Imagen: César Mejías

¿Quién fue Rebeca Matte? Conoce a la autora de la maltratada obra frente al Bellas Artes

En el currículum de Rebeca Matte, hay varios títulos que marcaron un precedente para las mujeres y el arte en Chile, especialmente a inicios del siglo XX. ¿Quién fue la escultora que está tras la obra del frontis del Museo de Bellas Artes?

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Los carretes intelectuales en la casa de su abuela no fueron puro “bla, bla, bla”, sino que realmente influyeron en la vocación artística de Rebeca. Esta faceta la desarrolló en Roma, donde estudió escultura, y en París, donde vivía con su papá. De hecho, en el Salón de París, en la capital francesa, fue donde realizó su primera exposición, en 1900.

A inicios de este mes, la escultura Unidos en la gloria y la muerte, realizada por Rebeca Matte, volvió al frontis del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), luego que la chocara un camión de la producción de la Fórmula E.

El regreso era muy esperado por todos, algo que nunca supo quien la rayó esa misma madrugada, luego de ser reinstalada. ¡No duró intacta ni siquiera 24 horas! Afortunadamente, la historia tuvo un final feliz, porque al día siguiente, el equipo a cargo de la restauración fue hasta el lugar y borró el grafiti, dejándola impecable... por segunda vez.


“Unidos en la gloria y la muerte”. | Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio | Flickr

La polémica tras el choque y el daño a esta icónica obra en un espacio público, nos hizo preguntarnos: ¿cuál es la historia de su autora?, ¿qué realizó durante su carrera?, ¿dónde se pueden ver sus obras? En El Definido te contamos, pues justamente hoy se cumplen 143 años desde su natalicio.

Cuna de artistas

Rebeca Matte Bello nació en Santiago el 29 de octubre de 1875, en plena “Bella Época”, o “Belle Époque”, si se considera el nombre original en francés, cuando París era considerado el centro del progreso artístico y cultural.

Rebeca Matte Bello | Wikipedia

Su padre era el abogado Augusto Matte Pérez (1848-1913), quien en vez de andar metido en juicios, fue un hombre dedicado a la política, siendo nombrado ministro de Hacienda y de Justicia, Culto e Instrucción Pública, entre 1879 y 1880, durante el gobierno de Aníbal Pinto.

Acerca de su madre, Rebeca Bello Reyes, no existe mucha información, solo que era la nieta del venezolano Andrés Bello, el primer rector de la Universidad de Chile (un dato no menor, por supuesto). También se dice que enloqueció después del nacimiento de Rebeca.

Como esta situación no era la ideal para una niña, su abuela materna decidió que lo mejor era que vivieran juntas. El cambio de casa no es el que muchos quisieran, pero en el caso de la mini Rebeca pareciera que no fue tan terrible. Incluso, le permitió codearse con los intelectuales más destacados de esos años.

Algunos de los “amiguis shúper artistas” de la época eran: Miguel Luis (1828-1888) y Gregorio Víctor Amunátegui (1830-1899), más conocidos como los Hermanos Amunátegui; Alberto Blest Gana (1830-1920), autor de Martín Rivas y considerado “el padre de la novela chilena”; y José Victorino Lastarria (1817-1888), escritor, senador y diputado electo en ocho oportunidades.

Europa y la peste blanca

Los carretes intelectuales en la casa de su abuela no fueron puro “bla, bla, bla”, sino que realmente influyeron en la vocación artística de Rebeca. Esta faceta la desarrolló en Roma, donde estudió escultura, y en París, donde vivía con su papá. De hecho, en el Salón de París, en la capital francesa, fue donde realizó su primera exposición, en 1900.

Cuando tenía 26 años, en 1901, se casó con Pedro Felipe Íñiguez (1873-1929), quien tenía un perfil muy parecido al de su papá: fue diputado y ministro de Obras Públicas y Ferrocarriles, además de Justicia e Instrucción Pública. También él fue quien, como parte de su gestión, impulsó la construcción de la actual Biblioteca Nacional.

Al año siguiente, tuvieron a su única hija, María Eleonora Íñiguez Matte, apodada cariñosamente como “Lily”. En 1905, Rebeca fue nombrada Profesora Honoraria de la Escuela de Bellas Artes de Florencia, un cargo que hasta ese momento nunca se le había dado a una extranjera y menos a una mujer (cosas de la época…).

Sin embargo, la felicidad de ese logro chocaba con la vida personal de la escultora, porque su hija debió ser internada en un sanatorio de Suiza para tratar su “peste blanca”. ¿Cómo? ¿No es la peste cristal que les da a los niños?

No, se trata de algo muy diferente, se le llamaba peste blanca a la famosa tuberculosis, la misma que causó la muerte de Lily a los 24 años, en 1926.

De ahí en adelante, Rebeca dejó de lado el bronce y el mármol de sus esculturas y los cambió por el diario y los poemas de su hija, los que se dedicó a difundir póstumamente. Además, viajó a Chile para donar sus obras al Museo de Bellas Artes y creó la Fundación Lily Iñiguez, para apoyar a los niños más vulnerables.

Casa de Lily en Los Nidos 1820, Independencia. | Independencia cultural

El centro de operaciones de la fundación fue una casa familiar ubicada en Independencia que aún está en pie. Anteriormente fue ocupada por la Fundación Las Rosas, está declarada Inmueble de Conservación Histórica y hoy está en proceso de restauración para convertirse en una oficina de trabajo colaborativo y oficinas compartidas (cowork).

Tras la creación de la fundación, Rebeca volvió a Europa, esta vez para instalarse en Florencia, donde murió un 14 de agosto de 1929.

Ícaro y Dédalo

¿Y en qué parte de la historia realizó la escultura Unidos en la Gloria y la Muerte? Resulta que en 1930, un año después de su muerte, el Museo de Bellas Artes celebraba su Centenario.

Entonces, su marido consideró que un buen regalo sería una réplica de una obra anterior de Rebeca llamada Aviadores, que le había encargado el gobierno chileno para regalársela al gobierno brasileño para su Centenario de la Independencia, que se celebró en 1923. La réplica en bronce antes estuvo como préstamo en el Museo Aeronáutico e ingresó a la colección del museo en 1930.

La obra es una representación del mito de Ícaro y Dédalo, un relato que cuenta que Dédalo era un destacado artesano e ingeniero que vivía en Grecia junto a su esposa y dos hijos, siendo Ícaro uno de ellos.

El reconocimiento que Dédalo comenzó a recibir por el diseño de esculturas, jardines y palacios, lo convirtieron en un artista muy cotizado. Por eso, el rey Minos, quien vivía en la isla de Creta, le encargó la construcción de un laberinto para encerrar a un Minotauro, un ser que era mitad hombre y mitad toro.

Dédalo aceptó el trabajo y partió a la isla con Ícaro. Cuando terminaron, el rey quedó feliz con el resultado, pero hizo algo inesperado: los secuestró y encerró en una alta torre para asegurarse que trabajaran eternamente para él.

Pero el rey no contaba con la astucia de Dédalo, quien diseñó dos pares de alas para escapar volando de la torre hacia Grecia (sí, acá vale la pena recordar que es un mito). ¿Y de dónde sacó los materiales?

Bueno, se dice que usó las plumas de los pájaros que iban a la torre y las pegó con cera de vela. Eso sí, en el vuelo, tendrían ciertas restricciones: no podían volar muy arriba, porque la cera se podría derretir con el sol, ni tampoco muy cerca del mar, porque las plumas se mojarían.

Al final, Ícaro no encontró nada mejor que elevarse más y más, derritió la cera y se fue derechito al mar, en lo que hoy sería una bombita perfecta. Frente a esto, el pobre Dédalo recuperó su cuerpo en la orilla. Entonces, la obra representa al padre que sostiene a su hijo muerto.

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El circuito santiaguino con obras de Matte

Sin duda, la escultura del frontis del Museo Bellas Artes es la más famosa obra de Rebeca en Santiago. Sin embargo, el museo tiene otras en exhibición: Eco, Horacio, El Luchador yMilitza, entre muchas otras.


Horacio | 
Wikimedia Commons

En el bandejón central de la Alameda, cerca de la calle Dieciocho, está la escultura Monumento a los Héroes de la Concepción.

https://goo.gl/maps/2b46iY1WJoM2

Esta obra fundida en bronce en Italia, fue encargada por el gobierno de Chile en 1920 para conmemorar el Combate de la Concepción, un capítulo de la Guerra del Pacífico desarrollado en la ciudad Concepción de Perú, en donde murieron 77 soldados liderados por Ignacio Carrera Pinto.


Maqueta para el Monumento a los Héroes de la Concepción.| Santiago Nostálgico

En el Club de la Unión está la obra Ulises y Calipso y en la sede de la Sociedad de Instrucción Primaria, hay obras que representan a su padre, Augusto, y a su hija, Lily. Y, en el Museo de Artes Decorativas, en Recoleta, también hay obras de la escultora.

Una muy especial es Los Ciegos, una obra que la autora realizó para su propio mausoleo en el Cementerio General. Esta obra está instalada en las calles Bello con Limay, en donde está el mausoleo familiar con sus restos y los de su esposo.


“Los Ciegos” |
Avant-Garde

La vida de Rebeca Matte, quien murió a los 54 años, fue corta si se compara con la actual esperanza de vida en Chile. No obstante, la intensidad de su vida es indudable, especialmente por sus logros profesionales que marcaron un precedente para muchas, lo que hoy permite reconocerla como la primera escultora de Chile.

¿Cuál es tu obra favorita de Rebeca Matte?