Cuando escucharnos de grandes acuerdos internacionales sobre el cambio climático, nos alegramos, ¿pero en qué se traducen?, ¿quién está haciendo algo real para aminorar las consecuencias de este fenómeno?
¡Cientos de ciudades en el mundo entero! Gobiernos regionales, municipios y comunidades, se organizan todos los días para reducir la contaminación, moderar los efectos de las inundaciones, encontrar alternativas más verdes de energía o crear iniciativas de reciclaje.
En El Definido buceamos en el informe “Cities100” –creado por Sustania, C40 y Realdania- el que por tercer año consecutivo recolectó las soluciones urbanas más exitosas para hacerle frente al cambio climático. A pesar de que ninguna ciudad chilena sale nombrada (snif), quisimos saber qué están haciendo de bueno en el vecindario.
Aquí, las cinco iniciativas latinoamericanas más pulentas.
Quien conoce Sao Paulo, sabe del enorme monstruo urbano que es. Una ciudad fascinante, sin duda, pero que adolece de varios problemas a causa de la urbanización desatada. Muchas veces, enormes edificios son construidos en zonas que no tienen una infraestructura pública que pueda resistir ese nivel de población y los resultados son bastante desastrosos (alto tráfico, contaminación etc.). La buena noticia, es que los paulistas ya están haciendo algo para contrarrestarlo.
La solución consiste en incentivar la densidad urbana, o sea la construcción de edificios, únicamente en zonas en donde haya acceso al transporte público, haciendo que las empresas constructoras se hagan responsables de su huella de carbono. La meta es que todos los habitantes tengan una parada de bus a menos de 300 metros y una estación de metro o tren, a menos de 600.
El mecanismo, iniciado en 2002, lleva el nombre de Cargos por Derechos de Construcción Adicionales, y lo que hace es limitar las áreas edificables, promoviendo resultados socialmente deseables. La empresa que quiera construir un nuevo edificio, se verá seducida por buenas oportunidades en barrios más vulnerables, creando así oportunidades económicas e inversión en los sectores más pobres de la ciudad. Las constructoras deben pagar una compensación económica por el derecho a construir, en base al lugar en donde están construyendo, al costo total del proyecto y al carbono que están emitiendo.
Gracias a esta entrada extra de luquitas -150 millones de dólares por año, equivalentes a más de 95 mil millones de pesos- la ciudad ha podido echar a andar varios proyectos que apuntan a crear un transporte sustentable, reduciendo la necesidad de movilización y estimulando la revitalización de áreas menos valoradas que están cercanas al transporte público. Algunas de las medidas ya tomadas son: nuevos buses para el transporte público (los que funcionarán plenamente con combustibles renovables el próximo año), metro, servicio de trenes, creación de parques (para reducir el efecto de “isla de calor” que sufre la ciudad) y mejoras en la gestión de aguas lluvias.
Gracias a esta iniciativa, que comenzó hace varios años, entre 2010 y 2012 se redujeron en un 9,5% las emisiones de CO2 de los autobuses del transporte público.
“Las líneas negras en este mapa, representan el sistema de transporte público de Sao Paulo. Los grupos de colores a su alrededor, representan el área en donde el nuevo desarrollo de alta densidad, está siendo incentivado financieramente”. Cities 100. |
Quito, como está en plena línea del Ecuador, ¡tiene todas las estaciones del año en un día! Llueve por la mañana, hace frío, sale el sol en la tarde y “caen los patos asados”. Y con el cambio climático, la cosa se ha puesto más dura, pues han aumentado las temperaturas y disminuido las lluvias. ¿Qué están haciendo los ecuatorianos para salir airosos de esta situación?
¡Están midiendo su exacta huella de carbono! Para así crear planes muy informados que ayuden a la ciudad a gestionar el uso de energía, apuntando a la reducción de sus emisiones de CO2, y también un mejor uso del agua. La fórmula es transformar los números negativos, en políticas públicas eficientes a través de dos áreas:
- Carbono: incluye a todas las acciones que pretenden disminuir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero en la ciudad para 2032. Uno de los principales proyectos es la producción de biogás en un vertedero, es decir, gas que se obtiene mediante la descomposición de las casi 2 mil toneladas de basura que diariamente producen los quiteños. Esto reducirá las emisiones de CO2 en casi 5,5 millones de toneladas al año. Además, se están creando plantas de energía solar, lo que también evitará que se envíen a la atmósfera otras 1,4 millones de toneladas de CO2 anualmente.
- Agua: la meta de Quito, es reducir en un 68% la huella hídrica de la ciudad, lo que se traduce en evitar el uso de 1.500 millones de metros cúbicos de agua para 2032. De esta manera, se está incentivando el uso de electrodomésticos eficientes, inodoros ecológicos y sistemas de reutilización del agua.
Otros de sus objetivos generales, son equipar 223 mil luminarias públicas con luces LED para 2020 y promover el uso de vehículos hídricos y eléctricos.
En 2011, el transporte representó el 56% de la huella de carbono de Quito. A través del proyecto de evaluación de huellas, la ciudad está creando programas que fomentan el tránsito activo, como BiciQuito, el sistema de bicicletas compartidas de la ciudad. Cities100. |
Seguramente en Santiago u otras ciudades chilenas lo has visto: cientos de personas que andan en la calle recolectando cartones o vidrios para vender en plantas de reciclaje. Es el famoso “cartonero” en su bici, cargado cual “equeco” de desechos ajenos. A todos ellos se les llama recicladores base y su importancia es tal que, al menos en Chile, son responsables de un 60% de todo lo que se recicla.
Los clevers amigos bogotanos, ahora les están pagando con fondos públicos por su pega, ¡y la hacen mejor que antes!
Zero Waste comenzó en 2012 en Bogotá con un objetivo que no solamente era ambiental, sino también de justicia social. Los recicladores estaban excluidos de las estructuras económicas y sociales de Bogotá, por lo que la iniciativa los incluyó en el plan global de desarrollo y gestión ambiental, Bogotá Humana. Esto logró rápidamente reducir la cantidad de basura enviada a los vertederos.
El programa reconoce la labor de estos recicladores informales, otorgándoles un salario y compensándolos con condiciones favorables de trabajo. Además, a cada recolector se le entrega un kit de protección, lo que les permite realizar su trabajo de manera segura.
Se los valora así como trabajadores públicos dignos, lo que ha traído varias consecuencias prácticas: una mejor labor de recolección (una tonelada de desechos diaria), disminución del precio del servicio de reciclaje en un 15%, aumento de la energía producida en plantas de biogás (39 MW de energía) y reducción de 700 mil toneladas de CO2 al año.
Los miles de recicladores informales de Bogotá, ahora están incluidos en la recolección oficial de desechos de la ciudad, proporcionándoles una compensación económica inédita y un estatus social, a la vez que aumentan significativamente el reciclaje. Cities100. |
Quienes están atentos a las noticias internacionales, saben que muchos porteños viven con el agua hasta el cuello; las inundaciones en la Capital Federal son pan de cada día. Y es de suponer que el cambio climático ha empeorado las cosas en la zona, ¿qué están haciendo los trasandinos para remediarlo?
Están creando una eficiente red de embalses que ayude a remediar, en parte, el mal drenaje de las aguas en la ciudad, producto de una urbanización rápida y desatada. La idea del plan, es reducir los riesgos de las inundaciones y mejorar la situación económica y social de las poblaciones más vulnerables que se ven afectadas.
Para ello, los argentinos echaron a andar en 2011 un Plan Maestro Hidráulico, para construir un proyecto de desarrollo integral y sustentable en la cuenca del río Salado, con ello se pretende atenuar las consecuencias de la inundaciones para 2020. Concretamente, consiste en la construcción de tres embalses que pueden contener hasta 300 millones de litros de agua en conjunto, en la época de mayores precipitaciones. El proyecto beneficiará a unas 700 mil personas, de las cuales el 10% viven en áreas críticas.
Uno de los lugares que más se verán favorecidos, son los alrededores del lago Soldati, una zona propensa a inundaciones en donde viven unos 46 mil residentes de bajos ingresos. Gracias al plan, el lago se convertirá en un embalse, evitando que el agua se disperse, conduciéndola a un río cercano. Estas obras correrán en paralelo a una campaña de divulgación para asegurar que los habitantes mantengan el lago limpio, y a un desarrollo integral de la zona en cuanto a transporte, salud y educación.
Todo esto además colaborará a que existan menos interrupciones en el transporte, las comunicaciones y el acceso a recursos, además de mejorar las condiciones de higiene en que viven muchas personas en viviendas informales de esta zona.
La infraestructura verde de prevención de inundaciones y los embalses naturales -como estos en el Parque Sarmiento de Buenos Aires- ayudan a la ciudad a reducir las inundaciones y el daño social y económico asociado. Cities100. |
Muchas ciudades latinoamericanas tienen lindos parques para recorrer, sin embargo –y lamentablemente- varios de los más antiguos y tradicionales, han sido abandonados y hoy lucen bastante descuidados.
Por eso, México se la está jugando por la revitalización de uno de sus más lindos y tradicionales parques, Chapultepec, el cual fue desatendido durante muchos años, sufriendo las cicatrices del olvido. Su baja conectividad con el resto de la ciudad, favoreció el abandono y finalmente sólo era un recuerdo de épocas mejores.
Afortunadamente, el Plan Maestro de Chapultepec - Segunda Sección, está optimizando la movilidad de los mexicanos hacia y desde el parque, creando en la zona infraestructura de recolección de agua, habilitando comercio y servicios en el lugar, y estableciendo más áreas verdes y de recreación. Las claves son movilidad, accesibilidad y respeto por el medio ambiente.
Chapultepec recibe anualmente a 19 millones de visitantes, los cuales recorren los 6,8 millones de metros cuadrados del área. Para que su acceso sea más fácil, la ciudad está ampliando el transporte público a través de un circuito de autobuses y bicicletas de 3,5 kilómetros, construyendo además 16.500 metros cuadrados de veredas. Se habilitarán fuentes y lagos limpios, se instalarán 500 luminarias de energía solar, se han plantado 400 árboles y se han recuperado 15 mil metros cuadrados de áreas verdes.
Una de las cosas más interesantes, es que el plan pretende romper las fronteras entre el parque y la ciudad, permitiendo que los ciudadanos residentes en todos los barrios accedan al área sin problemas, a la vez que la naturaleza penetra también la urbe.
Lagos más limpios y accesibilidad peatonal mejorada están ayudando a revitalizar el Parque Chapultepec.Cities100. |
Todas estas soluciones, dan cuenta de una reacción positiva por parte de nuestras ciudades al cambio climático, adaptándose y aprovechando el momento de urgencia para dar una vuelta de tuerca al problema. Si hasta ahora hemos hecho las cosas a medias, vale la pena aprender de los errores y enmendarlos con urbanismo inteligente.
¿Qué soluciones de este tipo destacarías en tu ciudad?