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En El Definido decidimos indagar en las investigaciones sobre las familias homoparentales que existen hasta ahora. Los estudios a veces son contrapuestos y se critican entre sí, así que buscamos exponer aquí lo más posible, sin terminar haciendo un paper. ¿Qué fue lo que encontramos?
Una de las dudas que muchos plantean cuando se duda del matrimonio igualitario tiene que ver con el miedo a que los hijos de familias homoparentales sean foco de burlas en los colegios. ¿Qué dice la evidencia?
Al menos cuatro investigaciones (Wainright y Patterson, 2008; Rivers, 2008; Kosciw y Díaz, 2008; y Tasker y Golombok, 1997) se refieren a este tema y la conclusión común es que los hijos de familias homoparentales sí son víctimas de bullying, pero no más que los que vienen de familias heteroparentales. Es decir, la composición familiar no tendría nada que ver respecto de si los jóvenes son más propensos a ser víctimas de matonaje en el colegio o no. Eso sí, todos estos estudios se hicieron sobre la base de familias homoparentales con dos mamás lesbianas (y no con dos papás).
Otro análisis que revisa varios estudios, sugiere que la evidencia es variable en este aspecto. Mientras algunos no encuentran ninguna diferencia; otros sí evidencian mayores tasas de bullying en hijos de familias homoparentales (puedes leer el detalle aquí).
Por otra parte, según un informe de la Cámara de Diputados, la Asociación Americana de Psicología (APA) asegura que durante la infancia, los niños son más propensos a recibir burlas respecto a su propia orientación sexual, en vez de las de sus padres. Y hablando de eso…
Otra de las preocupaciones de quienes no están convencidos acerca del matrimonio igualitario, tiene que ver con la noción de que los niños que vengan de dichas familias tendrán más probabilidades de ser homosexuales (lo que, en todo caso, no debería ser considerado como algo negativo).
Un estudio (Bailey, Wolfe y Mikach, 1995) analizó 55 casos de papás homosexuales o bisexuales que en total tenían 82 hijos de por lo menos 17 años de edad. ¿Qué se descubrió? El 90% de dichos hijos se reconocieron como heterosexuales, de lo que se desprende que poco y nada tiene que ver la orientación sexual de sus padres.
Por otro lado, este estudio (Schumm, 2010) concluye que sí afecta significativamente la orientación de los hijos. ¿Pero, adivinan? No está exento de críticas en su metodología.
Otra investigación publicada este año en la revista Sex Roles, asegura que la identidad de género de los niños no depende de su composición familiar. Para esto, se basó en la elección de juguetes de 106 menores cuyos padres eran dos hombres, dos mujeres o parejas heterosexuales. Primero se observaron los juguetes que eligieron durante la época preescolar y después cuando ya estaban en el colegio. El resultado principal fue que el tipo de familia no incidió en la identidad de género de los niños, entendiendo por ello que la mayoría se ajustó a los estereotipos tradicionales de lo que entendemos como juguete de niño y de niña.
De todo modos, se sugiere que hay algo de evidencia en que el comportamiento de juego entre niños y niñas puede ser menos estereotipado en familias homoparentales.
Sí, también se teme que los hijos de familias homoparentales puedan sufrir más problemas psicológicos. Acá entramos en un espacio donde hay resultados contrapuestos.
Hay un conocido estudio (Gartrell y Bos, 2010) que analizó entre 1986 y 1992 a 154 familias con dos mamás lesbianas que tenían hijos entre 10 y 17 años. Entre otras cosas, concluye que los menores no sufrieron ningún tipo de desorden psicológico a causa de la composición de su familia. Por el contrario, mostraron ser psicológicamente saludables, tener un buen rendimiento académico y una forma positiva de sociabilización.
Otro estudio (Fitzgibbons, 2015) desestima esta investigación, que se basa en informes de las mismas madres, además de desestimar otros estudios que han llegado a las mismas conclusiones. ¿Y qué dice? Recopila estudios que señalan, entre algunas cosas, que afectaría la construcción de confianza, generaría más ansiedad o que los niños de familias homoparentales son un 35% menos propensos a hacer progresos normales a través de la escuela. Sumándose a esta vereda, un estudio de la Universidad Católica de América hecho a más de 200 mil niños, que incluía a 512 con padres del mismo sexo, señala que los problemas emocionales fueron más de dos veces más frecuentes en niños con padres del mismo sexo que en niños con padres de sexo opuesto.
Sin embargo, otra investigación recopilatoria (Mannig, Neal Fretto y Lamidi, 2014) de más de 40 estudios que se han hecho al respecto, concluye que "el consenso respecto a la literatura de las ciencias sociales es claro: los niños que viven con padres del mismo sexo tienen el mismo nivel de bienestar que aquellos que lo hacen con padres de distinto sexo”. Se agrega el análisis de la Universidad de Columbia (2015) hecho a más de 70 estudios, donde solo encontraron cuatro investigaciones que concluían que los hijos de padres homosexuales enfrentaban desventajas (e incluso los consideran inexactos).
Es un hecho que en las familias homoparentales los hijos están privados ya sea de una madre o de un padre. Pero, ¿incide eso de alguna forma en su desarrollo? Esta investigación (Golombok, Tasker y Murray, 1997) sugiere que no. Para esto se revisó el caso de 72 familias lideradas por una madre heterosexual (42) u homosexual (30) cuyos hijos fueron criados desde el primer día sin un papá.
La conclusión fue que los menores provenientes de estas familias no sufren ningún tipo de desventaja tanto en términos de la calidad de la relación que tienen con sus padres, como respecto a su bienestar emocional. Todo esto, versus aquellos niños que vienen de familias con papá y mamá. Y ojo, que vivir o solo con un papá o con una mamá no es algo intrínsecamente propio de las familias homoparentales. Sin ir más lejos, en Chile casi el 34% de los hogares está conformado solo por una madre o un padre.
En tanto, en el análisis de Fitzgibbons (2015) antes citado se recalca la importancia de la presencia de ambas figuras, aludiendo a estudios que sugieren que sí afecta esta ausencia en los niños. Además, critica fuertemente a la APA y señala que su conclusión de que las familias homoparentales no afectan a los niños se basan en estudios en donde el 50% de las veces se compararon familias homoparentales con las de madres solteras héterosexuales.
Otro de los mitos que rondan a las familias homoparentales tiene que ver con el infundado temor de que sean más propensos a ser víctimas de abusos sexuales. Especialmente si ambos papás son hombres. Ahora, no hay forma de llegar y decir el porcentaje de niños abusados dentro de una familia homoparental y una heteroparental, pero hay maneras de acercarnos al dato.
Una de ellas tiene que ver con una investigación de 1994 liderada por Jenny, Roesler y Poyer. En esta recopilaron información de un hospital de niños en donde dieron con 352 pacientes que llegaron por la sospecha de haber sido víctimas de un abuso sexual. La edad promedio era de seis años y esto fue con lo que se encontraron:
Del total (352), 35 niños en verdad nunca habían sido abusados sexualmente, 74 fueron víctimas de abuso sexual por parte de otros menores de edad, en 9 casos el abusador no pudo ser identificado y en 2 oportunidades el victimario era homosexual. ¿El resto? 222 casos en los que quien había abusado sexualmente del menor correspondía a alguien heterosexual cercano a la familia.
No es como para decir que los niños que crecen en familias heteroparentales están en riesgo, pero sí para dar con un dato interesante: de la muestra, entre el 0% y el 3,1% de los menores fue efectivamente abusado sexualmente por un mayor homosexual (después de hacer los balances estadísticos).
Recogiendo la información y observando especialmente aquellos estudios que hicieron un análisis bibliográfico amplio de la evidencia existente hasta hoy, como el de la Universidad de Columbia y las Universidades de Colorado Denver y Oregon, la conclusión general es que los hijos de familias homoparentales no son diferentes de los hijos de familias heteroparentales.
Ahora bien, prácticamente en toda la historia al menos de Occidente, no ha existido la figura del matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Pero es un cambio que se ha dado en el último tiempo de manera bien intensa, algo que queda claro en esta imagen en donde se aprecia cómo en prácticamente toda América se ha legalizado el matrimonio igualitario (países en verde).
Sabemos que el tema del matrimonio igualitario y la adopción homoparental puede generar importantes divisiones, donde también se involucran cuestionamientos valóricos y conceptos de familia diversos. Con este artículo, buscamos mostrar la evidencia científica disponible hasta la fecha de la manera más amplia posible, para que el debate nazca a partir de posiciones informadas y se dé siempre desde el respeto.