*Esta nota fue originalmente publicada en 2017.
“Mi”, “mí”, “mío”. Son palabras que usamos todos los días para describir algo que nos pertenece o que está relacionado directamente con nosotros. Y está bien, después de todo, es parte de nuestro lenguaje. Pero lo curioso es que no es algo que se de en absolutamente todos los alfabetos del mundo.
Quizás uno de los casos más ejemplares es el de Corea del Sur. Pese a que tienen palabras similares a las nuestras que ya mencionamos (en el caso de ellos, “nae” vendría siendo “mi”), prácticamente ni las usan. ¿La razón?
Sienten que es un poco egocéntrico.
¿Y qué palabra usan entonces para esos casos? “Uri”, que vendría siendo algo así como “nuestro”. Lo curioso es que la aplican hasta en los casos a que a nosotros (los occidentales) nos parecerían más extraños. Pero ojo, que si bien Corea del Norte comparte la misma lengua, este análisis aborda un aspecto más cultural que desconocemos del vecino nortino.
Si alguien te está hablando de su esposo y dice “nuestro esposo” haciendo referencia al suyo, te parecería muy raro, ¿no? Pues bien, eso es lo que ocurre en Corea del Sur. No, no es que sean polígamos, pues lo mismo aplica para las casas, las empresas, los colegios, las familias, los autos, etc. Es probable que siempre te hablen de “nuestras cosas”, incluso cuando son solo de ellos.
La lógica detrás es que para ellos, el hecho de tener algo o un derecho de propiedad, no significa que los demás no puedan tener una experiencia similar de pertenencia. Así que si hablas de “mis cosas”, quizás piensen que eres un poco egocéntrico.
“Si dices ‘mi señora’, va a sonar como si fueras la única persona que tiene una esposa en Corea”, explica Beom Lee, profesora de Coreano en la Universidad de Columbia en una entrevista para la BBC. “Los coreanos usan el ‘nuestro país’ en vez de ‘mi país’ para referirse al tema. ‘Mi país’ suena raro, como si a esa persona le perteneciera la nación”, agrega.
Y esto se debe a las profundas raíces del colectivismo en su cultura, algo que incluso ha sido objeto de estudio y en donde una de las principales conclusiones es que no existe una diferenciación clara entre el “yo” y el “nosotros” en el alfabeto surcoreano.
Ya sabemos que Confucio “fue uno de los chinos, japoneses (not) de los más antiguos”, pero, ¿qué más hizo? En pocas palabras, fue un filósofo chino que vivió entre 551-479 a.C., creó una corriente filosófica, fue considerado una de las personas más importantes de la historia China y sus pensamientos tuvieron una influencia en todo el mundo, pero principalmente en China, Japón, Vietnam y Corea (mucho antes que se dividiera).
Su doctrina se basa principalmente en el amor al pueblo, el respeto a la jerarquía y el cuidado de las virtudes personales. De estas últimas, las que son consideradas las más importantes son la bondad, la ciencia y la valentía. Y a fin de cuentas, gran parte de la filosofía del confucianismo recae en tener presente que la sociedad es un colectivo, es decir, lo opuesto al individualismo.
Esto caló hondo en Corea. Tras haber dejado atrás su era de dinastías y su jerarquía basada en castas sociales, los coreanos adoptaron la ética de Confucio. Principalmente cuando se trata de acercarse a distintos contextos sociales teniendo en cuenta al grupo que los rodea.
Ya sea para pedir tragos con un grupo de amigos o subirse al bus del transporte público con extraños, esta doctrina filosófica llama a los individuos a estar siempre conscientes de las personas que los rodean. Algo que se ve reflejado en el amplio uso del “nuestro”, en vez del “mi”.
Ojo, que tampoco es una coincidencia filosófica. El alfabeto coreano fue creado especialmente para ser inclusivo (si ni siquiera hace diferenciaciones de género).
Hasta el 1400 en Corea no había un alfabeto propio. Lo que se hacía era usar los caracteres chinos para elaborar discursos o lo que sea que hayan necesitado escribir. Pero si hay algo más complicado en la vida que llamar a un teléfono fijo, es aprender a usar las letras chinas.
Al final era una especie de escritura muy poco democrática, especialmente si se empleaba en Corea. Después de todo, eran contados con los dedos los que podían entender ese alfabeto (y generalmente correspondía a personas de las altas esferas de poder).
Así, tras ver que un importante grupo de la población no se podía comunicar a través de estos caracteres, el rey de ese entonces en Corea, Sejong, mandó a hacer un alfabeto 100% made in Corea en 1446. Se le llamó Hangeul.
Se trata de una de las pocas formas de escritura en el mundo que fueron creadas deliberadamente y que no surgieron de manera orgánica. Pero su principal gracia radica en su simpleza: fue pensado para ser entendido por todo el mundo, desde los más adinerados hasta los más pobres.
Son 24 letras, aunque originalmente eran 28. De ellas, 14 son consonantes y 10 son vocales.
Fuente: Servicio de Cultura e Información de Corea Ministerio de Cultura, Deporte y Turismo |
Y como tenía una importante influencia confuciana, que básicamente aspiraba a llevar el conocimiento a todos lados, tuvo un fuerte rechazo en las clases sociales más altas. Se podría decir que lo consideraban un poco flaite, porque se evitaba enseñarlo en los colegios de estudiantes más adinerados. Hecho que recién cambió en 1945.
Pero eso ya es cosa del pasado si hasta le tienen dedicado un día nacional lleno de celebración, sin dejar de mencionar que actualmente el Hangul ha permitido a Corea del Sur alcanzar una tasa de casi 100% de alfabetización. Y ahora los surcoreanos nos dan cátedra de lo que es tener un lenguaje inclusivo… ¿aunque quizás demasiado?