* Esta nota fue realizada en conjunto por dos de nuestras periodistas: María José Valdés y Constanza Martínez.
Consumidores boicoteando a Soprole, ataques en las redes sociales, debates sobre si la leche en verdad es leche y sobre los distintos modelos de negocio de la industria láctea, son algunas de las tantas aristas de un conflicto que se ha tomado las redes sociales y las páginas de los diarios en los últimos días. ¿Qué de todo lo que se ha viralizado es verdad y qué no? ¿Cuál es realmente el conflicto de fondo?
En El Definido investigamos las distintas aristas del caso y hablamos con expertos para explicarte el conflicto que enfrenta a las empresas procesadoras de leche constituidas como sociedades anónimas —Soprole, Nestlé y Watts- versus la Cooperativa Agrícola y Lechera de La Unión, Colun.
Estas son las seis claves para entenderlo:
Si bien la polémica ha sido tema obligado en las últimas semanas, los roces en la industria de la leche no son nuevos. Las primeras acusaciones son de 1996, cuando la Fiscalía Regional Económica de la Araucanía consideró que había un oligopsonio en el mercado de la leche, es decir, los compradores del producto (empresas procesadoras e intermediarias) tenían más poder que los productores y se llevaban la mayoría de los beneficios. ¿Por qué?
Pues porque al existir menos empresas procesadoras que productores, estos debían vender incluso a precios más bajos con tal de no perder la mercadería.
El caso después llegó al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) que, en 2004, emitió una sentencia en la que negó el oligopsonio en la región. Incluso, para evitar la creación de uno, estableció nuevas obligaciones de carácter nacional para las empresas, siendo la principal que debían publicar los precios que les pagaban a los productores nacionales por la leche.
Desde entonces, la única empresa que no ha difundido sus precios de compra es Colun, porque como se trata de una cooperativa integrada por más de 730 socios, quienes a su vez son productores, se consideró que entre ellos no realizaban una transacción, sino que un traspaso.
Tras esto, las denuncias no pararon entre los distintos actores, tal como indica la Fiscalía Nacional Económica (FNE), la que tiene registro de numerosas acusaciones en contra de Soprole, Nestlé y Watt’s, entre 2011 y 2017. Algunas han sido realizadas por diputados, entre ellos Iván Flores.
El diputado por la región de Los Ríos, plantea que arbitrariamente las empresas lácteas bajaron los precios de compra a los productores, ya que no existe una razón de mercado que justifique este hecho. En su opinión, el motivo que lo respalda es otro: beneficiar la importación de productos lácteos de las mismas empresas procesadoras desde el extranjero.
Sin embargo, en enero de este año, la FNE afirmó que si bien hay una menor competencia en la compra de leche cruda, esto no significa que exista un abuso de poder por parte de las empresas denunciadas sobre los productores.
Pero en julio de este año, Watt’s volvió a pedir que Colun publique sus listas de precios de compra y que la reforma tributaria considere eliminar la exención de impuestos a las cooperativas.
Entonces, ¿por qué ahora se viralizó tanto el problema en Facebook y Twitter?
Uno de los actores que provocó esta viralización, fue el Movimiento Social Patriota, un grupo chileno ultranacionalista que ha llamado mediante sus redes sociales, a hacer un #BoicotASoprole (con ese mismo hashtag). Solo en los últimos siete días, ese hashtag ha aparecido 970 veces en Twitter, entre tweets y retweets (según datos obtenidos mediante Tweetbinder).
#BoicotASoprole Por ser antinacional, por promover el descontrol migratorio, por vender leche reconstituida, por dañar a los productores chilenos. Prefiere los productos Nacionales como #Colun y #Surlat . #SocialPatriotas #DefiendeChile #ChilePrimero pic.twitter.com/dyoWwG5e9Q
— Mov. Social Patriota (@movs_patriota) 11 de agosto de 2018
Incluso, el boicot fue más allá del ciberespacio, ya que muchos integrantes del movimiento han ido a supermercados a poner carteles para desincentivar la compra de los productos de estas empresas.
Continúa el #BoicotaSoprole . Ahora se suma @MSP_PuertoMontt ! Conciencia para salvar a los nuestros ! pic.twitter.com/zdTlgzamUj
— Mov. Social Patriota (@movs_patriota) 14 de agosto de 2018
Nacionalismo ahora !! Basta de abusos, basta de pasar por encima de nuestra gente, tradiciones e Historia! Es hora de salvar a nuestro amado Chile ! Que les duela el bolsillo a los traidores ! pic.twitter.com/ESz7DbXmwI
— Mov. Social Patriota (@movs_patriota) 12 de agosto de 2018
Parte de sus argumentos y campaña se habrían desatado luego de la publicación de este comercial de Soprole, que muestra a niños inmigrantes bailando cueca.
El movimiento asegura que la publicidad de Colun estaría siendo vetada en los canales de televisión, para beneficiar a las otras empresas. Pero Anatel, según Bío Bío, desconoce que existan restricciones de parte de uno u otro canal o a algún avisador específico.
De todas formas, a esta campaña se han sumado miles de personas y otras cuentas, como Chile Políticamente Incorrecto y adherentes del movimiento social Acción Identitaria, quienes han puesto en circulación una imagen donde se compara información sobre las lecherías en Chile.
Comparación de marcas para que el pueblo consuma de forma informada.
NOSOTROS TENEMOS EL PODER DE CASTIGAR A LOS COLUDIDOS DONDE MAS LES DUELE, EN EL BOLSILLO.#BoicotASoprole #Colun #TODOMIAMORESTAAQUI #rt #Chile #leche pic.twitter.com/j5iqKg5QAr— Chile Políticamente Incorrecto (@ChilePOLINC) 15 de agosto de 2018
¿Qué de todo esto es verdad y qué no? Vayamos viendo.
Uno de los puntos que se argumenta es la naturaleza de cada una de las leches vendidas por las empresas, pero para eso tenemos que entender primero qué las diferencia. Hablamos con Constanza Méndez, nutricionista de la Universidad Católica, para comprender las diferencias tanto en su elaboración como en su valor nutricional.
- Leche natural: según el Reglamento Sanitario de los Alimentos, es “aquella que solamente ha sido sometida a enfriamiento y estandarización de su contenido de materia grasa antes del proceso de pasteurización, tratamiento a ultra alta temperatura (UHT) o esterilización”.
- Leche reconstituida: es “el producto obtenido por adición de agua potable a la leche concentrada o a la leche en polvo”, en proporciones y con contenidos de materia grasa especificadas en el reglamento. Esta también debe ser pasteurizada, sometida a tratamiento UHT o esterilizada.
- Leche en polvo: “es el producto obtenido por la eliminación parcial del agua que contiene la leche”, que puede contener hasta 3,5% de humedad.
Según nos dijo la nutricionista, hay estudios que avalan que, siempre que se cumplan los reglamentos en todos los procesos químicos, los tres tipos de leche no debieran presentar diferencias en su composición nutricional.
“Variaciones en la composición pueden producirse en casos en que la leche en polvo —por ejemplo- no se reconstituya correctamente, no se ocupen las medidas sugeridas en cada envase, se usen cucharaditas en vez de cucharadas, o que no estén rasas”, nos dijo.
Según informa el Diario Financiero, las empresas Watt’s, Soprole y Nestlé, afirman que la elaboración de sus productos cumple a cabalidad con lo indicado en este reglamento.
En Chile, el origen de las cooperativas está en Valparaíso, hace 131 años y, desde entonces, han sido un pilar esencial de la economía social, replicándose en diferentes industrias nacionales, tales como la agricultura y la pesca. Pero ¿cómo se conforman?
“El movimiento cooperativista se basa en una unión horizontal de propietarios de cuotas, que constituyen una cooperativa para el desarrollo de un beneficio económico, pero que de todas maneras tiene un componente social mucho mayor que el de las empresas”, explica Cristián Riquelme, socio del estudio jurídico Albagli Zaliasnik, a El Definido.
Este beneficio que menciona Cristián, tiene que ver con que cada uno de los miembros de las cooperativas representa un voto, independiente de la cantidad de cuotas (o acciones en el caso de las sociedades anónimas) que tenga. Por lo mismo, cuando se distribuyen los beneficios, “existe un reparto más democrático, equitativo y con una distribución de los beneficios menos selectiva”, agrega.
En el mercado lácteo nacional, precisamente lo que se está promoviendo es una “cultura asociativa”, tal como explica Eduardo Schwerter, presidente de la Federación Nacional de Productores de Leche, FEDELECHE —que representa más del 50% del total de la producción nacional de leche, quienes le venden a todas las empresas procesadoras que venden en Chile, pero no tienen una representación directa en ellas- a El Definido.
En su opinión, este mecanismo sería capaz de “generar las sinergias necesarias para que más productores participen de manera integrada en la actividad. En otras palabras, que no solo se queden en la etapa de producción de la materia prima, sino que además en el procesamiento y comercialización de la leche. Vemos en ello el camino para generar sustentabilidad y proyección futura a la actividad”, explica.
Pero esta no es la única razón por la que ahora se está impulsando este modelo. Según explica Eduardo, los “cooperados de la Colun participan de manera integrada en el negocio, es decir, reciben un precio por litro de leche que producen en sus campos y luego al cierre del año, perciben parte de las utilidades que dejó la empresa. El resto de los productores que no participan de manera integrada, reciben un precio por litro de leche, el que, en muchos casos, a veces no logra siquiera cubrir los costos”.
Pero en su orígenes, ¿por qué se adoptó este mecanismo de asociatividad?
“La leche ha sido un producto fundamental dentro de la política de salud de nuestro país para combatir la desnutrición que nos afectó en el pasado. El Estado incentivó la creación de cooperativas para autoabastecernos de leche. Con el paso del tiempo, y de lo cual ciertamente se han sacado las lecciones correspondientes, muchos emprendimientos de esta índole fueron quedando en el camino, otros fueron adquiridos por grupos empresariales y algunos bajo una administración eficiente se lograron proyectar como Colun, cooperativa líder de mercado”, explica Eduardo.
No obstante, una crítica que Colun ha recibido por una parte de su competencia, constituida en sociedades anónimas, especialmente por Watt’s S.A., es que no publica el precio que se le paga a sus productores de leche, tal como lo manifestó con la consulta mencionada al TDLC. ¿Por qué no lo hace?
“Fuimos el único gremio de productores requeridos sobre esta situación por este tribunal, y ante lo cual consideramos legalmente improcedente la consulta, por cuanto, a través de ésta, no se puede modificar una sentencia ejecutoriada y si se quisiese cambiar ‘lo juzgado’, debiera hacerse a través de otro procedimiento. A su vez, hemos sido claros que el mercado de compra de leche fresca se ha concentrado en forma muy importante en los últimos años, saliendo muchas empresas del mismo, por lo que solo se justifica aumentar la fiscalización y exigencias a estas mismas empresas para fortalecer la competencia por nuestra leche”, explica Eduardo.
Ahora bien, ¿corresponde la publicación de los precios pagados? Según nos explicó Cristián (abogado), “la ley no está en condiciones de exigirles a las sociedades que publiquen información específica sobre sus prácticas internas”. En la práctica, esto significa que no es una obligación, pero las empresas procesadoras de leche lo hacen desde la sentencia realizada en 2004, la misma de la que se eximieron las cooperativas.
¿Y si no se publican los precios, se puede considerar una competencia desleal?
“Podría llegar a serlo en la medida en que se logre establecer que genera una desigualdad respecto de aquellos que publican versus lo que no publican. Debe haber un fundamento porque no se puede exigir que una empresa publique la información. No porque yo la publico, el otro debe hacerlo”, detalla Cristián.
También hablamos con Schwerter para entender cómo está funcionando hoy la industria láctea en Chile.
El consumo per cápita de leche ha crecido en los últimos años, según afirma el estudio del Departamento de Estudios, Extensión y Publicaciones de la Biblioteca del Congreso Nacional. Chile tiene más de 6.000 productores comerciales, concentrados en las regiones de Los Ríos y Los Lagos. Debido al cambio climático, a sequías que han elevado los costos de producción y a la volatilidad de los precios (que internacionalmente van a la baja), el escenario de la industria actual es muy distinto al del período anterior. Desde 2015, Chile pasó a ser un importador de productos lácteos. Y el porcentaje de participación de las leches importadas en el mercado es “un volumen no menor”, nos dijo Schwerter.
En este contexto, Fedeleche propuso al gobierno perfeccionar la Ley de Etiquetado para que se incorpore el país de origen de la leche, y así los consumidores estén informados de esta realidad.
“En la actualidad, uno de cada tres litros que se consume en el mercado local se importó, lo cual no nos parece para nada razonable, ni menos una situación de equilibrio, como es el parecer de otros actores vinculados a la industria. Nuestro país cuenta con un gran potencial y tremendas ventajas competitivas para producir leche de primera calidad; sin embargo, las políticas adoptadas por algunas empresas líderes de mercado nos han llevado a transformarnos de ser un país exportador a importador neto de leche”.
Otro de los puntos que se han mencionado en las redes sociales, es que varias lecherías se han cerrado en la Araucanía y Los Ríos. ¿Es realmente así?
“No solo en La Araucanía y Los Ríos”, afirmó el presidente de Fedeleche. “Lamentablemente el cierre de lecherías se ha registrado a lo largo de ‘todo el país lechero’, desde la región de Valparaíso, pasando por la zona centro-sur, hasta Los Lagos en la zona sur, lo que se traduce en una reducción de aproximadamente 17.500 a unos 5.000 productores entre 1997 y 2017, y una pérdida significativa de masa ganadera, material genético y fuentes laborales en el mundo rural. En producción estamos estancados durante más de una década y las perspectivas y proyecciones no son tan halagüeñas como quisiéramos”. ¿A qué se debe esto?
“Existen varios factores a considerar. Algunos de ellos son fallas estructurales de competencia, alta concentración de los poderes compradores y un incremento exacerbado de las importaciones, que limitan mejores perspectivas de precios a los productores, sustituyendo producción interna y golpeando gravemente el normal desarrollo de la producción nacional. Todo lo anterior, significó una reducción de los precios pagados al productor, que hace inviable la actividad para muchos de ellos”, señaló Eduardo.
¿Es injusto el precio que se les está pagando hoy a los productores?
“Más que injusto, siempre hemos manifestado que nos interesa que el precio a productor refleje las condiciones de mercado, pero también que exista una mayor transparencia de parte de las empresas compradoras de nuestra leche, en cuanto a los factores que inciden en la conformación del mismo precio, porque son ellas las que, de manera unilateral, definen este valor, sin muchas veces condecirse con las mismas condiciones del mercado”.
En este sentido, los productores de leche han acuñado una frase, nos dijo Schwerter. “Cuando los precios del mercado suben, el precio pagado a productor sube por la escalera, pero cuando los precios a nivel de mercado bajan, los precios a productor lo hacen por el ascensor”. Así, según él, se ha observado “una situación adversa, contraria a un mercado competitivo”.