Antes de presentar en sociedad al diameno, estamos obligados a darle créditos al grafeno para entender cómo dimos con este nuevo material.
Del grafeno se viene teorizando desde por allá en la década de los ‘40, pero no fue hasta el 2004 en que efectivamente fue creado. Ahí ya todo fue fiesta, pues es uno de los materiales más delgados jamás descubiertos, es 200 veces más resistente que el acero (pero flexible) y pesa 0,77 mg. por metro cuadrado.
Sirve para transformar luz solar en electricidad de manera mucha más eficiente, es impermeable, es transparente y es resistente al fuego. Todo esto además de un largo etcétera. Por lo mismo, no debería sorprendernos que el mundo esté enfocado en crear productos sobre la base de este material.
Como ya les contamos hace unos años, uno de los primeros objetos de grafeno que fueron pensados para venderse fueron unas ampolletas super eficientes. Está super bien, pero ¿no podían hacer algo más divertido con eso?
Sí y no. No, porque es un producto muy complejo de fabricar (básicamente es carbono separado en láminas de un átomo de espesor). Y sí porque, bueno, acaban de crear algo fantástico con esto (aunque sigue siendo un proceso muy engorroso).
Un grupo de científicos creó un nuevo material llamado diameno. ¿Qué tiene que ver esto con el grafeno? Que se trata del mismo producto, solo que distribuido de una manera distinta.
Como dijimos, el grafeno consiste en una lámina de átomos de carbón, mientras que el diameno se compone a partir de dos de estas.
Pese a que suena a que podría ser lo mismo, en verdad son muy distintos. Investigadores de la Universidad de Nueva York publicaron en la revista Nature de Nanotecnología un estudio en donde presentaron en sociedad a este nuevo material y sus conclusiones son increíbles.
“Es la capa más delgada y más dura jamás creada”, dice Elisa Riedo, física y líder del proyecto de investigación.
Una de las principales gracias del diameno es que es suave y plegable. Eso sí, esto cambia cuando se le mete presión. Por ejemplo, al entrar en contacto con una bala que ha sido disparada, este material se vuelve mucho más rígido (tanto así que es como si se tranformara en una cubierta de diamante, uno de los materiales más duros de la Tierra).
Dentro de sus usos estaría nada más ni nada menos que el mejor chaleco antibalas de la humanidad, pero también hay otros, como cubiertas protectoras resistentes al agua y prácticamente cualquier recubrimiento protector que se te pueda ocurrir, además de aplicaciones para la conducción eléctrica.
Lo curioso es que sigue siendo carbono, pero manipulado de una manera estratégica. De hecho, los investigadores relatan que el diameno solo “aparece” cuando se emplazan dos láminas de este material una encima de la otra. Si es más o menos que eso, entonces no funciona.
¿Cómo cambia tanto si es lo mismo? Bueno, en realidad no es lo mismo: se cambia toda su composición molecular. ¿Y cómo lo descubrieron? Primero se usaron simulaciones computacionales para enfrentar las propiedades del diameno. Después, lo llevaron al plano microscópico, en donde se les aplicó presión a estas dos láminas de grafeno y se comprobó lo esperado.