Leer y comprender lo que se lee, es la puerta de entrada para lo que ocurre en el resto de la trayectoria escolar. Hay evidencia de que los niños que leen con frecuencia desarrollan un vocabulario más amplio, obtienen mejores resultados en el colegio, un mayor conocimiento general, desarrollan su imaginación y cuentan con una mejor comprensión de otras culturas.
El problema en Chile, es que 6 de cada 10 niños de contextos vulnerables no comprende lo que lee en 4° básico. Paula Cruzat, fundadora y directora ejecutiva de la Fundación Crecer con Todos, cuenta a El Definido sobre la importancia de que los niños aprendan y disfruten de leer a temprana edad. Su programa, Primero LEE, busca revertir la situación en Chile.
“Si nosotros no hacemos algo por cambiar la realidad de estos niños que están llegando a 4° básico y no están entendiendo lo que leen, estamos de alguna manera hipotecando su futuro. [...] Un niño que a esa edad no entiende lo que lee es un niño que no va a poder aprender”, nos explica Paula Cruzat, experta en educación con un Máster en Políticas Educativas de la Universidad de Harvard.
En la fundación consideran que el lenguaje es el medio para la elaboración de pensamientos complejos, por lo que, si un niño se queda atrás en esta área, muchas otras se estancan. ¿Cómo resolver problemas matemáticos sin entender qué se nos pregunta? ¿O cómo interesarse en leer si no conocemos la mitad de las palabras de un libro?
Las cifras actuales se quedan bastante atrás, con altos porcentajes de alumnos de los grupos socioeconómicos bajos y medio bajos que presentan un estándar de aprendizaje insuficiente. Como salió en el SIMCE 2016, en al menos seis regiones más del 50% de estos alumnos muestra insuficiencias para leer, la de Tarapacá (61%), Antofagasta (62%), Atacama (51%), Coquimbo (57%), Valparaíso (60%) y R. Metropolitana (62%).
“Lo importante es que los niños a la larga vivan en un entorno de oportunidades ilimitadas, que puedan hacer lo que quieran independiente de su condición socioeconómica”, dice Cruzat.
Esto no está ocurriendo actualmente en nuestro país. Explican en la fundación que un niño que viene de una familia de profesionales, escucha hasta tres veces más palabras que un niño en situación de pobreza, por lo que esos niños necesitarán escuchar 63.000 palabras adicionales a la semana para quedar equiparados en términos de lenguaje. “Un niño de nivel socioeconómico bajo llega a 1° básico manejando un promedio de 600 palabras, mientras que uno de nivel medio, un promedio de 3.000”, dicen.
Cuando Paula Cruzat era subdirectora de educación en la comuna de Peñalolén, se dio cuenta del problema: los niños de 4° básico no estaban leyendo. Una vez en Harvard, se dedicó a buscar otros sistemas educacionales que habían revertido estos resultados y ahí es cuando se dio cuenta de la importancia de acompañar al docente en la implementación de nuevas estrategias dentro de la sala de clases.
“No bastaba con entregar material de buena calidad, sino que también era super importante ayudarlos a implementar este material dentro de la sala, acompañarlos, modelarlos, darles retroalimentación, de tal manera de facilitar el cambio de algunas prácticas y de la innovación”, nos cuenta.
Así nació la fundación en 2010, con cuatro colegios en la comuna de Santiago, 10 salas de clases y 400 niños de 1° básico. Su misión era y sigue siendo lograr que los niños que hoy viven en contextos vulnerables, lean y escriban comprensivamente. El programa se implementa dentro de las salas de clase durante todo el año con los profesores y alumnos.
Se enfocan en aumentar su vocabulario, mejorar su comprensión lectora, gramática y habilidades lingüísticas en general. Y no solo en las salas de clases a las que van, sino que dejan estos métodos instalados en la escuela y en las comunas en las que trabajan. La idea del programa es que se pueda replicar a escala, por lo que se contactan con alcaldes de las comunas, directores y docentes, para presentarles el plan e implementarlo. Actualmente están en 22 comunas, 76 escuelas, han ayudado a 1.104 docentes y a 13.000 alumnos desde prekinder a 4° básico.
Para mejorar sus capacidades lingüísticas, el programa entrega libros y todos los días dentro de la sala de clases se les lee uno. El o la profesora son capacitados por la fundación y también se trabaja con ellos en las salas de clases. Con su ayuda, crean estrategias de comprensión lectora y aumento de vocabulario a través de los libros. El programa cuenta con un sistema de tutorías con el profesor dentro y fuera de la sala y también se involucra a más agentes del sistema educativo, como el equipo directivo, apoderados, docentes y el municipio.
En cada clase de lenguaje, el profesor narra un libro en voz alta y al mismo tiempo va trabajando estrategias para que los niños comprendan lo que están leyendo. Dedican ocho horas semanales a estas clases, acompañan y entregan retroalimentación a docentes, y brindan planificaciones diarias y guías para los alumnos, además de sistemas de evaluación.
Y esto ya ha mostrado resultados. En 2015, luego de cinco años de aplicación del programa y como parte de un Convenio de Colaboración con el Mineduc, se realizó un estudio de impacto, con el respaldo de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. En él consideraron a 3.600 alumnos de 1° básico y evaluaron los resultados de la prueba de comprensión de lectura y producción de textos en escuelas de Arica que aplicaron Primero LEE, comparándolas con escuelas similares de Pedro Aguirre Cerda, en la RM, que no habían aplicado el programa.
Las escuelas de Arica promediaron los mismos resultados que se alcanza en colegios particulares pagados, es decir, un 50% en la medición de comprensión lectora y producción de textos, mientras que el segundo grupo promedió un 38%.
“Acá lo más importante para que se tenga éxito, es que la escuela con su equipo directivo y con los docentes, tengan interés en innovar dentro de la sala de clases. Con esa condición dada, lo más probable es que nos vaya muy bien dentro de esa escuela”, dice la directora del programa.
El programa ya ha sido reconocido. Este año se adjudicaron un Contrato de Impacto Social (CIS), un instrumento de inversión que busca solucionar problemáticas sociales, mezclando factores financieros y filantrópicos. La Fundación San Carlos del Maipo junto a las organizaciones filantrópicas Colunga y Mustaki, le otorgaron el CIS a la Fundación Crecer con Todos, para que sigan llevando a cabo este programa y mejorando las habilidades lingüísticas de los niños. Así, inversionistas privados financiarán parte del programa por los próximos tres años.
Estrategias como el CIS se han implementado en 24 países en el mundo y han beneficiado a miles de personas, por lo que la Fundación San Carlos del Maipo contrató a los creadores del modelo CIS, Social Finance UK, para seleccionar un programa que realmente fuera merecedor del fondo en Chile. Se evaluaron varios, hasta que finalmente se definió a Primero LEE como quienes se llevarían el premio.
El CIS será destinado para aplicar el programa a estudiantes de kínder, primero y segundo básico de los establecimientos con altos índices de vulnerabilidad de la comuna de Estación Central, por los próximos tres años.
Lanzamiento del 1er Contrato de Impacto Social en Chile implementado por @fsancarlos @socfinuk con las fundaciones @fundvientosur @fundmustakis @fundcolunga y @larrainvial ejecutado por #FundaciónCrecerConTodos con su programa Primero Lee. pic.twitter.com/7fZfTH2jIy
— FSCM (@fsancarlos) 10 de octubre de 2018
“Es un gran orgullo y la idea es que mostremos los resultados que tiene el programa en las escuelas de Estación Central. Que se pueda ver cómo a través de un Contrato de Impacto Social, que facilita recursos para que este programa siga creciendo, se puede desarrollar en un futuro una política pública”, nos dice Cruzat.
Además de todo lo mencionado anteriormente, con este programa y a medida que los niños van comprendiendo mejor lo que leen, van disfrutando más de la lectura. “Es un proceso super bonito, super virtuoso. La verdad es que uno se da cuenta cómo los niños esperan el minuto de la lectura en voz alta y como desarrollan este tema”, agrega la directora de la Fundación Crecer con Todos, quien espera continuar ampliando la cobertura de Primero LEE a lo largo del país.