Por años Corea del Norte ha insistido en que su poderío nuclear y sus misiles balísticos no serían nunca objeto de negociación ni con otros países ni con el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero ayer, por primera vez, se asomó una esperanza: Chung Eui-Yung, emisario surcoreano y consejero de Seguridad del presidente de Corea del Sur; informó que en una reunión en Pyongyang con el líder norcoreano Kim Jong Un, éste dijo estar dispuesto a renunciar a sus armas nucleares a cambio de garantías de seguridad nacional.
¿Cuáles serían estas garantías? Además de exigir el resguardo de seguridad para su líder, Corea del Norte estaría dispuesto a negociar la desnuclearización luego de llegar a acuerdos con Estados Unidos para normalizar las relaciones que han estado en constante amenazas desde la Guerra de Corea en 1953.
"No hay motivos para tener armas nucleares si se despejan las amenazas militares contra Corea del Norte y se garantiza la seguridad del régimen", afirmó el emisario surcoreano.
Según Jim Walsh, veterano experto en asuntos de seguridad; una gran clave de la discusión sería la demanda de los norcoreanos de que Estados Unidos abandone su política hostil, es decir, que Estados Unidos retire sus tropas de la península.
Este anuncio norcoreano, si bien no es nada concreto, ha tenido ya tres consecuencias inmediatas:
1. Corea del Sur y Corea del Norte celebrarán esta posibilidad en una cumbre histórica que se realizará en abril en la Zona Desmilitarizada pero del lado surcoreano (recordemos que están en conflicto hace más de 50 años y que esta sería la primera vez desde 1953 que un dirigente de Norcorea pisa suelo surcoreano)
2. Durante la duración del diálogo, el régimen norcoreano prometió suspender sus ensayos nucleares y de misiles.
3. El mercado respondió de forma favorable al anuncio: con un alza del 1,53% cerró ayer la Bolsa de Corea del Sur.
Donald Trump señaló que hay que tomar esto con extrema cautela, que si bien puede ser un "posible progreso y un esfuerzo serio por todas las partes involucradas", también "puede ser una falsa esperanza".
El vicepresidente Mike Pence, agregó que Washington mantendrá una "presión máxima" sobre Corea del Norte hasta que dé pasos "creíbles, verificables y concretos sobre la desnuclearización".
Hay especuladores que señalan que esta postura de Norcorea se debería justamente por la crisis económica que Estados Unidos le causó al régimen con las enormes sanciones que impuso el mes pasado, unas de las más grandes que ha recibido el régimen de Kim por sus ensayos misilísticos y sus pruebas nucleares.
Otros expertos señalan que debido a lo mismo, este anuncio podría ser una manera de ganar tiempo para desarrollar misiles capaces de llegar a la totalidad del territorio de Estados Unidos.
Nada está dicho aún, pero hoy, una comitiva surcoreana viajará a Washington para informar sobre los avances de las conversaciones con sus pares del norte.
El veterano experto en asuntos de seguridad Jim Walsh, quien participó en el pasado en negociaciones con funcionarios norcoreanos, dijo sentir miedo con estas eventuales conversaciones entre Corea del norte y Estados Unidos: "Si la diplomacia funciona, fantástico. Pero si las negociaciones colapsan, todas las partes de irán enfadadas y tomarán una postura más agresiva que la que tenían antes".
Erick Rojas, analista de política exterior del Instituto CATO, cree que todo está en manos de la Casa Blanca y señala que “la respuesta dependerá de si la administración de Trump acepta o no la oferta de Corea del Norte”.
En todo caso, de conseguir un buen acuerdo, el proceso de desnuclearización tomaría su tiempo. Walsh cree que, al menos, otros 10 años más.