Pucha que es rico comer, es una de las cosas más placenteras de la vida, pero en las últimas décadas nos hemos acostumbrado a ingerir una gran cantidad de alimentos que no son buenos para nuestra salud. Quizás por comodidad, porque consideramos que son ricos y creemos que no podemos dejarlos, porque nos han hecho creer que son sanos o simplemente porque encontramos que comer más frutas y verduras, es aburrido y poco práctico.
El problema es que hemos cometido un tremendo error, porque según un estudio publicado hace unos días, una de cada cinco muertes en el mundo, está relacionada con una mala alimentación.
El estudio, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, asegura que los malos hábitos alimenticios “están asociados con una variedad de enfermedades crónicas y que potencialmente pueden ser un importante contribuyente a la mortalidad por ENT [enfermedades no transmisibles] en todos los países del mundo”. Agregan que este hallazgo resalta la urgente necesidad de mejorar la calidad de la dieta humana.
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En El Definido estamos convencidos de que nunca es tarde para cambiar, así que si tienes ganas de mejorar tus hábitos y comenzar a comer rico y sano, aquí te contamos cómo empezar. Para esto, conversamos con dos cocineras secas y apasionadas que se han dedicado a demostrar a través de las redes sociales, que esto es lo mejor que puedes hacer por ti.
Para Augusta Alemparte, conocida en Instagram como @vivirconsciente, una mala alimentación es “aquella que está apegada al consumo de productos procesados y alejados de la comida real”.
Antonia Cafati, es quien está detrás de la cuenta @brotesyraices, y dice que para ella significa comer muchos procesados, empaquetados y no cocinar. “Hoy en dia mucha gente le entrega su alimentación a la industria y recurre a soluciones que son fáciles, pero que no son nutritivas, muchas veces llenas de calorías vacías, un montón de químicos procesados e ingredientes que no usarías al preparar esa misma comida en tu casa”.
“Creo que todos los cuerpos somos diferentes y nos podemos sentir mejor con grupos de alimentos que otros no toleran, pero lo que sí está claro es que mientras más fruta y verdura agreguemos a nuestra dieta, vamos encaminados a una alimentación más natural y apegada a la naturaleza”, explica Augusta.
Y agrega que para ella es clave que tengamos presente el concepto de comida real. “El saber exactamente qué hay en nuestro plato, no llenarnos de conservantes, colorantes, espesantes y estabilizantes que no sabemos de dónde vienen. Tener claro que el plato que preparamos esta compuesto de ciertas cosas, saber qué comemos. No llenarnos de paquetes con miles de ingredientes impronunciables”, dice Augusta.
¿Prepararías una sopa en tu casa con maltodextrina, glutamato monosódico y ésteres de glicerol de ácidos grasos, cuando en realidad la puedes preparar con trozos de verduras, agua y un poco de sal?
Antonia considera que es necesario consumir ingredientes de calidad si queremos hablar de una buena alimentación. “Buscar siempre, obviamente lo que tengamos al alcance de nuestros bolsillos, pero elegir lo de mejor calidad posible”.
También dice que para acercarnos a una alimentación saludable, es clave dejar de ir al supermercado, comprar tres paquetes de algo y mezclarlos en una olla, porque aunque se diga que es saludable, “no lo es”, asegura.
Muchas personas son conscientes de que no se alimentan de la mejor forma y tienen ganas de cambiar, pero a veces no saben por dónde comenzar, creen que no lo van a lograr o están demasiado acostumbradas a un estilo de alimentación que les acomoda por la vida acelerada que llevan. Sin embargo, también hay un grupo grande de personas que han demostrado que sí es posible y que los beneficios son notorios. Finalmente estamos hablando de un tema tremendamente importante: nuestra alimentación, lo que le damos día a día a nuestro cuerpo para que funcione.
Augusta dice que para ella hay dos pasos claves si alguien quiere cambiar sus hábitos alimenticios. En primer lugar, “preocuparnos de consumir más agua y menos bebidas, poniendo especial énfasis en la calidad del agua que tomamos. Por esto para mí es clave tener un filtro que permita tomar agua más pura (hay varias marcas y alternativas en el mercado, según el presupuesto. Lo importante es comenzar), asegura”.
Y también, recomienda hacer una limpieza de alimentos. ¿Qué significa esto?
“Ir limpiando la despensa y el refrigerador de procesados (refinados, azúcar blanca, harinas refinadas, embutidos, bebidas) y llenándolo de frutas, verduras, granos integrales, semillas, frutos secos y productos de origen animal de buena procedencia (si es que se consumen)”.
Antonia comenta que para ella el primer paso y lo más importante en este proceso, es “tener ganas de hacer cambios de hábitos y entender que ser saludable no es una moda ni una dieta, sino que es un estilo de vida y un acto de autocuidado y amor propio muy importante”.
Ambas coinciden en que atreverse a cocinar y crear preparaciones, es fundamental en este proceso de cambio de hábitos. Para Antonia, es primordial que la gente vuelva a cocinar en sus casas y que se mantenga “alejada de estas soluciones fáciles que hoy en día están tan a la mano”.
Augusta añade que para lograr que comer sano sea entretenido e incluso más atractivo que otros alimentos, hay que entrar a la cocina, probar ingredientes, cocinar y ponerle mucho tiempo y amor a lo que se hace.
Afortunadamente, hay cada vez más personas como Augusta o Antonia que a través de distintas plataformas están inspirando y ayudando a quienes sí quieren hacer un cambio. Hoy, comerse un brownie o una pizza se puede hacer sin culpas si usamos la creatividad y los ingredientes adecuados.
Brotes y raíces |
Vivir Consciente |
A veces, cambiar nuestros hábitos suena complicado y poco cómodo, pero cuando hablamos de nuestra alimentación, tenemos que comenzar a tomarnos el asunto un poco más en serio y hacer algo al respecto, sobre todo ahora que está más que claro que no lo estamos haciendo tan bien y que esto está teniendo consecuencias. No es necesario comenzar de manera drástica, eliminando todo, seguro si comenzamos de a poco, nos iremos acostumbrando a una alimentación más sana y real.