Todo desastre natural o conflicto bélico trae consigo decenas, cientos e incluso miles de víctimas inocentes, refugiados, pueblos enteros destruidos; y así también muchos monumentos, templos, o construcciones históricas y de incalculable valor, terminan dañándose. Ciudades que desaparecen que pierden parte de su identidad y que sólo quedan en el recuerdo de quienes pudieron visitarlo y vivirlo.
"¿Si volvería a Siria?, ¿para qué?, ¿a dónde? No tengo nada allá ahora. Mi país está destruido (…) Siria era un país maravilloso. Hoy no queda nada de eso. Hoy es sólo un infierno. Y aunque se acabe la guerra, creo que jamás volveré. Mis hijas jamás conocerán lo que yo viví allá. No podré mostrarles nada, ni donde jugaba de niño, ni donde trabajaba, ni donde salíamos a caminar con mis padres, porque nada de eso queda, entonces qué sentido tiene volver", nos contó hace un tiempo Thommy Ibrahem, un sirio que se vino a Chile con su familia y que vivió en carne propia la destrucción y consecuencias nefastas de la guerra.
¿Cómo preservar parte de esa cultura destruida? ¿Cómo hacerle frente a las tragedias desde la perspectiva arquitectónica y patrimonial?
Al ver las destrucciones intencionadas de los yihadistas en Siria, Matthew Vincent y Chance Cougheour, dos expertos norteamericanos en fotogrametría, (financiados por la Unión Europea), decidieron hacerles frente con un original proyecto: crearon la plataforma REKREI.org, donde reconstruyen el patrimonio aniquilado de la guerra, recopilando fotografías de cientos de usuarios. Lo hacen en 3D, para que el público pueda admirar nuevamente aquellos lugares destruidos, con sólo un click.
Hoy ese proyecto, promovido por la Unesco, no se quedó solo en Siria. Hoy el proyecto busca extenderse a otros lugares devastados por guerras y desastres naturales en todo el planeta, con el fin de preservar la memoria de nuestro patrimonio mundial y proteger así la historia que amenaza con perderse.
Ladrillos digitales que combaten el olvido
"Queríamos recrear el patrimonio que está destruyendo el ISIS y preservar las narrativas que guardaban cada uno de esos monumentos perdidos", explica Vincent y agrega que "pensamos que podíamos recuperar el museo de Mosul pidiendo a los internautas que nos enviaras sus fotografías”.
¿Cómo funciona el sistema? Los usuarios suben a la web las imágenes de los monumentos destruidos, previos al desastre: fotografías que tomaron en sus viajes o visitas profesionales. Luego, un equipo de voluntarios se encarga de unirlas y reconstruir el monumento, pieza por pieza, desde la mayor cantidad de ángulos posibles.
"Nuestro objetivo es crear museos digitales donde internautas de todo el mundo puedan interactuar con el patrimonio perdido. Es como un videojuego. Puedes entrar y transitar salas construidas en ordenador que albergan objetos modelados a partir de fotografías reales. Es demasiado tarde para recuperar lo destruido, pero tenemos la opción de contemplarlo a través de una pantalla y comprender su significado y las historias que atesoraba. Es nuestra manera de revivirlas", señala Vincent.
Su compañero, Cougheour, agrega que entre más fotos se tengan, más profundidad se le puede dar al escenario 3D. Los puntos obtenidos de las imágenes entregan las coordenadas exactas que tenía el objeto y así se va creando una superficie con la apariencia y la textura que presentaba la escultura o templo que quieren rescatar.
Los lugares y objetos valiosos rescatados
Ya son más de 50 los monumentos y objetos de arte y cultura que se han rescatado digitalmente gracias a la plataforma.
La mayoría está relacionada a las valiosas piezas del Museo de Mosul, uno de los más grandes e importantes de Irak, saqueado durante la Guerra de Irak (2003) y luego destruido en manos del ISIS (2015).
Gracias al trabajo de los arqueólogos digitales, las seis piezas más importantes fueron reconstruidas digitalmente, entre las que destacan el León Alado de Nimrud, la Estatua del Sacerdote de Mosul, la Puerta de Nergal y la Máscara de la ciudad de Hatra.
También, gracias a fotografías de soldados, historiadores y público en general, se ha podido reconstruir el Templo Bel de Palmira en Siria (una de las principales atracciones turísticas de la región), destruido por ISIS el 2015; o la Plaza de Durbar en Katmandú, destruida para el terremoto que afectó a Nepal el 2015.
Y si bien la reconstrucción digital no sustituye a los objetos originales, al menos ofrece muchas más oportunidades de rescatar y preservar la memoria de los lugares, para que, por ejemplo, Thomy Ibrahem pueda mostrarles a sus hijas, recuerdos y lugares del Siria donde vivió.
Les dejamos una charla TED subtitulada donde Chance Cougheour explica el gran trabajo que REKREI está haciendo para salvar la memoria de los patrimonios del mundo, gracias a las fotografías que cualquier usuario o viajero con cámara digital puede aportar y salvar recuerdos históricos para el conocimiento de las futuras generaciones.