Hace algunos años, durante la visita del gran músico uruguayo Fernando Cabrera, el vergonzoso comportamiento del público chileno puso sobre la mesa un tema bastante poco trabajado: lo irrespetuosos que somos los chilenos con los artistas y su música.
Y es que, efectivamente a veces somos bastante apáticos con quien está sobre el escenario entregándonos su música. Pero como dice el principio de Hanlon, “nunca atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez”. Las actitudes descorteses del público, más que actos deliberados, son generalmente consecuencia de un desconocimiento de los códigos de “buen comportamiento” que todos deberíamos respetar al asistir a un espectáculo.
Por eso, para que no acapares miradas de odio desde arriba y abajo del escenario, hoy te presentamos este “Manual breve de Carreño” para comportarse adecuadamente en conciertos.
Su uso está prohibido en la mayoría de los teatros y salas de conciertos, pero todavía es común verlos por montones en megaconciertos y presentaciones en recintos pequeños como bares y restaurantes. Y es que sacar el celular para responder un mensaje urgente o hacer un par de fotos está bien, pero pasar todo el concierto con la cámara activada, o peor aún, hablando por teléfono, es enormemente molesto tanto para los músicos como para el público que te rodea. Para asegurarse de que todos puedan disfrutar de la música, mantén el teléfono en tu bolsillo.
En teatro, cine y televisión, se le llama cuarta pared a la delimitación que separa a los personajes y al público. En un escenario común, que tiene una pared atrás y dos paredes laterales, la cuarta pared estaría adelante del escenario, frente a la audiencia. Esta separación es crucial para que los actores puedan interpretar personajes e historias de ficción sin romper con la magia del espectáculo.
Como en toda arte escénica, esta cuarta pared también existe en la música. En la práctica, respetarla se traduce a evitar toda clase de invasión y distracción a los artistas. Si asistes a un concierto, evita acercarte en medio del show a pedirles canciones o selfies (true story) a los músicos. Aunque muchas veces se vea fácil, tocar en vivo es difícil y requiere mucha concentración. Invadir el espacio del artista distrae esta concentración y entorpece la realización de un espectáculo de calidad. Por lo demás, armar un repertorio puede tomar meses… respeta ese esfuerzo.
No olvides que la música es un trabajo que demanda años de estudio, infinitas horas de ensayo y millones de pesos de inversión en equipos. Pagar tu entrada cuando asistas a un concierto permite que siga habiendo música en vivo, y te da derecho a reclamar si el artista o el recinto ofrecen un espectáculo deficiente.
Si deseas contratar músicos para un evento, recuerda que es un servicio que estás contratando y, como tal, ni la difusión ni el catering son formas válidas de remuneración. Si deseas profesionalismo, desconfía de todos aquellos dispuestos a tocar gratis. Nadie que tome su trabajo en serio lo va a andar regalando.
Por último: no te escudes en la amistad para que tus amigos te regalen entradas o toquen gratis para ti. Por el contrario, como amigo tómate su trabajo en serio y apóyalos con aun mayor razón.
Si vas a un bar con amigos a conversar y reír, procura evitar ir a lugares con música en vivo. Nada peor para la magia de la música que una carcajada a toda voz o un grupo de borrachos cantando “Cumpleaños feliz”. Recuerda que la gente va a disfrutar la música, no a competir con ella.
Si eres músico (aficionado o profesional), trata a tus colegas como a ti te gustaría que te tratasen. Guarda silencio y respeta su derecho a hacer el espectáculo que prepararon. No te invites solo a tocar con ellos y, por favor, no te pongas a tocar desde abajo del escenario. Quiérete un poco.
En el minuto 4:35 un borracho sube sin invitación a tocar con la banda. Mira cómo le va.
El concierto empieza varias horas antes de la primera canción, y termina varias horas después del último bis. Así como respetaste el espectáculo, respeta los tiempos de carga, descarga, prueba de sonido y demases. Si el músico se acerca a conversar y tomar una cerveza contigo después del concierto, bien por ti. Pero si está ocupado con otras cosas anexas a su labor, procura no ser un estorbo.
En adición a esto, evita los estereotipos. No por ser músico va a tener todos los datos de carretes y de venta de drogas para celebrar después del show. He visto gente desubicarse mal por esa clase de creencias y, en serio, es penoso. Tú no lo hagas.