“En la vida de las personas pobres, una gran preocupación es cómo tratar la enfermedad. El nuevo programa, presentado en el presupuesto, liberará a los pobres de esta gran preocupación”.
Con este tuit el primer ministro de la India, Narendra Modi dio anuncio, como parte del presupuesto nacional de este 2018, a su plan estrella para la protección de la salud de los ciudadanos más desfavorecidos.
Ofrecerá una cobertura de salud de unos 7.800 dólares (4,7 millones CLP aprox.) por familia al año, llegando a alrededor 500 millones de personas en unos 100 millones de hogares de bajos recursos, en lo que las autoridades ya han bautizado como el plan de salud más grande del mundo.
De concretarse el plan, este significaría un aumento en la cobertura de salud en más de 16 veces la actual. Hoy por hoy, el sistema público de salud indio solo cubre los gastos médicos de las familias pobres por hasta 468 dólares por año (282 mil CLP), por lo que este plan implicaría un enorme paso en la dirección de la cobertura universal de salud en el gigante asiático.
Aunque en la actualidad, en la India todas las personas tienen el derecho a ser admitidos en los servicios públicos de salud, los pagos directos de los propios usuarios están entre los más altos del mundo. Esto debido al, hasta ahora, bajo gasto público en salud del país: un 1,2% del PIB, uno de los más bajos del planeta (Chile gasta un 7,8%).
Esto ha generado que el sistema de salud pública indio se encuentre bajo un crónico estado de falta de infraestructura y recursos humanos en sus centros, lo que ha redundado en el florecimiento de diferentes sistemas de salud pagados, llevando a que, en promedio, las familias cubran el 63% del costo de las atenciones médicas.
Lo que tendría nada de malo, si es que esto no significara, como sucede en la actualidad en india, el empobrecimiento de la población, en la medida que se ven forzados a incurrir en deudas o vender sus objetos de valor y otros activos para poder pagar los tratamientos. Algo especialmente grave viniendo de un país con una de las tasas más altas de defunciones por enfermedades tratables como el sarampión o la diarrea.
Así, la esperanza de vida promedio de los indios es de aproximadamente 68 años, cifra significativamente más baja que en otros países en desarrollo como China o Brasil. Esto, en gran medida, debido a la baja cobertura en la salud pública.
Y es que con aproximadamente 1.300 millones de habitantes, India solamente tiene 1 millón de doctores registrados por el Estado (1 cada 1.300 habitantes) y menos de 15 mil hospitales públicos, lo que explicaría el bajo gasto per cápita en la salud del país, unos 267 dólares en 2014 (160 mil pesos chilenos). China con una población ligeramente superior, gasta más del doble, 731US$ (440 mil pesos chilenos).
Dato: El año pasado, más de 60 bebés murieron luego de estar solo cinco días en un hospital público en el estado de Uttar Pradesh, al norte del país. En su mayor parte, los fallecimientos ocurrieron porque los funcionarios responsables no pagaron a la compañía encargada de proveer al hospital con el oxígeno necesario para la sala de cuidados intensivos, intensificando la crisis sanitaria india y los clamores por una mejora en la salud pública del país.
Antes del anuncio del ejecutivo, solamente un 10% de los indios estaba cubierto por un seguro de salud, ya sea público o privado. Con el nuevo plan se espera que la cifra llegue al 45%. Por otro lado, los nuevos fondos para la salud se utilizarán en la construcción de cerca de 150 mil centros médicos que ofrecerán medicinas y diagnósticos gratuitos, llevando la atención médica más cerca de los hogares pobres indios.
De ser aprobado el plan por el parlamento de la India y financiado según lo comprometido, también se permitiría que las personas visiten los múltiples hospitales privados existentes en el país para cubrir sus necesidades médicas.
El ministro de Economía indio, Arun Jaitley (en la foto), ha anunciado junto con los nuevos fondos en salud, la asignación de 220.000 millones de dólares para crear empleo en las zonas rurales más pobres del país. |
Ok, ya sabemos lo que están pensado, ¿cómo pretende el Estado indio pagar por todo esto?
Para financiarlo el gobierno impondría un impuesto específico (aún por determinar) que recaudaría aproximadamente $1,7 mil millones de dólares al año para los diferentes programas de atención médica. Al mismo tiempo que se implementará un nuevo impuesto a las ganancias de capital, que significará una suma cuantiosa de financiamiento (también por definir) cuando en la actualidad, el mercado accionario indio se encuentra en máximos históricos.
Al igual que todo proyecto de reforma de la salud ambicioso, este plan va mucho más allá de lo meramente sanitario, teniendo dimensiones importantes dentro de la esfera política y económica.
Por un lado, con esta expansión en la cobertura médica, el ejecutivo del partido de centroderecha Bharatiya Party, que lidera Modi, intenta ganarse el apoyo de las personas más desfavorecidas de la sociedad india, a los cuales no le ha llegado los frutos del progreso económico que ha disfrutado el país en las últimas décadas y que el ejecutivo actual ha buscado cómo integrar.
Especialmente cuando se avecinan las elecciones generales a celebrarse en mayo de 2019, en donde el partido oficialista corre con ventaja para mantener su mayoría parlamentaria. Por lo que el plan de salud del actual ejecutivo indio es entendido como una política de redistribución de la riqueza en favor de los pobres y los desamparados.
El actual primer ministro Narendra Modi, ha buscado impulsar diferentes políticas sociales en favor de los más desposeídos del país. Un ejemplo de esto es la misión Swachh Bharat (Limpiar India), la cual pretende construir unos 120 millones de inodoros para los habitantes que carezcan de uno. |
Desde el punto de vista de la economía, el ejecutivo liderado por Modi debe hacer frente a las carencias señaladas en el reciente Estudio Económico anual, en el que se indica que hace falta invertir unos 4.480 millones de dólares en infraestructura para el 2040 si es que el país quiere mantener el progreso económico esperado, en donde la inversión en centros médicos y hospitales resulta fundamental.
Por lo que, además de los beneficios de salud directos y completamente necesarios, el programa sanitario del ejecutivo indio crearía cientos de miles de empleos por las inversiones que significaría construir aquella infraestructura necesaria para la salud pública del país y desplegar los servicios que se requieran para mejorar la salud de esas 500 millones de personas. ¿Podrán lograrlo?