lo que parece una obra del Doctor Frankenstein, científicos finlandeses utilizaron dióxido de carbono y electricidad para generar un polvo rico en proteína. La técnica, que utiliza energía renovable, podría potencialmente ser usada en cualquier lugar del mundo.

Por Francisco J. Lastra @efejotaele | 2017-08-03 | 12:05
Tags | ciencia, alimentación, comida, proteína, biología

Estimado, lector. Toma ese completo, galleta o Super 8 que tienes frente a ti y contémplalo. En algunas décadas es muy probable que ninguno de estos alimentos siga existiendo tal como los ves ahora mismo. Ahora, dale un besito de despedida adelantada, cómetelo y hónralo saboreando cada mordida.

El tema de la alimentación es todo un quebradero de cabeza para los líderes mundiales y no solo por las casi 800 millones de personas que viven con hambre hoy, sino también por los 2 mil millones de almas más que se sumarán al planeta para 2050. La FAO estima que para entonces la demanda agrícola aumentará en un 50% comparada con 2013, y la solución no es tan sencilla como simplemente tener más vacas y plantar más trigo.

La superficie destinada para estas labores es limitada, y aunque existiera, de todas formas nos enfrentaríamos con un sistema ineficiente que aporta un buen monto de gases de invernadero (entre 14% a 18%, siendo la industria de la carne de vacuno la principal fuente). Claramente no es ideal si tenemos en cuenta que el calentamiento global es otro de los obstáculos que debemos superar como planeta durante este siglo.

Es por esto que iniciativas que buscan sustituir las fuentes clásicas de alimentación por otras más eficientes y menos contaminantes son vitales para nuestro futuro. Previamente les hablamos de una compañía chilena que se propone crear yogurt, leche y queso a base de plantas, y hoy tenemos más buenas noticias: científicos crearon un polvo rico en proteína usando como materia prima, aire y electricidad.

Y para mi siguiente truco: ¡proteína!

Parece la fórmula del monstruo de Frankenstein. Electricidad, agua, dióxido de carbono y microbios, fue la receta que ingresaron a un bioreactor los científicos finlandeses de la Universidad de Tecnología de Lappeenranta y el Centro de Investigación VTT de Finlandia.

El bioreactor, que se alimenta con energías renovables, utiliza la electrólisis para separar el hidrógeno del agua. El dióxido de carbono se captura del aire, y nutrientes son agregados aparte. El resultado no fue, por suerte, un gigante homicida, sino un polvo compuesto en un 50% de proteínas, 25% de carbohidratos y 25% de grasas y ácidos nucleicos.

Su sabor es muy neutro, y la textura se puede fácilmente cambiar manipulando los microbios de la mezcla. Más detalles del proceso no han sido dados, nos imaginamos que por una futura patente. Créditos: VTT Technical Research Centre

Toda la materia prima puede extraerse del aire, dicen los científicos, por lo que no hay necesidad de grandes superficies ni condiciones "ideales" -de hecho, el CO2 puede ser extraído directamente de la contaminación industrial-. "La tecnología puede ser transportada a, por ejemplo, desiertos o áreas que sufran de hambruna", señala Jero Ahola, uno de los científicos.

Para el consumo humano, los científicos se imaginan una presentación parecida al tofu, es decir, un ingrediente versátil y nutritivo, capaz de mimetizarse con los sabores de otros ingredientes. Ahola agrega que incluso podría convertirse en un electrodoméstico, una especie de fábrica de proteína casera.

El polvo también podría utilizarse como alimento para ganado, liberando así los suelos que actualmente sirven para este fin (un tercio del total de tierras de cultivo). "El método no requiere substancias para el control de pestes. Esto nos permite evitar cualquier impacto ambiental, como escurrimientos en los sistemas de agua o la formación de gases de invernadero", agrega.

El sistema es también muy eficiente en su gasto energético. Es 10 veces más eficiente que el proceso de fotosíntesis usado en el cultivo de soya, por ejemplo.

Los desafíos futuros

Pese a los impresionantes beneficios que tiene el sistema, aún queda un gran obstáculo: la escalabilidad. Actualmente el laboratorio tarda 2 semanas en hacer un gramo de proteína con un equipo del porte de una taza de café, por lo que no es una alternativa competitiva aún.

"Estamos actualmente enfocándonos en desarrollar la tecnología: conceptos de reactores, tecnología, mejorando la eficiencia y controlando el proceso. La idea es desarrollar el concepto en un producto masivo, con un precio que baje a medida que la tecnología se haga más común", dice Ahola.

Los científicos estiman que 10 años sería un plazo razonable para desarrollar la tecnología necesaria para llevar el polvo al consumo masivo, como también gestionar las regulaciones correspondientes.

El siguiente paso será establecer un proceso de producción piloto que permita probarlo ya incorporado en los productos destinados para humanos y animales. ¿Veremos alguna vez un Súper 8 hecho de esta materia?

¿De qué crees que nos alimentaremos en 50 años más?