De repente escuchamos canciones que son sospechosamente parecidas a otra que conocemos. De hecho, puede que a alguno le haya pasado hace poco tras la publicación del último album de Lana del Rey, Lust for life (2017). Ahí, una canción llamada Get free llamó la atención del mundo por tener mucho más que un “aire” de un clásico de Radiohead, Creep.
¿Qué tanto se parecen? Juzguen ustedes.
Tras las evidentes similitudes, el tema comenzó a agarrar vuelo. Tanto así, que la misma intérprete de Lana del Rey publicó en su cuenta de Twitter un mensaje en el que asegura que está en conversaciones con los abogados de Radiohead.
It’s true about the lawsuit. Although I know my song wasn’t inspired by Creep, Radiohead feel it was and want 100% of the publishing - I offered up to 40 over the last few months but they will only accept 100. Their lawyers have been relentless, so we will deal with it in court.
— Lana Del Rey (@LanaDelRey) 7 de enero de 2018
Entre otras cosas, menciona que “aunque yo sé que mi canción no está inspirada en Creep, Radiohead siente que sí y quiere el 100% de las ganancias de esta. Les ofrecí un 40% de lo de los últimos meses, pero solo aceptarán un 100%”. Uhhh, suena a una batalla legal.
¿O quizás no? La banda nacida en los ’80 sacó la voz y aseguró que no han interpuesto ninguna demanda en contra de la artista, aunque reconocen que se encuentran en conversaciones para ver cómo solucionar el problema. ¿Lo más paradójico? Es prácticamente lo mismo que les pasó anteriormente, solo que ahora se encuentran en la otra vereda.
La banda de rock británico The Holliesdemandó en su momento a Radiohead, precisamente por Creep. Esto, debido a las semejanzas que tiene con su tema escrito en 1974, The air that I breath.
Sí, se parecen mucho. Es por eso que ambas bandas acordaron que los derechos de Creep fueran compartidos tanto por Radiohead como por The Hollies. Así que pareciera que este hit se encamina a ser un caso de estudio cuando de derechos de autor en el mundo de la música se trata.
En la era de la información, el plagio es un concepto que está latente todo el tiempo. Los más millenials se podrán acordar de cómo era mal visto en el colegio llevar tareas cuya investigación venía exclusivamente de internet. Sobre todo cuando el asunto estaba copiado y pegado literalmente.
Pues bien, lo mismo pasa con la música. Después de todo, las piezas musicales están protegidas bajo el amparo de la ley de propiedad intelectual. ¿El único problema? No existe una definición clara de cuándo una canción plagió a otra o no. De hecho, es algo que pasa en casi todo el mundo.
¿Qué es lo que se hace entonces? Usar el criterio y guiarse bajo una especie de regla de compases: cuando hay más de siete compases musicales seguidos que se repiten, las sirenas de plagio se empiezan a encender, aunque incluso esa lógica no siempre se aplica.
Jorge Mahu, abogado y director del Centro de Estudios Jurídicos de la Sociedad de los Derechos de Autor, explicó en una entrevista de 2003 que "determinar un plagio en general es difícil, porque se necesitan varios elementos. En primer lugar, una obra que sea conocida. No existe plagio de una obra inédita. En segundo lugar, el plagiador debe utilizar los elementos esenciales de esta obra para hacer una nueva, y luego hacerla pasar como propia. Para probarlo, los tribunales se asisten por un informe de peritos en donde se comparan los dos textos, se ven los grados de similitudes, etcétera. En definitiva, es un proceso complicado".
En todo caso, estos derechos de propiedad intelectual se mantienen durante toda la vida del compositor y hasta 70 años después de su muerte. Así que si le quieren copiar la canción a alguien ahora, van a tener que esperar su buen rato.
¿Se está acabando la originalidad en la música pop? Hay un par de teorías que sugieren eso y que en parte explicarían por qué existen tantas denuncias de plagio, sobre todo en este estilo musical. Si no, revisen este listado de todas las denuncias de este tipo solo en Estados Unidos.
Ahí podemos encontrar famosos artistas acusados de plagio, como Katy Perry, Drake, Lady Gaga, Justin Bieber, Beyoncé, Jay-Z, Elton Jhon, Madonna, Kanye West, Pharrell Williams, Mariah Carrey, etc. Aunque en Chile también tenemos unos ejemplos recientes, como cuando acusaron a la cantante argentina Jimena Barón de plagiar el hit de Mon Laferte, Tu falta de querer. También está el caso del chileno Jaime Ciero que demandó a Disney argumentando que Let it go es un plagio de su canción Volar.
¿A qué se debe? Explicaciones hay por montones, pero una de las más curiosas se llama criptomnesia, también conocida como la “enfermedad del plagio”. En pocas palabras, consiste en la existencia de recuerdos que están ocultos en nuestra memoria. Es decir, están ahí, pero no los tenemos presentes.
Es por eso que muchas veces creemos que estamos haciendo algo increíble e inédito, pero en verdad solo repetimos algo que ya conocemos (y que olvidamos). Lo mismo que ha ocurrido con varias canciones.
Aunque por otro lado existe un problema casi matemático que explicaría la gran cantidad de denuncias de plagio en la industria reciente. Después de siete décadas del pop como lo conocemos, hay quienes dicen que es difícil no toparse con una que otra melodía que ya exista.
Por ejemplo, al momento de escribir una canción de pop, hay un montón de sonidos que los compositores evitan porque no suelen pegar con el género. Si a eso se le suma la infinidad de sonidos y canciones que el género nos ha entregado durante las últimas siete décadas, la idea de que no se están creando nuevos sonidos en el pop, no suena tan descabellada.
Sobre todo si consideramos que las melodías más poperas suelen compartir una especie de estructura casi predeterminada. Generalmente, las notas se mueven como un arco porque tienden a subir y luego bajar, además que suelen estar separadas por pequeños espacios entre los tonos de las notas sucesivas, además de un largo etcétera.
Es por eso que hay quienes dicen que los compositores de pop son los que más se tienen que esforzar para crear algo completamente “nuevo”. Pero claro, también están los que copian descarada y deliberadamente.