La papa es el tercer alimento más consumido del mundo, después del arroz y del trigo. Alrededor de 1.4 mil millones de personas consumen papa como alimento básico y la producción total del cultivo sobrepasa los 300 millones de toneladas métricas, según el Centro Internacional de la Papa, CIP.
Su cultivo en América y su posterior masificación en Europa después de la conquista fue tan importante, que hay quienes dicen que este bendito tubérculo acabó con el hambre en Europa… además de permitirle a los franceses inventar las papas fritas y a los españoles las papas bravas. Gracias Colón.
Y el hambre se acabó (por lo menos en el Viejo Continente), por una sencilla razón: la papa, según la misma organización, es altamente nutritiva, crece fácilmente en parcelas, es barata y de fácil preparación. Es plantar, regar y cosechar, sin demasiados tecnicismos. Pero la tecnología se desarrolla y siempre hay formas más simples y provechosas de hacer las cosas.
Hoy, gracias a una nueva tecnología, este tubérculo no solo crece en la tierra. La NASA descubrió una nueva forma de cultivo que está siendo aplicado en Chile por la empresa Nutraterra en la región de Los Ríos. ¡Papas voladoras! No precisamente aladas, sino que crecen en el aire. ¡Veamos cómo!
Foto: Nutraterra |
El proyecto consiste en el cultivo de papas en forma aeropónica, es decir, en lugar de cultivarlas en la tierra, esta iniciativa permite hacer crecer semillas (o minitubérculos en este caso) en el aire. Es probable que en este momento te estés acordando de los cultivos hidropónicos; sí, esa lechuga limpiecita y con esponja incluida que compras en el súper. Pues bien, esta vez la plantita no crece en el agua, sino en el aire. ¿Cómo?
Las raíces están suspendidas en el aire en invernaderos especiales, no sumergidas en una corriente de agua o en la tierra, como el método tradicional.
Los minitubérculos o semillas de papa se producen en un espacio cerrado, donde se nebuliza agua con nutrientes. Es decir, con un pulverizador se divide el agua en gotas muy pequeñas, lo que forma una nube que permite que la planta se nutra. Así, las raíces crecen en el aire, expuestas al oxígeno y a esta maravillosa “neblina” que las “alimenta” y les posibilita su sano crecimiento.
Foto: Nutraterra |
Originalmente, este sistema fue desarrollado por la NASA con el objetivo de poder cultivar en el espacio, para que en futuras colonias espaciales las personas tengan la posibilidad de desarrollar agricultura de manera innovadora y eficiente. En 2015, la tripulación de la Estación Espacial Internacional (EEI) pudo degustar la primera lechuga sembrada de manera aereopónica y cultivada en la órbita terrestre.
Como el sistema fue exitoso más allá de las fronteras de nuestro planeta, los científicos decidieron “bajarlo” a la Tierra y comenzar a implementarlo en algunos centros de desarrollo de cultivos.
Una de las granjas aereopónicas más conocidas está en Chicago, la granja Green Sense. Manejar este sistema les ha permitido reutilizar la mayor parte de su agua y es diez veces más eficiente que una granja tradicional, ya que rinde 26 cosechas de lechuga, en lugar de las dos o tres de los cultivos normales.
¡Y en Chile también se está impulsando esta tecnología! Específicamente en la Región de los Ríos, pues allí se encuentra Nutraterra, el centro que -en conjunto con Aeroponics- decide traer el proyecto a Chile en 2013. Todo por la necesidad que había de abastecer el mercado de los productores de papas semillas con un minitubérculo de papa sano y sustentable.
Según María Ximena Henzi, directora de Nutraterra e ingeniera agrónoma, este método se hace cada día más necesario en el país, pues la papa está en una encrucijada: “uno de los grandes problemas de la semilla en Chile, es que hay una baja cantidad certificada, que garantiza que no tenga ninguna enfermedad. Han aparecido focos de enfermedades que no estaban antes y que están apareciendo porque se ha traído semilla contaminada de otras regiones u otros países”.
Los laboratorios en que trabaja Ximena, están ubicados en Valdivia a orillas del santuario de la naturaleza, y buscan producir y comercializar minitubérculos de papas, semillas de alta productividad y calidad, sin la necesidad de que crezcan en el suelo. En 2014, la empresa generó su primera producción piloto que contó con 30 mil minitubérculos que fueron adquiridos tanto por productores de semillas como productores de papas para consumo, como explican en FIA, quienes apoyaron la iniciativa.
Foto: Nutraterra |
Según Ximena, este sistema permite que la semilla crezca más rápido, ya que expresa toda su capacidad genética y así alcanza un mayor rendimiento. Las plantas que crecen en este sistema de cultivo, producen entre 45 a 60 minitubérculos cada una en promedio, a diferencia del sistema tradicional, donde se producen solo cuatro semillas de papa generalmente. En otras palabras, el nuevo método produce 15 veces más papas que el método tradicional.
Este sistema también permite ahorrar un 70% de agua, lo que es un beneficio importantísimo y significa que se pueden cultivar papas en zonas donde el recurso es cada vez más escaso. Nutraterra ya está desarrollando algunos proyectos en otras localidades: “estamos trabajando en la zona norte para poder establecer un sistema aeropónico para la producción de hortalizas y facilitar el abastecimiento de algunos productos en Arica e Iquique, donde la población ha ido aumentando y el recurso hídrico es cada vez más crítico”, dice la directora.
No solo se ahorra agua, sino que también el uso de fertilizantes, porque todo vuelve a circular en el sistema, explica Henzi. Esto permite que el agua y los nutrientes sean aprovechados al máximo. Es un sistema cerrado y estéril (libre de microorganismos), por lo que las aplicaciones de pesticidas son mínimas. Además, se han incorporado tecnologías que permiten el ahorro de energía para el control de temperaturas en los invernaderos, a través de sistemas aereotérmicos que utilizan bombas de calor para aportar refrigeración o calefacción.
Actualmente, Nutraterra está realizando un trabajo con distintas variedades de papa, como Desiree, Pukará y Yagana, entre otras. Todo con el fin de producir una papa o una papa-semilla sustentable que sea sana y con una producción eficiente a un costo razonable. ¡Grande por este proyecto y quienes lo impulsaron!
Flor de la planta. Foto: Nutraterra |