Estamos en pleno período de campaña presidencial, lo que significa un par de cosas: nos van a prometer el cielo y la tierra, habrá discusiones acaloradas en la sobremesa de los domingos y nos quedaremos con más de alguna anécdota entretenida de los debates…

Y dentro de todos los asuntos que se discuten, uno de los importantes es qué hacer con las empresas en materia tributaria. ¿Les subimos los impuestos? ¿Se los bajamos? ¿Por qué sí? ¿Por qué no? Aquí lo veremos de la manera más sencilla posible.

En qué está Chile hoy

Cuando se habla de impuestos a las empresas hay un mar de opciones, colores y sabores, pero en general el debate se centra en el impuesto de Primera Categoría: el gravamen que se les cobra por sus utilidades. ¿En cuánto está ese impuesto? Actualmente corre el cobro del 25% por sus utilidades, pero eso llegará a 27% para el 2019. Todo esto tras la reforma tributaria que impulsó el Gobierno.

Ahora, si las utilidades son retiradas y no se reinvierten en la empresa, estas pueden llegar a pagar hasta el 40% de sus ganancias, pero eso es harina de otro costal.

Así, Chile se ha posicionado como uno de los países con la carga tributaria más alta para las empresas dentro de la OCDE. Después de todo, durante los últimos cinco años el gravamen aumentó 5,5%, mientras que en los países top, durante ese mismo período, la cifra cayó 0,6% en promedio. Eso significa que de aquí a que entre en vigencia el nuevo impuesto del 27% a las empresas, el país se ubicará sobre el promedio del 25% de la OCDE por dos puntos porcentuales.

¿Por qué subir los impuestos a las empresas?

Quienes están a favor de subirles los impuestos a las empresas lo hacen principalmente por una razón: redistribuir los ingresos. Esa lógica recae en que, a medida que quienes tienen más dinero pagan más, los que tienen menos recursos se verán más beneficiados.

Esto, ya que el dinero recaudado para el fisco iría en beneficio de quienes más lo necesitan a través de políticas públicas. Esta es la corriente que siguen economistas de renombre como Thomas Piketty y en un sentido más local, organizaciones como Fundación Sol. Pero, ¿qué tan así es lo que plantean?

Graficarlo en detalle es complejo, pero para hacerse una idea, se espera que con la reforma tributaria Chile sea el segundo país de la OCDE que más ingresos recaude a partir de impuestos a las empresas según su porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), casi alcanzando el 6% de este. ¿Chino para ti?

En otras palabras, eso significa que de todo el PIB chileno, casi el 6% vendrá únicamente de los impuestos que paguen las empresas. Es decir, 3,2% más que la mediana de la OCDE. Eso significa mucho, mucho dinero que al final se encuentra a disposición del Estado para satisfacer la infinidad de necesidades que tenemos como sociedad y que se espera que sea bien utilizado (a no ser que se empiecen a subvencionar las pizzas con piña).

¿Por qué NO subir los impuestos a las empresas?

Existe otra vereda en esta discusión en donde el argumento es, precisamente, no subirles los impuestos a las empresas. Por el contrario, la idea es bajárselos. Y una organización que sostiene esta premisa es nada más ni nada menos que la OCDE, aunque a nivel nacional se le suma, por ejemplo, la fundación Libertad y Desarrollo.

¿La razón? Según la OCDE, reducir los impuestos a las empresas puede traer consigo un aumento del PIB, ya que esto significaría eliminar barreras que frenan la inversión. Es decir, este camino busca alivianarle la carga a las empresas para que tengan más motivos para invertir, producir y generar ingresos.

En tanto, desde fundación Libertad y Desarrollo sostienen que subirles los impuestos a las empresas tiene una serie de externalidades negativas, como por ejemplo: el aumento de la elusión y evasión y el traspaso del costo a los demás contribuyentes.

Países como Australia, Noruega, Hungría y Reino Unido, están en esta vereda de disminuir los impuestos a las empresas.

¿Qué dicen nuestros candidatos?

Recientemente, el tema volvió a ser noticia cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un gran recorte de impuestos a las empresas: de 35% a 20%, generando un inmediato debate al respecto. ¿Y cómo estamos por casa? La mayoría de las posturas de nuestros candidatos presidenciales están definidas y esto es más o menos lo que piensan cuando se trata de bajar o subir los impuestos que aplican a las empresas. En los link podrán encontrar más detalles de cada uno:

- Beatriz Sánchez: ha hablado de subirlos para aquellas empresas que exploten recursos naturales, pero no como norma general.

- Alejandro Guillier: mantenerlos pero desde una perspectiva regional, haciendo que los impuestos se queden en las regiones donde funcionan las empresas.

- Sebastián Piñera: bajarlos

- Carolina Goic: no tiene una propuesta clara, pero está en contra de bajarlos

- José Antonio Kast: bajarlos

- Marco Enríquez Ominami: subirlos para empresas que excedan los 10.000 UF anuales en utilidades, pero reducirlo a 0% para aquellas que tengan utilidades menores a ese monto.

Tanto con Alejandro Navarro como Eduardo Artés no encontramos propuesta (si alguno de ustedes la conoce, bienvenido a aportar con ella).

¿Tú qué opinas? ¿Subirlos o bajarlos?