Somos seres complicados y misteriosos. Después de todo, nuestros cuerpos son verdaderas máquinas de hacer cosas. Millones y millones de células están constantemente realizando acciones de las que no tenemos idea y es por eso que a continuación les develaremos algunas de las extrañas características de nuestros cuerpos que quizás no sabían.

¿Casi todos nacemos con ojos azules?

“No, si cuando era chico era rubiecito y tenía los ojos azules”. Es una de las frases que más escuchamos cuando alguien habla de su infancia y lo divertido es que probablemente tiene razón. Al menos en la parte de los ojos.

La mayoría de los humanos nacemos con los ojos azules o con un tono más o menos azulado. ¿Se debe a que arrastramos genes caucásicos de los vikingos más antiguos? Nop. En realidad es porque recién a los dos años se realiza el “ajuste de color” de nuestros ojos y eso se debe a la melanina.

Esta corresponde a un pigmento oscuro que le da color a nuestros cuerpos. Mientras más melanina, más oscuro el color y viceversa. Entonces, cuando nacemos aún no tenemos la totalidad de la melanina que estamos destinados a tener. Por el contrario, eso se va desarrollando y aumentando con el pasar del tiempo .

Así que cuando nacemos aún no tenemos tanta melanina y es por eso que nuestros ojos se ven más azules. Pero claro, la mayoría de nosotros ya comprobó que eso cambia. Snif.

Nuestro primer “órgano” es…

Los más románticos piensan que el corazón es la primera parte del cuerpo que se nos forma cuando somos unos embriones. Quienes son más fríos y calculadores piensan que es el cerebro y los más golosos probablemente creen que se trata del estómago. ¿La respuesta correcta? Bueno, esto es incómodo, pero… el ano.

Así es. Lo primero que somos es simplemente un ano. Eso se debe a que los humanos, la igual que un montón de otros seres vivos, somos deuteróstomos. ¿Qué significa eso, profesor? Básicamente, que nuestro desarrollo embrionario tiene dos etapas iniciales: primero la formación del ano y después la de la boca.

Somos más peludos de lo que creemos

En términos de qué tan peludos somos, ¿con qué animal se compararían? Probablemente nunca con un chimpancé, a no ser que sean realmente peludos. Pero la cruda verdad es que en general tenemos casi la misma cantidad de pelos que estos macacos.

Ahora, eso no significa que seamos igual de peludos, pero sí que andamos relativamente parejos en términos de cifras. Porque claro, no nos vemos como ellos y eso se debe principalmente a las siguientes razones: nuestro vello corporal es prácticamente inútil y por eso mismo es tan delgado y corto (y en algunos casos, prácticamente invisible).

Aún no se sabe bien por qué perdimos tanto volumen de pelos, pero algunas teorías barajan la opción que se debió a que sin tanto pelo sudamos más (lo que es bueno). También se plantea que pudo haber sido para sacarnos de encima tantos parásitos o por haber abandonado la vida en árboles y “habernos” adentrado en espacios abiertos.

Somos una máquina de hacer saliva

¿Cuánta saliva crees que produces al día? ¿Un vaso? ¿Una taza? ¿Un bowl? Bueno, la respuesta más precisa es por lo menos 0,7 litros al día (otras fuentes dicen que entre 1 y 2 litros). Eso significa que en un año podemos llenar una tina de pura saliva. Puaj. Aunque eso es el promedio, ya que si tienes menos de 44 años y eres hombre, lo más probable es que fabriques más que eso, baboso.

Pero eso no es todo lo que debería sorprendernos de esta jugosa amiga. Por ejemplo, sin ella no podríamos sentir los sabores. Eso se debe a que las moléculas de la comida necesitan ser disueltas por la saliva para que podamos sentir el sabor. Si no nos crees, “sécate” la lengua y después prueba algo.

Dato freak: la saliva actúa como una alarma para avisar que se viene un vómito. Por eso es que se nos hace agua la boca (literalmente) cuando estamos en esas circunstancias. ¿Una sugierencia? No tragarse dicha saliva, porque es probable que así termines vomitando.

El hígado es como una especie de alien

Se podría decir que el hígado es uno de los órganos más raros que tenemos. Sí, cada uno tiene lo suyo y qué se yo, pero ¿cuántos órganos podrían decir que son capaces de regenerarse por sí solos si les cortan un pedazo? ¿Y que más encima se pueden ajustar al tamaño del cuerpo en el que están? Solo el hígado.

Y eso no es todo. También es algo así como un super computador. Después de todo, es capaz de realizar alrededor de 200 funciones de gran importancia para nuestro organismo y de manera simultánea. Por ejemplo, es capaz de enviarle glucosa al cerebro mientras combate una infección y al mismo tiempo almacena nutrientes.

Por cierto, es el segundo órgano humano más grande después de la piel y siempre contiene alrededor del 10% de la sangre que circula en nuestro sistema. Así qué, ¡cuídalo! Especialmente después de haber celebrado tanto la independencia de nuestro país.

¿Qué otros datos agregarías a la lista?