Imagen: Felipe Lira

Primera etapa del escudo verde, la estrategia de Constitución para frenar las inundaciones y tsunamis

El terremoto y tsunami de 2010 dejó en evidencia que Chile no lograba un 7 en planificación urbana. Pero casi una década después, el panorama ha cambiado y harto. Tanto así que acaba de abrir un parque capaz de bajarle las revoluciones a un tsunami. ¿¡Cómo!?

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La arborización es otra particularidad de este proyecto, porque comprende la plantación de especies que crezcan rápido, sean fuertes y resistan la salinidad del agua, tales como los acacios, cipreses, eucaliptus, maquis y olmos, entre otros.

Una de las tantas lecciones que nos dejó el terremoto y tsunami de 2010, es que necesitamos preparar nuestras ciudades con infraestructura que sea resistente a los eventos naturales y proteja a los habitantes.

Por eso, tras el 27-F se elaboraron diversos planes de reconstrucción para las localidades afectadas, especialmente las del sur, que no solo buscaban recuperar las casas, sino que también sirvieran como una oportunidad para repensar cómo se planifican las ciudades.

Bajo esta lógica, se diseñó el Parque Fluvial de Constitución a orillas del río Maule (sobre el cual te contamos hace un tiempo), un espacio público que acaba de inaugurar su primera etapa y que tiene un distintivo muy especial: posee un bosque natural capaz de pararle los carros a un tsunami.

Aires de sustentabilidad

Como la ciudad de Constitución está en la desembocadura del río Maule, el terremoto y posterior tsunami, hizo que el mar y también el torrente, ingresaran a la ciudad, dejándola en el suelo. Producto de esto, esta comuna tuvo la mayor cantidad de víctimas de todas las localidades afectadas, entre los desaparecidos y fallecidos.


Vista de Constitución y el río Maule antes del tsunami. PRES.

Evitar que este panorama se repita fue una necesidad que en 2010 se plasmó en el Plan de Reconstrucción Sustentable (PRES), que fue diseñado a través de una alianza público privada encabezada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU), y con un sello común: la resiliencia. Esta es una característica que tiene su origen en el mundo de la psicología y que corresponde a la capacidad para sobreponerse a una situación traumática.


Vista de Constitución y el río Maule después del tsunami. PRES.

La aplicación de la resiliencia en el plan maestro dio como resultado un total de 28 proyectos clasificados en: infraestructura, espacios públicos y equipamiento, vivienda, diversificación económica y energía.

Probablemente, uno de los proyectos más famosos es la Villa Verde, la que cuenta con 480 casas de madera que destacan por un diseño que permite diversas ampliaciones, según los usos que le quieran dar las familias. Además, poseen un sistema de aislación acústico y térmico que evita gastar más de la cuenta.

El diseño fue realizado por ELEMENTAL, una de las oficinas participantes en el plan de reconstrucción y que fue cofundada por Alejandro Aravena, quien en 2016 recibió el Premio Pritzker, conocido como el Nobel de la arquitectura.

No obstante, desde hace un tiempo, un segundo proyecto está recibiendo bastante atención. Se trata del nuevo Parque Fluvial de Constitución, el que tiene 13 hectáreas con el objetivo demitigar los daños causados por una inundación, ya sea por las lluvias, un desborde del río Maule, del estero El Carbón, que pasa por el centro de la ciudad, o incluso un tsunami.


Proyección de Constitución con el Parque Fluvial. PRES.

Un escudo de árboles

Este nuevo parque, fue pensado como un bosque con una doble función: por un lado, recuperar la costanera del río Maule y, por otro, evitar el avance de las olas, como si fuera un verdadero escudo protector de puros árboles.


MINVU.

Si dudas cómo un parque puede proteger de esta manera, la clave está en su diseño. El freno ante un eventual tsunami está dado por las características del terreno, donde se realizó un trabajo de mitigación denominado lomaje, el que como dice su nombre, construye lomas o cerros de un metro y medio de altura que parecen diques.

La arborización es otra particularidad de este proyecto, porque comprende la plantación de especies que crecen rápido, son fuertes y resisten la salinidad del agua, tales como los acacios, cipreses, eucaliptus, maquis y olmos, entre otros.


Municipalidad de Constitución.

Con estas características, el bosque es capaz de reducir la altura y la energía de las olas, haciendo que, en el peor de los casos, si el agua llega a la ciudad, no lo haga con tanto power. Si lo hace, el efecto sería como en el bowling, en que la fuerza del impacto se dispersa entre los pinos. O sea, en el parque, la potencia del agua se disiparía entre los árboles.

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La construcción del parque se dividió en dos etapas, norte y sur, siendo la primera la que acaba de abrir al público y que requirió de una inversión cercana a los $8 mil millones. Con este presupuesto, se construyeron piscinas para contener las aguas de las lluvias, una costanera, un anfiteatro, plazas interiores, 32 sitios para barcos artesanales, dos puentes peatonales y se instalaron más de 400 luminarias LED, entre otras cosas.


Municipalidad de Constitución.

Pero como dicen, no hay primera sin segunda, se espera que durante el próximo año se inicie la construcción de la segunda etapa, correspondiente a la zona sur, donde están los astilleros. Ahí se habilitarían áreas de descanso, un mercado fluvial, jardines, etc. ¿Y qué es lo que falta para partir?

Rediseñar algunos aspectos, según explicó el ministro del MINVU, Cristián Monckeberg. No obstante, según se mencionó durante la inauguración, la idea es que esté listo en 2021.


Casos internacionales

Con un proyecto como este, una ciudad chilena cuenta con soluciones parecidas a las de otros países que se ven afectados por problemas similares. Por ejemplo, tras el huracán Sandyque en octubre de 2012 dejó la escoba en Nueva York, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano gringo, abrió un concurso internacional para desarrollar una iniciativa que permita enfrentar las inundaciones.

La propuesta ganadora fue La Gran U, o The Big U, la que abarca 16 kilómetros de costa de la parte baja de Manhattan. Ahí, cuando se construya —porque aún se están evaluando diferentes modelos de administración- la idea es habilitar zonas inundables que durante la mayor parte del año se usen como parques y que, en caso de tormentas o desbordes de los ríos Este o Hudson, sirvan como piscinas para evitar que el agua ingrese a la ciudad.


The Big U.
6sqft.

Un segundo ejemplo, es la ciudad china de Hebi, famosa por ser una “ciudad esponja”. Este apodo lo empezó a recibir en 2015, con la renovación del tradicional pavimento de sus espacios públicos para que su superficie sea capaz de absorver las lluvias y tormentas. En un principio, la superficie intervenida fue de 30 kilómetros cuadrados, pero se pretende seguir aumentando.

El proyecto en Constitución y las iniciativas internacionales demuestran que lograr que las ciudades sean lugares más resilientes y proteger a su población no requiere necesariamente de grandes intervenciones, tanto en envergadura como en presupuesto. La clave pareciera estar en adecuarse al contexto local, ya sea en términos paisajísticos como en el uso que le dan sus habitantes y esta fue la apuesta para el sur de Chile.

¿Qué otras soluciones conoces para enfrentar las inundaciones?