Imagen: Marco Villar

Funas por redes sociales: que la rabia no te domine, podrías ser tú quien salga perdiendo

Las funas en redes sociales se han convertido en una herramienta cada vez más común para realizar denuncias ciudadanas. En El Definido quisimos entender cuándo son una herramienta útil o cuándo es mejor tragarse la rabia y esperar a que la justicia haga su trabajo.

Por María Victoria Coutts | 2019-05-07 | 13:00
Tags | funas, redes sociales, justicia, libertad de expresión, víctima, victimario
“El tema principal es si las cosas son de interés o no, si tú haces algún aporte de verdad contando lo que tienes que contar” (Francisco Javier Leturia, profesor de la Facultad de Derecho UC).

Ya no es raro encontrarse con una publicación en Twitter, Facebook o Instagram de alguien que da a conocer una injusticia, un acto de violencia o acoso, por ejemplo. Muchas veces estas incluyen el nombre del supuesto culpable, fotos, videos o algún otro dato que permita reconocer a esa persona. A esto lo hemos llamado “funa”, y se trata de un tema más o menos reciente y que por ahora no está muy regulado en nuestra ley.

En El Definido conversamos con el abogado y profesor de la Facultad de Derecho UC, Francisco Javier Leturia, quien nos explicó los puntos que hay que considerar antes de realizar una publicación de este estilo.

Sobre la regulación de las funas en las redes sociales, dice que en realidad “son fenómenos bastante modernos, entonces las regulaciones son a partir de reglas generales o de casos que se le parecen, pero que no son redes sociales”.

Pero ojo que esto no es un manual de funas, solo queremos dejar claro por qué es necesario reflexionar bien antes de llegar a esta instancia, ya que podrías meterte en un problema legal o causar mucho daño.

¿Redes sociales para hacer justicia?

La respuesta es NO.Situaciones injustas y violentas, desafortunadamente ocurren y nadie está libre de ellas, pero hay que tener claro que siempre que estas sean denunciables, debemos recurrir a la organización adecuada para que se haga cargo de hacer justicia. Ese debe ser el primer paso.

Leturia comenta que desde un punto de vista de reparación o de derechos de la persona, podemos considerar una publicación de este tipo como un complemento de la denuncia. “Pero no desde un punto de vista de derecho penal, de justicia pública del Estado, de cumplimiento de la ley, porque eso tiene un solo carril que es la ley. No es una forma de hacer justicia en los delitos, es una forma de conducta social”, explica.

¿Tengo derecho a contar como yo quiera mi historia?

El tema de las funas es complejo, porque por un lado existe libertad de expresión y uno tiene derecho a contar lo que vio o vivió, pero también hay que tener en cuenta que la otra persona que cometió un delito, error o lo que sea, también tiene derechos, por ejemplo, a la honra, y dependiendo de la publicación que se realice, podría verse violada.

Además, seguramente quien la sube a las redes, lo último que quiere es meterse en un problema legal, por eso es bueno conocer bien cómo funciona este tema, ya que la víctima de la funa podría querellarse.

Hay casos en los que por distintos motivos puedes sentir que no es suficiente hacer la denuncia, que esta siga su curso y esperar meses o años a que exista una sentencia. A veces, la idea de exponer la historia en las redes sociales puede tener consecuencias más inmediatas. Y es ahí donde está la clave y debemos detenernos a analizar el interés público que puede tener la publicación, porque si realmente el único objetivo es funar y de alguna forma intentar arruinar la reputación de una persona por lo que hizo, quizás deberías replanteartelo.

Al publicar una funa, “claramente le haces daño a una persona. Ahora, la pregunta es si se justifica o no se justifica, cuándo, cómo y la forma que lo haces”, agrega el experto.

Por eso, por muy enojada, decepcionada o dolida que esté una persona, es importante que se tome el tiempo para analizar si realmente su publicación valdrá la pena. “El tema principal es si las cosas son de interés o no, si tú haces algún aporte de verdad contando lo que tienes que contar”, afirma Leturia.

Guardar las proporciones

La proporcionalidad, es un punto importante a tener en cuenta, porque la información que se publica en la funa es relevante. Es distinto revelar el nombre de la persona, a complementarla con una imagen, video o con información más sensible como teléfono, dirección o incluso cosas de su vida íntima. Si se publican imágenes, también hay que tener cuidado con la posible privacidad de estas. Y si fueron tomadas en un lugar público, es distinto a si se obtienen de un perfil privado.

Por ejemplo, no es lo mismo funar a alguien porque fue mal educado en el metro a funar a alguien que te debe tres meses de arriendo. Y si queremos ser más extremos, completamente diferente sería si se tratara de una funa a un asesino o a un abusador, donde el tema es de tanto interés que quizás sí se justificaría publicar una imagen.

¿Y dónde realizar esta publicación? Dependiendo el caso, a veces es mejor que se publique en un grupo acotado, donde pertenezcan quienes puedan estar interesados en ese tema, por ejemplo, un grupo específico de Facebook y no en el muro.

¿Qué ocurre cuando hay un juicio en curso?

En un escenario en el que la justicia está realizando su trabajo, hay que ser muy cuidadosos si se quiere publicar una funa. Aunque Leturia dice que no en todos los casos es necesario esperar a que exista una sentencia, porque eso puede tomar años.

Lo adecuado, sería dejar claro en la publicación que no es un hecho consolidado, que hay un juicio en curso y detallar los hechos por los que esa persona fue denunciada. “Al decir que lo denunciaste, estás dejando claro que todavía no hay condena y que puede ser inocente”, sostiene. Y esto es algo importantísimo, porque a veces se nos olvida que por lo menos en Chile y en varios países, una persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario.

En Noruega, por ejemplo, hace algunos años fue noticia la historia de un hombre que tenía un taller de autos, el que en varias oportunidades había sido asaltado. Cansado de esperar a que se resolviera su caso, decidió poner cámaras en el local y funar a los delincuentes en las redes, subiendo las fotos a Facebook. Cuento corto, terminó pagando una millonaria multa ya que acusó a estas personas de un supuesto delito que todavía no había sido condenado por un juez.

En resumen, lo importante al querer contar lo que te pasó, además de que sea un tema de interés, es “ser objetivo, no dar más información de la estrictamente necesaria, ni ser morboso en el daño que se quiere causar. No decir cosas falsas y si todavía no hay condena, ser mucho más cuidadoso”, advierte Leturia.

Agrega que este es un tema que se terminará legislando de alguna manera, y que ya hay algunos proyectos de ley, por ejemplo, de protección de datos personales y cosas por el estilo que van regulando algunas aristas marginales.

Compartir tu historia en las redes puede ser útil y ayudar a otras personas a estar más atentas, a evitar ciertas conductas o a enterarse de hechos de interés que a veces no aparecen en los medios de comunicación masivos, como la radio, el diario o la televisión. Sin embargo, hay que ser precavido y analizar que la publicación realmente esté cumpliendo una labor social importante y no sea simplemente por dañar a otro. De más está decir que por ningún motivo una funa debe incitar a la violencia o ser falsa.

¿Has realizado funas a través de redes sociales? ¿Cómo te ha ido?